Luke se fue en cuanto Yelena bajó del auto. Me besó, me puse de pie y se despidió.
—Entremos a la casa, parece que quiere empezar a llover
Las tres entramos, la casa de Yelena era hermosa, tenía alberca y cancha de tenis.
—Mi madre nos dejo ver películas en la sala y nos preparó bocadillos — comenta Yelena.
La madre de Yelena tambien había dejado palomitas y unos sándwiches.
Pusimos la película de Titanic, pero hubo una escena donde no pude evitar pensar en Luke.
La película termino y no evitaba pensar e invocar a él.
—¿Y si nos vamos a nadar?—pregunto Charlotte.
—Pero debemos esperar a que nos baje la comida— respondí.
—Sirve de que buscamos trajes de baño en el centro comercial— dice emocionada Miranda
—Pero ¿Quién nos llevara?—pregunte pensativa.
—Pues mi chófer— respondé.
Todas fuimos al centro comercial, Yelena y Charlotte se probaban cada traje de baño que encontraban.
—Nos probamos estos 6 y salimos va? — dijo Yelena colgando los trajes de baño en un carrito— Siento que aquí esta el indicado.
—¿Por qué no revisas unos?— pregunta Charlotte.
—Claro, en lo que ustedes se miden los trajes y yo puedo buscar alguno— respondí.
—Nos vemos aquí— dijo Yelena.
Me salí de la tienda y fui a buscar en una tienda de moda.
—Bienvenida, ¿Qué buscaba?— pregunta una vendedora.
—Un bikini— contesto.
—Permitame, aquí hay una gran variedad de bikinis. ¿Buscabas algo en especial?
—Algo sexy— comento.
—Creo que tengo algo que te va a gustar— respondé.
La vendedora me dio un bikini de color negro, en cuanto lo vi supe que era el indicado, me lo probé y por alguna razón seguía pensando en él mientras me veía en el espejo. Me cambie por mi ropa normal y me fui a encontrarme con las chicas. Al llegar a la casa de Yelena me puse mi bikini salimos a su alberca, me senté en una de las típicas sillas donde puedes estirarte y me puse a tomar el sol mientra Miranda y Charlotte nadaban.
—¿No piensas nadar?— me cuestiona Luke.
Su voz, suena dulce y muy masculina.
—¿Qué haces aquí?— lo interrogo confundida.
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—Yelena es mi vecina— me respondé.
—¿Y eso qué?
—La alberca es mía— él lo dijo sin apartar su mirada sobre mi.
Yelena y Charlotte se acercaron.
—Es verdad, la mía es techada, pero la están limpiando— dice Yelena.
—Luke nos presto su piscina— comenta Charlotte.
—Ven, hay algo en mi casa que quiero enseñarte— me dice Luke.
Se alejan Yelena y Charlotte porque Mike las llamo, me puse de pie aprovechando que Michael distraía a mis dos amigas. Me coloque una bata y me fui con Luke a su casa.
—¿Qué quieres enseñarme?—pregunto mientras entro a su casa.
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—Mi cuarto pero hay una regla para entrar— explica observandomé.
—¿Cuál?— pregunto.
—No se admite ropa— responde mientras sus labios besan mi cuello y muerde el lóbulo de mi oído.
Luke me tomo de la mano y me guió al fondo hasta llegar a un cuarto azul marino que daba directo a la piscina.
Una puerta de vidrío suplía lo que era una pared.
—Alguién podría vernos, Yelena o Charlotte podrían voltear y vernos.
—Recuéstate en la cama— habla Luke seductoramente mientras se empieza a quitar el pantalón.
—Luke, yo...
—Tú sólo hazlo princesa, te haré sentir en las nubes— él sonríe.
Me recosté en la cama, me sentía un poco asustada. Luke abrió mi bata lentamente. Sentí sus labios carnosos besar mi ombligo por encima del bikini, sus manos acariciaban mi muslo lentamente.
—Luke, me siento rara— comento.
—Se le llama excitación— dijo.
Luke me quito mi bikini y me quedo completamente desnuda. Sentí sus manos acariciar mis pechos mientras me miraba con detenida calma.
Él abrió lentamente mis piernas, se hinco frente a mi y beso mis piernas hasta llegar a mi intimidad, su lengua se introducía en mi, su sexo oral se sentía bien.
—Basta Luke— dije excitada entre gemidos e intentando cerrar mis piernas, cosa que él no permitía.
—No, hasta que tú y yo podamos terminar.
Luke continuo dándome sexo oral, mis manos se cerraban con las sabanas entre ellas, mis gemidos eran cada vez más fuerte.
Él me miro, estaba muy ruborizada ¿Y quién no? Luke beso mi cuello mientras jugaba con sus dedos en mi intimidad. Estaba a punto de gritar de placer cuando sentí su miembro detenido por su bóxer rosar mi intimidad.
—Estás lista— dijo Luke para después despojarse de sus prendas.
No podía creer lo que veía, tenía un impresionante abdomen y un miembro que dejaría atrás a cualquiera.
Él se acerco y metió lentamente su glande en mi, primero la punta y después fue metiéndomelo poco a poco hasta entrar completamente.
Se movía sacando y metiendo su glande de mi intimidad. Sentí una especie de placer que jamás había sentido, sentí que la respiración se cortaba, y ahí fue donde paso. Solté un gemido que pareció excitarlo más.
Me tomo por la nuca y se movió más bruscamente, sentía que me lastimaba pero la excitación me evitaba decir algo.
Escuchaba a Luke gemir y me susurro en mi oído
—Me encantas Rosalyn— parecía un sueño, pero no sabía que sólo era el inicio de una enorme pesadilla.