Prólogo

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Figuras extrañas e indescriptibles se dibujaban a su alrededor, rodeándolo y engulléndolo. Su suave risa, como la brisa de la naciente primavera, inundó sus oídos, mientras miraba encantado a la silueta que se alzaba frente a él.

No estaba siendo hechizado. Miguel nunca se atrevería a usar su magia en él

Se lo prometió, y confiaba plenamente en ello.

Cayó de rodillas frente al brujo, quién estiraba su brazo en su dirección, esperando a que tomara su mano.

Y juró sentir el aire abandonar sus pulmones cuando rozó sus dedos.

Lemniscus [EcuPer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora