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"Dentro de miles de dibujos hay historias sobre tú y yo, no olvidemos esos momentos."

[Draw Me – Wonder Girls #ThankYouWonderGirls]


Londres, Inglaterra. | Más de 20 años después.

–Buenas tardes, joven Choi.

Sonrió distraídamente. Se quitó la chaqueta y por primera vez en años, permitió que Yeun le ayudara a dejarla en el perchero.

–Su madre ha pedido que baje a cenar al comedor hoy, creo que quiere conversar con usted.

Volvió a la realidad de golpe.

– ¿Mi madre? ¿Están en casa?

–Su padre aún no llega. – respondió la mucama siguiéndolo hasta el pie de las escaleras. –Su madre está en el estudio.

Seungcheol le devolvió la mirada, asintiendo.

–Gracias, Yeun. Bajaré a cenar cuando esté lista la comida, voy a dormir mientras.

– ¿Quiere que lo llame cuando esté lista la cena?

–Por favor, gracias por tanto. – sonrió abrazándola. Ella sonreía, sin embargo parecía nerviosa en sobremanera. –Mamá está en su estudio. – le recordó el chico.

–Sí, descanse. – se retiró, y Seungcheol subió hasta su habitación.

Se dejó caer en la cama, mirando por la ventana. ¿Esa chica habrá llegado bien a casa? Miranda, ¿no?, pensó.

Acomodándose con la espalda en la colcha, miró el techo de la habitación, dónde tenía afiches de sus bandas favoritas. Estaba bastante ocupado pensando en esa chica...




Cuando despertó, fue a ducharse y a cambiarse la ropa, y entonces Yeun lo llamó desde la puerta pidiéndole que bajara para cenar. Tuvo que ir con desgano.

Al sentarse en la mesa, sólo saludó a su hermano mayor.

– ¿Qué, ahora tampoco saludas a tu madre? – dijo su padre mirándolo rudamente y dejando su tenedor abajo.

–Hola mamá. – sonrió irónico y luego comenzó a comer. –Buen apetito a todos.

Sentía sus miradas sobre él, pero decidió comer sin mirarlos e intentando hablar lo menos posible.

– ¿Cómo te va en ese trabajo que tanto querías?

Tragó, tomando algo de zumo, y luego lo miró levantando una ceja.

–Me echaron. – exasperaron exageradamente, Jasper sólo rio al otro lado de la mesa, frente a él. Su padre parecía fuera de sus cabales, su madre a punto de desmayarse, y su abuela con una mirada seria le reprendía sin darle crédito a lo que escuchaba. Eso fue para ellos una blasfemia, casi. –No me importa, puedo conseguir otro trab...

–Ya te hemos dicho que es innecesario que trabajes en semejantes lugares, Seungcheol.

–Abuela, quiero trabajar, de verdad...– bajó la voz al ver a Yeun entrando en la sala de comedor con la bandeja, venía a dejarles el postre. Una tarta de chocolate.

–No es necesario, dedícate a estudiar y hereda la clínica. Es tu trabajo como el hijo menor.

–Papá...

–No hablemos de esto mientras cenamos. – su madre con tono pausado al hablar, tomó la servilleta y se limpió la boca delicadamente, Seungcheol hizo lo mismo pero de manera tosca, su madre le miró represivamente. Según ella, si él seguía siendo brusco al tocar su rostro terminaría con arrugas. –No quisiera que peleáramos de nuevo por el mismo tema.

–Seungcheol, en un mes podrás exigir las acciones que te corresponden y dejar esas pocilgas.

–Pero tengo que seguir estudiando, papá, no voy a dejar la universidad.

–El hecho que no termines tu carrera como cardiólogo no afectará en nada. Serás empresario, nada más, ya tienes tu título como médico general de todas formas.

Clavó el tenedor con tanta fuerza en la mesa que todos dieron un respingo.

–Seungcheol Choi. – reprendió su padre.

–Te dije que voy a terminar mi maldita carrera, quieras o no, ¿me entendiste?

–Amor, cálmate. – la señora Choi tomó a su esposo del hombro antes de que se levantara para hacer quién sabe qué. Seungcheol, cansado de siempre lo mismo, se levantó dispuesto a irse. –Hijo, siéntate, vamos a terminar la cena familiar de hoy, ¿sí?

– ¿Familiar? ¿Crees que esto es una familia? Tienes que estar loca.

–Respeta a tu madre, jovencito insolente.

–Una madre no abandona a sus hijos por ir de fiestas y cocteles todas las noches, deja tu mierda, papá. – levantó una ceja, mirándolos. –Familia... tsk, que desgracia de familia.

Levantó su plato y sacó el tenedor enterrado en la madera de la mesa con brusquedad.

–Siéntate, Seungcheol. – el señor Choi intentó por una última vez retenerlo. Él lo miró de reojo, luego paseó su vista hasta su hermano.

–Buen provecho, Jasper. – sonrió de manera sincera por segunda vez en ese día.

Al darse la vuelta, ignorando los gritos histéricos de su padre y abuela, y los comentarios espantados de su madre sobre su pobre mesa de pino escocés, apretó fuertemente el agarre a su plato.

Porque eso, precisamente eso que estaba en aquella mesa, no era y nunca sería una familia.




Cerró la puerta del apartamento, mirando a Cheshire, el ojiazul, obeso y perezoso gato color gris; que se acercaba para saludarla.

–Hola, precioso. Mami está de vuelta, ¿me extrañaste, mi bebé?

Miranda le cargó, besando su cabeza, al tanto el gato maullaba exigiendo que lo soltaran. Pero sus deseos, como siempre, no fueron cumplidos.

–Hoy tengo que estudiar, pero primero cenaremos, Cheshire. – el acento británico de la joven hacía que el nombre del gato sonara preciosamente delicado y exquisito. –Hoy me ayudó un chico muy lindo... pero no quiero aburrirte con mi historia. ¿Quieres algo de carne? Compré tus latas de comida hoy.

Destapó una lata, vaciándola en la taza color negra en el suelo. El gordo Cheshire dejó caer su enorme panza al suelo para darle apoyo mientras comía.

Miranda amarró su cabello, y comenzó a sacar los utensilios para cocinar. Esa noche prepararía una pasta con una receta que había visto en internet.

Colocó algo de música, lo último de Katy Perry, y bailaba haciendo finos allegros mientras sacaba las verduras del refrigerador.

Comió acompañada de la música en su móvil, los cuadernos con la última clase, la calculadora y su amigo peludo que reposaba en sus piernas.

A pesar de vivir prácticamente sola ayudándose con 2 trabajos de medio tiempo, Miranda se sentía feliz, porque cada día se superaba más a sí misma en cuestión a logros.

© Gliese (Libro Dos) | S.Coups (Seventeen) #KpopAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora