Por tu inocencia me enamore

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"Las cosas no suceden por simple casualidad.

En cuanto te mire, supe que contigo quería estar

No importa los obstáculos, te tendré para mí, no lo podrás dudar."

Esas palabras las repetía mucho en mi cabeza el día que mire a esa niña por primera vez en aquel jardín. Aun lo recuerdo, tenía 12 años. Ese día fui obligado a visitar ese palacio por la boda de mi insoportable hermano mayor Sesshomaru. Se casaba con la hija de los Reyes Higurashi esa tarde.

Siendo yo, el segundo hijo bastardo por culpa de mi padre, prometí que no tocaría nada ni mi título como príncipe, puesto que solo me gustaba escribir canciones e interpretarlas con las maravillosas melodías que mi violín brindaba. Ese día, todo cambio.

Estaba todo el mundo en el gran salón, felicitando a la pareja que recién se casó. El ambiente de la sociedad rica, poderosa y egoísta no era de mi agrado, puesto que me fui mejor a la parte trasera del palacio. La noche ya había caído, la luna llena resplandecía demasiado, no resistí más y fui corriendo de nuevo al salón. Conseguí un violín de los músicos y salí de nuevo a tocar una hermosa canción.

El viento soplaba ligeramente mi cabello plateado, mientras la melodía era lenta y suave. Sin darme cuenta, camine más allá de los jardines, donde mire un estanque con unas cuantas luciérnagas. Al final de este, mire una pequeña figura que le cantaba una hermosa melodía a la luna. Deje de tocar por un momento y escuche su canción. Su vestido color perla y diamantes azules, resplandecían al ser tocadas por la luz de la luna. Las luciérnagas la rodeaban y pude notar que su cabello era oscuro como la noche, pero su estatura era muy pequeña. Al dar el paso, pise una rama y ella gira con miedo a mi dirección. No fue mi intención interrumpirla o asustarla, pero ella al verme corrió.

La seguí, y se escondió detrás de un árbol del jardín. Cuando supo que la había encontrado, comenzó a llorar, por temor de que la fuera a dañar. Me mantuve distante y le dije -No te hare nada pequeña, no tienes por qué asustarte- ella simplemente se asomó un poco y note sus ojos las pequeñas lagrimas pero me impacto más el color chocolate oscuro de estos y sus mejillas rosadas. Me parecía una criatura tan hermosa como las pinturas que he visto.

-Tranquila- Le dije una vez más, y ella se acercó muy lentamente a mí -¿Quién eres?- esas fueron sus palabras. Su voz era muy tierna como su mirada, tenía ganas de abrazarla pero sería muy inapropiado de mi parte. –Mi nombre es Inuyasha - Me presente como un caballero dándole una reverencia ante ella. La pequeña a pesar de su edad, me correspondió el saludo, haciendo una leve reverencia con su hermoso vestido –Kagome Higurashi, un gusto- Supe que era la hija de los reyes por el apellido, pero sin duda ella me miraba como un desconocido. Le mentí que era un músico de la fiesta, ella me sonrió y me pidió que tocara para ella.

Esa noche mágica, toque muchas canciones, mientras que ella las bailaba y cantaba bajo las estrellas. Se sentía muy cálido su compañía, no quería despegar mi mirada de su hermosa sonrisa. Cuando la fiesta dio su final, me dolió mucho dejar a Kagome, al igual que ella a mí. La abrace antes de marcharme, más sin embargo, le jure regresar. Fui muy rápido y le dije – ¿Me permites estar contigo para siempre pequeña?- me sonrió con un leve sonrojo y me respondió – Si- le pedí permiso para hacer algo y ella desconocida al tema, me dejo. Le di un leve beso en sus pequeños labios y me dijo –Te estaré esperando Inuyasha- con eso me marche tranquilo, puesto que a pesar de ser tan joven, encontré con quien pasar mi vida.


Si quería estar con ella, tenía que estar preparado. Mis padres estaban ocupados con los padres de Kagome, debido a la boda de Sesshomaru con su hija mayor Kikyo. Solo quien sabia de mis planes, era Miroku, mi mejor amigo. Hijo de un duque, la cual nunca me dejaba solo.

Miroku me ayudo por algunos años a construir un lugar donde planeaba vivir con Kagome. Era un lugar lejos de los palacios y de la sociedad llena de envías y de egoísmo. Una casa cercas de un campo de flores y un lago, puesto que la conocí en un jardín. Trabaje por un par de años más para tenerla lista por dentro. Mis estudios tanto de música, arquitecto, administrador y carpintero dieron frutos.

-Inuyasha, la casa esta lista, solo falta la chica- Me dijo Miroku orgulloso, puesto a yo tenía todo listo para ir a pedir la mano de Kagome. Habían pasado 13 años desde nuestra promesa y desde esa vez que nos vimos. No me importaba, estaba seguro de ella me esperaba.

La casa estaba muy apartada de todo y escondida entre unas montañas, nadie nos molestaría estando ahí. Partí de inmediato al palacio Higurashi, pero al pasar por el pueblo, sentí como mi corazón se hacía pedazos al ver la gran invitación en los muros.

La princesa Kagome Higurashi y el Príncipe Koga Wolfan

Los invitan a celebrar su compromiso esta noche en el palacio.

La fiesta será autentica Mascarada

No falten.

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