capitulo.20

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-Ya había pasado una semana desde el día que Rachel se desmayó, ya se sentía mucho mejor, e incluso comenzaba a sentirse viva y no como un alma en pena.
Por otro lado, Peter comenzaba a sentirse inquieto, debido a lo que Rachel provocaba en su interior.
Cuando la vió no sintió lástima. Solo una enorme admiración por aquella chica, verla tan pálida, su belleza perdida trás los duros días sin comida, eso lo inquieto.
Él pensaba que por medio de los ojos podemos ver el alma de las personas, y en aquellos ojos azules que solo derrochaban tristeza adueñaron su ser, no pudo resistirse, aún que sabía que quizá no era lo correcto meter a alguien que apenas y había visto. Pero sintió la necesidad de hacerlo, de protegerla.
Cuanto hubiese querido haber estado para ella cuando se encontraba en peores condiciones.
Rachel se había tomado el tiempo de contarle todo a Peter, y no para que sintiera lástima o quisiera ayudarle más de lo que ya lo hacía, solo quiso hacerlo, sentía que de alguna u otra forma le debía eso e incluso más, no cualquiera deja entrar a una extraña a su casa.

Esta mañana Rachel estaba enfundada en un sencillo vestido floreado, resaltando su piel blanca.
Peter se encontraba trabajando, por su ausencia debía estar al tanto con lo que ocurría en su empresa, cualquier paso en falso podía llevarlos a Piqué.
Rachel estaba exausta por haber limpiado tan solo la planta baja, no quería imaginar cómo se sentiría cuando limpiará cada una de las recámaras.
Peter no se lo había pedido, de hecho había insistido en que siguiera recostada, sin embargo Rachel sentía que se lo debía.
Y debido a su terquedad estaba demasiado mareada, así que se tomó sus pastillas.
Sentía cómo su rostro palidecia, como iba perdiendo la noción del tiempo, como sus fuerzas se esfumaban, para cuando intento detenerlo ya estaba en la inconsciencia.

Peter iba bajando de su automóvil cuando un mal presentimiento lo atacó, sintió una presión en su pecho, sabía que algo andaba mal, lo sentía.

Alterado abrió la puerta de su mansión, al entrar un silencio siniestro lo recibió, encontró a Rachel en el suelo, pálida, para el el tiempo se detuvo, sentía como aquella flor se había derrumbado, corrió hasta quedar frente a su pequeño cuerpo, la examinó, y para su alivio notó que ella seguía viva, eso lo hizo sentirse mejor.
La llevo a su habitación y allí mismo la desvistió, cuando observo aquel cuerpo tan blanco como una hoja no pudo evitar desearla, e incluso su cuerpo le parecía genuino, sin embargo se contuvo, y le puso una de sus camisetas, le quedaba demasiado grande, pero se veía perfecta enfundada en ella.
Llamo a un médico de manera apresurada para que le dieran informe de cómo se encontraba.
Quince minutos después el doctor la examinaba con precaución.
Le explicó que fue un increíble bajo de presión, Peter había encontrado las pastillas en la mesa y el vaso sin agua; ella se había tomado sus pastillas antes de desmayarse, eso fue una ventaja.
El doctor le comento que debido a ese gran bajo quizá ella despertaría mañana, así que Peter aprovecho para meterse a bañar, cuando salió sonrió al ver a aquella hermosa chica con sus facciones relajadas en un gesto que a él le parecía divino.
Se recostó a un lado de ella pasando su mano por la pequeña cintura de Rachel, disfrutando de su cercanía, de su aroma, y sin más se quedó dormido a su lado, esperando a que ella despertará-.

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