Han pasado algunos años, son otras personas, ya inició su siguiente vida. El ciclo de la reencarnación no tiene fin, mucho menos para nuestros protagonistas. Ahora son completamente diferentes y ya no comparten sueños en común como en "Syzygy"... pe...
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"Mi corazón comienza a acelerarse cómo si fuese al espacio, no hay tiempo que perder, sabemos qué decir."
[Dancing On The Moon – Jessica]
–Buenos días. – Seungcheol saludó al entrar, una distraída Miranda leyendo nuevamente levantó su mirada.
– ¡Llegaste! ¡Hola!
Antes de que él chico pudiese saludarla, ella se agachó y puso sobre el mostrador una bolsa con el libro.
–No me dejas entrar al local y ya quieres que me vaya. – se llevó la mano al pecho, fingiendo estar lastimado con un mohín en el rostro. –Ah, tu indiferencia me duele tanto...
La hizo reír. Sonrió, admirando su sonrisa.
–Sólo quise tenerlo listo para hacerte perder menos tiempo...– admitió ella.
– ¿Miranda? ¿Hay un cliente?... – vio a un chico alto saliendo de los últimos estantes. –Oh, buenos días, bienvenido.
–Hola, buenos días. – le saludó. El chico parecía asiático, al igual que Miranda y él. – ¿Eres coreano?
–Chino. – soltaron la morena y su compañero al mismo tiempo.
–Se llama Junhui. – explicó ella, señalando su tag de empleado.
– ¿Tú eres asiático? – Junhui dejó la caja vacía de la que dejó libros en estantes tras el mostrador.
–No, soy estadounidense. Mi padre es coreano. – aclaró.
–Entiendo. Soy chino, pero gané una beca para Cambridge.
Seungcheol abrió los ojos de par en par, ¿Cambridge? ¿Era un nerd o sólo un genio?
–Ya veo, felicitaciones por tu beca.
Hablaron de temas completamente triviales, hasta que (mientras cerraba la tienda) Miranda preguntó a Seungcheol si tenía clases ese día.
¡Diablos! Iba tarde.
–Gracias por recordármelo... voy tarde. – tomó la bolsa con el libro y miró a la chica. – ¿Se van?
–Tenemos que cerrar. – indicó Junhui.
Esta vez, el chino fue el que bajó la reja de seguridad del local. Miranda y Seungcheol se miraron a los ojos, un curioso Junhui fue astuto y vio el ambiente que se formó, así que se alejó de los chicos para darles privacidad.
–Yo también tengo que ir a la universidad. – antes de que pudiese caminar, Seungcheol le tomó el brazo.
– ¿Puedo llevarte? – preguntó en un susurro, casi rogando. Quería pasar más tiempo con ella.
