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/sin foto de portada porque el internet de Venezuela me odia y no se sube/


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"Y he estado negando este sentimiento de desesperanza, en mí, en mí."

[Lost in Paradise – Evanescence]


– ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? – Seungcheol abrió una de las tres hamburguesas que había comprado para sí mismo. Era doble de carne, dio un mordisco grande mientras se acomodaba en la banca del parque, frente al lago, encarándola.

–Me gusta bailar. – ella mordió tímidamente su hamburguesa.

– ¿Así que bailas? – se atrevió a limpiarle la comisura del labio con el dedo, chupándolo luego para no desperdiciar la kétchup como le decían en ese país. – ¿Qué género te gusta bailar?

–Ballet.

Abrió los ojos de par en par.

– ¿Ballet? – Miranda asintió con la cabeza, mordiendo de nuevo su hamburguesa. –Dices que bailas ballet.

–Por 17 años fui bailarina. Pero luego me becaron para estudiar ingeniería, y tuve que renunciar a mi sueño...

–Tienes que bailar. Quiero verte bailar algún día y no tendrás excusas, ¿bien?

–Bien. – rio.

Hablaron de cualquier tema, mirándose y de vez en cuando rozando sus manos "sin querer". Estaban disfrutando la compañía del otro, y eso les hacía bien.

–Entonces trabajas como camarera también. – la miraba a los ojos siempre.

–Sí, es mi otro trabajo alterno a ser dependienta en la librería. ¿Y a ti qué te gusta hacer?

–Cantar. Es mi secreto más oculto, sólo dos personas saben que canto.

La mirada de Miranda le pedía que cantara. Y decidido a no posponer otro deseo de ella, tomó aire antes de comenzar a cantar. Ella lo observaba, anonadada, porque Seungcheol tenía una voz que era el equilibrio perfecto entre la fuerza y la dulzura. Era increíble, sintió que quería escucharlo cantar para siempre.

Pero una vez que él se intimidó por unas personas que lo miraban desde el césped, varios pasos detrás de la banca donde estaban, fue que se dio cuenta de la manera en la que ella lo observaba.

–Perdón, es que... No canto mucho en público, lo siento. – murmuró tímido. Puso sus labios sobre el sorbete para tomar algo de soda, pero ella no dejaba de mirarlo. –Sí sigues observándome así vas a enamorarme más.

– ¿Te enamoré? – preguntó ella sonriente. –Tú me enamoraste.

Eso le sorprendió.

– ¿Yo?

–Sí, cuando me ayudaste...

Seungcheol comenzó a reír.

– ¿Tan poco te ayudan los desconocidos que yo te ayudé un segundo y esto pasó? – soltó sarcástico.

– ¡No! No se trata de eso... Es más bien... Algo en ti. – suspiró, ambos mirándose a los ojos, sus rostros muy cercanos. Miranda se mordió el labio, pensativa. La vista del castaño no dejó pasar eso desapercibido. –Hay algo en ti que me encanta, algo que no tiene nadie que haya conocido. Me haces confiar en ti sin darme cuenta.

–Tú me haces sentir igual. – ¿esa era la tarde de "seamos honestos uno con el otro"? –Apenas te vi... fue un golpe en el pecho, lo juro. – soltó esa risita estúpida que hacía cuando reía a carcajadas. –Y no dejo de pensar en ti, ¿sabes que en mis clases, cuando tengo que pensar en reacciones químicas, tú no me dejas estudiar? Estás ahí y eso me jode tanto, pero me gusta.

– ¿Te gusta pensar en mí?

–Me gusta mucho, sí. Me gusta todo de ti. Y cada vez descubro más cosas y este sentimiento crece y la sensación en mi estómago aumenta, y necesito saber si es algo pasajero o no. Puede que seas un capricho de una semana, pero esto ya ha durado un mes y demonios.

Antes que ella contestara algo, él decidió contestarse a su propio debate y la besó. La sintió tensa, y luego relajándose, poco a poco sus músculos liberaron tensión y se volvió una gelatina en sus brazos.

Durante sus clases de medicina general, aprendió en Neurología que el cerebro humano libera hormonas cuando besas a la persona que amas o que te gusta: estas hormonas actuaban como una droga, con efectos iguales a emborracharte, a la droga más dura, aprendió la teoría de los efectos de un beso. Pero experimentarlo por primera vez en su vida fue algo descomunal.

Desmedidamente él también se relajó, y lo que tanto estudió en noches sin dormir para exámenes lo apagaron.

Por fin besaba a la chica que le gustaba.

Y entendió algo colosal: estaba desmedidamente enamorado, sin vuelta atrás.

–Miranda. – murmuró en sus labios. –Tengo que decirte algo.

Reposó su frente sobre la de la chica.

–Estoy muy enamorado de ti. – la besó de nuevo. – ¿Qué piensas hacer al respecto?




–Toc, toc.

– ¿Qué quieres?

–Abriré la puerta, ya te he visto las bolas muchas veces de todas formas.

Escuchó sus murmuros enojados.

–Ajá, pasa.

Entró al baño de la habitación de su hermano, lo vio tras el vidrio traslúcido frotándose el cabello para hacer espuma. Bajó la tapa del escusado y se sentó sobre esta, su teléfono tenía rock a todo volumen.

–Apaga esa mierda.

–No. – respondió sin más. –Tengo que decirte algo, Jasper.

–Mi tarjeta de crédito está en mi billetera, búscala en alguno de mis jeans.

–No es eso, tonto. Quiero invitar a Miranda a la cena previa a tu boda.

– ¿Quién es Miranda?... – recordó de repente, sin abrir los ojos para mirarlo porque se enjuagaba el cabello. – ¡Ah! Ya, tu Julieta.

Seungcheol estaba cabeceando con el riff de guitarra de una de las canciones.

–Sí, ella. ¿Puedo traerla la semana que viene?

– ¿Aquí? Oh, Cheollie, sabes que es una cena sumamente familiar, vienen mis suegros y las hermanas mayores de Jess.

–Sí, pero quiero invitarla igual.

Jasper cerró la ducha, tomó una de las toallas para secarse.

– ¿Por qué te secas dentro de la ducha?

–Porque no quiero mojar el piso del baño, le ahorro trabajo a Yeun y al resto.

Hizo un mohín, Jasper se enrolló la toalla y salió, encarando primero a su hermano antes de salir a vestirse.

–En fin... Sobre tu chica, si quieres tráela, te doy permiso. Quiero conocer a la famosa mujer que te robó la piedra que tienes en el pecho. – Seungcheol lo golpeó con uno de los jabones de hotel que coleccionaba de alguna manera rara Jasper, dándole justo en la frente. – ¡Eres un descorazonado y lo sabes! Idiota. Ven, ayúdame a escoger qué me pondré.

– ¿Vas de cita hoy?

–Sí, tengo una cena con la familia de Jessica, ¿crees que el color champán se me ve bien en una camisa de vestir?...

© Gliese (Libro Dos) | S.Coups (Seventeen) #KpopAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora