Mis amigos reían durante el almuerzo a causa de sus bromas pesadas y comentarios estúpidos. En ningún momento escuché realmente la conversación, pues mi mente y vista solo viajaban hacia ti; Bebías tu malteada mientras leías un nuevo libro, al parecer te gustaba la poesía.
Eras un gran escape.
Y todo iba bien hasta que esa chica se acercó a ti y besó tus mejillas, así como jugó con tus manos.