Capítulo 10: "I promise".

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12.17 pm.

  Tal y como le había dicho a la doctora hace unas horas, no podía dormir más. Estoy incómoda, mareada y adolorida, pero vaya que estoy cansada, siento que no he dormido en días.

— Permiso —escucho la voz de mi hermano detrás de la puerta.

  Sin esperar una respuesta de mi parte —otra vez—, entra.

  Ha ido a casa, es fácil saberlo, se ha cambiado de ropa. No sé cómo pudo ir siendo que mi padre hoy tenía el día libre.

— ¿Fuiste a casa? —le pregunté mientras toma asiento en el sofá en el que durmió.

  Sé la respuesta, pero quiero saber qué pasó cuando llegó ahí.

— Sí, me duché, me cambié y comí algo —responde, mirando su celular.

— ¿Y él... estaba ahí? —hablo temerosa.

  Inmeditamente desvia su vista del telefono, el cual deja de lado, para luego mirarme. Su expresión es indescriptible, pareciera que está pensando en qué responder. El silencio comienza a reinar en la habitación hasta que finalmente niega con la cabeza y habla.

— No —responde—, por lo que aproveché de ordenar un poco tu cuarto.

  Me quedo helada ante sus palabras. ¿Cómo que ordenó mi cuarto?

— ¿Quién te ha dado el derecho?

  Sé que ahora me pondré a la defensiva. Mis navajas estaban guardadas en una pequeña caja que tenía encima de mi escritorio, la cual cayó al suelo, obviamente, pues mi escritorio quedó vacío gracias a mi padre.

  Si es que Junior las encontró soy mujer muerta. Él, primero, comenzará a hacerme preguntas, y, segundo, lo usaría en mi contra. Le diría a sus amigos y desde ahí se pasará la información por el resto de la escuela, lo sé, porque lo ha hecho antes.

— Se dice "gracias"—contesta—, y no necesito algún derecho para hacerlo, solo fue una buena acción de mi parte.

— ¿Una buena acción? —pregunto. Él automaticamente asiente—. Invadiste mi privacidad —ataco.

  Esto puede que sea exagerado para algunos, pero no para mi. Mi habitación es como mi templo, paso ahí la mayoría del tiempo. En ese cuarto lloro, río -aunque lloro más de lo que río—. Ahí están mis cosas privadas, las no privadas. Todo.

— Sí, una buena acción, ¿acaso es malo que lo haya hecho?

— Sí —respondo—, es mi habitación, no puedes llegar y entrar cuando se te de la regalada gana.

— ¿Por qué, te da miedo que encuentre algo? —pregunta.

  Joder.

  Toma su celular, se levanta del sillón y comienza a caminar en mi dirección.

— No, ¿qué podría ocultar? —digo con una sonrisa.

  Se queda parado a mi lado derecho, apoya su brazo en el mueble blanco y alto que
hay al costado de mi camilla y me observa.

  Su mirada es intimidante por lo que la evito lo que más puedo.

— No lo sé. ¿Por qué te cubres hasta arriba, Aria?

  Joder.

— Porque hace un frío de mierda —contesto.

  Estoy comenzando a ponerme nerviosa a más no poder. Él sabe, o tal vez no, pero de lo que sí estoy segura es que ha encontrado o visto las navajas.

Bullied (Trigger Warning)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora