Llegamos a la casa pasadas las nueve, y no había nadie en ella, se encontraba completamente vacía; lo mas probable era que ya todos se encontraran en la playa. Subí enseguida a mi habitación a buscar algo mas abrigado para ponerme y Nick hizo lo mismo. Decidí llevar la cámara, ya que quizás la podría seguir utilizando ese día. Estaba por comenzar a bajar las escaleras cuando él salió de su cuarto con una de sus manos ocupadas, estaba llevando su guitarra.
-La de Sally tampoco está aquí –dije-, así que ya deben haber salido.
-Tendríamos que haber prestado mas atención cuando entramos en la casa, para ver si pudieron prender el fuego.
-Y ¿no está prohibido? –era algo que no se me había ocurrido antes-. Hay algunas playas en las que no dejan hacer cosas así.
-Aquí no hay problema, siempre y cuando, al retirarnos, dejemos todo como se encontraba antes de llegar. ¿Nos vamos? –me preguntó luego con una sonrisa radiante a la que no pude hacer otra cosa mas que corresponder.
Me ofreció su brazo el cual acepté con gusto, y entonces bajamos las escaleras. No demoramos nada en salir de la casa, ya que dejamos todo tal cual lo habíamos encontrado, solo que apagando una que otra luz en el camino. Salimos a la calle y cruzamos hacia la playa donde pudimos ver a los demás. Nos alegró saber que sí habían podido encargarse del fuego, y casi todos nuestros amigos se encontraban sentados alrededor. No era una gran fogata, ya que ninguno era un muy buen campista, pero era bastante mas de lo que se podía esperar. Nos acercamos mas a ellos y enseguida me di cuenta de quienes eran los que faltaban: Lucy y Peter; a Nick, eso tampoco le pasó desapercibido, dio un gran resoplido y enseguida puse mi mirada en él.
-Seguro están por aquí cerca –murmuré, deseando todo lo contrario-, y no deben tardar en regresar.
-¿Cómo puedo quedarme tranquilo con lo que me dices, si se te nota hasta en la voz que deseas que suceda todo lo contrario? –había enojo en su voz.
-Creo que ya hablamos con respecto a esto.
-Sí, y no creo que hoy estés muy interesada en distraerme cuando no puedes hacer mas que tomarme la mano, lo siento, pero eso no representaría una buena distracción en esta situación.
Para cuando llegamos al lugar en donde se encontraban los otros Nick se encontraba aun mas enojado, y yo no podía hacer otra cosa mas que reírme de su enojo. Y él habló antes de que nadie mas preguntara nada.
-¿Dónde está mi hermana? –preguntó a nadie en particular.
-Fueron a la tienda –respondió Sally sin poder reprimir una sonrisa-, al final se nos hizo tarde y ellos se ofrecieron a salir a comprar las cosas. No creo que tarden demasiado en regresar.
-¿Hace cuánto salieron? –volvió a preguntar él.
Sally y todos los presentes notaron el mal humor en su voz, y muchos no pudieron reprimir las risas.
-Nick –dijo Lucas-, lo mas saludable es que entiendas que tu hermana tiene dieciocho años, y ya no es una niñita. Así que déjala pasar un rato a solas con el chico que le gusta, así como tu hiciste todo el día.
-No vas a convencerlo –dije riendo-, estuvimos tocando ese tema prácticamente todo el día y no logré disminuir en nada su obstinación.
-Puedes hablar de eso con él –dijo Angela-, pero no quieres oir sobre el mismo tema relacionado con tu hermana, no parece demasiado razonable por tu parte.
-¿Por qué nadie entiende en que la diferencia está en que mi hermana tiene quince años? No dieciocho. Ella sí que aun es una niña que no sabe lo que quiere.
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El último verano
Dla nastolatkówLa vida tiene un montón de puntos importantes que marcan el fin de una etapa y el comienzo de otra. Terminar el instituto es definitivamente uno de ellos. Cuando a un grupo de amigos y no tan amigos se les presenta la oportunidad de unas vacacione...