Han pasado algunos años, son otras personas, ya inició su siguiente vida. El ciclo de la reencarnación no tiene fin, mucho menos para nuestros protagonistas. Ahora son completamente diferentes y ya no comparten sueños en común como en "Syzygy"... pe...
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"Intento esconderlo, pero siento que puedes verlo todo. Intento actuar indiferentemente, pero lo siento todo. Cuando todo esto pase, si dejo ir tu mano, siento que no podré verte de nuevo."
[Stay – KNK]
– ¿Segura que ya te sientes mejor? – Jaeryeong la perseguía por la cocina del local, mientras Miranda tomaba la caja de vasos desechables de café consigo e iba por la de las tapas. –Mir...
–Jae, me siento bien, sólo tuve un pequeño estado de shock hace dos días.
–Puedo cubrir tus mesas por hoy...
–Jae. – suspiró mirándola. La chica de origen coreano se quedó estática tras ella. –Necesito el dinero, tengo cuentas que pagar.
–Ya, está bien. – la más pálida de las dos levantó los brazos en señal de derrota. –Sólo estaba preocupada por ti.
–Estoy muy bien ahora, Jae. Es más, deberías ayudarme a planificar mi primer aniversario con Seungcheol, ¿qué debería hacer? Es en una semana. – salió por la puerta, la caja casi se le caía al ver al chico en traje. Vio la hora, como siempre, era puntual: siempre llegaba entre las 9:20 u 9:30, nunca fuera de esos 10 minutos.
–Es el chico que te hace ojitos. – bromeó su amiga. –Es mi mesa, yo lo atiendo. Termina con los vasos.
Palmeando su espalda vio a su mejor amiga salir del mostrador hasta la mesa 17.
Con un sentimiento de incomodidad que no la dejaba en ningún segundo, pasó al menos un instante antes de que Jaeryeong volviese a acercarse a ella.
–Mir. – susurró mirando por encima del hombro de la morena. –El cliente me pidió que lo atendieses tú.
Con un suspiro, se dio media vuelta para encarar al chico, que estaba de espaldas quitándose el saco de vestir.
–Está bien...
Una vez frente a él, sus miradas se conectaron y Miranda sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal.
–Hola. – le saludó ella.
–Hola, señorita. – le sonrió. – ¿Se siente mejor hoy?
La morena apretó su libreta en mano.
–Estoy bastante mejor, sí. Muchas gracias por su ayuda aquel día.
–De nada, señorita. De verdad que me preocupó mucho cuando la vi llorando, y me sentí muy mal, usted es muy hermosa como para tener lágrimas en sus mejillas.
Él miró el menú, a Miranda se le hizo tierno que el chico se sonrojase.
– ¿Quiere pedir algo de cenar? ¿O será sólo el típico café americano que siempre pide?
