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"Cuando pienso en ti, grito internamente 'me gustas', los ecos me responden 'de ninguna manera'. Sin ti, me siento deprimido..."

[Romeo+Juliette – SHINee]


Compórtate.

Esa fue la orden que le dio su padre mientras acomodaba de manera brusca sus ropas.

Y ahora estaba en una cena completamente absurda con sus padres, su abuela, su hermano mayor, su "cuñada" (o casi, la boda estaba a un mes de efectuarse), y un hombre mayor junto a su hija pelirroja de cabello enmarañado y pecas en el rostro. Chica que solamente estaba dedicándose a mirar a Seungcheol cómo si no hubiese nadie ni nada más en la mesa.

Hablaban sobre negocios, sobre bolsas de valores, sobre el precio estimado ridículamente alto de ambas empresas, de las acciones que querían comprar en la empresa del otro, y de cómo el señor Winter (el tipo que conversaba con su padre) notó que su hija le hacía ojos lindos al menor de los Choi.

–Creo que Rosé y Seungcheol pueden ir a caminar un rato por los jardines de la mansión. – propuso su padre, mirándolo rudamente, con un "no lo arruines" en los ojos. –Se llevarán bien. ¿Cuántos años tiene su hija, señor Winter?

–Mi flor hermosa tiene 24 años.

– ¡Igual que Seungcheol! Que coincidencia. – comentó su madre sonriendo. –Yeun, ¡Yeun!

– ¿Sí, señora Choi? – vio a Yeun asomándose desde la puerta que conectaba el comedor con la cocina, se escuchaban los platos y el quehacer de las mucamas. Era un caos allí dentro.

– ¿Podrías traernos algo de pie de fresa, por favor?

–Enseguida, con permiso.

–Tienen que degustar el pie que prepara nuestro chef, señor Winter, es sumamente exquisito.

Seungcheol volteó los ojos. Era sólo una jodida tarta, igual a las otras.

–Imagino eso, tomando en cuenta la cena tan deliciosa que tuvimos esta noche, no es para menos que el postre sea igual o mejor de bueno.

–Seungcheol, ¿por qué no traes algo de vino de nuestra reserva? – propuso su madre. –Con el vino los sabores se intensifican.

El chico se estaba sacando un trozo de carne de una muela con la lengua, abrió los ojos de par en par, era la primera vez en tres horas que notaban su presencia.

– ¿Yo? – balbuceó.

–Claro que sí, cariño, anda. Tráenos un vino añejado por favor. – apretó la mandíbula cuando su madre quiso hacerse la cariñosa.

– ¿Y cómo luce un vino añejado?

Todos rieron con gracia fingida, menos Jasper y su prometida. Ellos entendían el calvario que estaba pasando el chico.

© Gliese (Libro Dos) | S.Coups (Seventeen) #KpopAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora