Eternity //MikaYuu (Reescrito)

El dormitorio

Me he pasado un siglo haciendo esta nueva parte, pero como compensación el maratón va a durar un poco más. Lo siento por las demoras, de verdad. Por eso este cap es está enorme y todo. Mañana actualizo, lo juro, en fin, feliz maratón.

-------

Y entonces antes de que me diera cuenta,

 Yo había dejado de ser el rubio para volverme solo Mika.

Y tú habías dejado de ser el nuevo para volverte solo Yuu-chan.

------

Mika mentiría si dijera que el niño nuevo y el no se habían hecho algo parecido a amigos con el pasar del tiempo. Y mentiría también que más que decirle niño nuevo, por que había dejado de ser nuevo hace un buen tiempo después de todo, ya llevaba casi medio año allí, prefería decirle Yuu-chan.

Al principio no lo hacía mucho, por que sentía que era vergonzoso, por que después de todo el chan hacía que el nombre de Yuu soanara un poco a nombre de mujer. Pero cada vez era más y más frecuente, poco a poco el había dejado de decirle rubio y Mika había comenzado a decirle Yuu chan. 

Y aunque al inicio le dijera que se callara Mika siempre supo que le gustaba un poco que lo llamara de ese modo-aunque nunca lo admitiría, por que no admitir lo que sentía era lo más común en él. Y un día, cuando Yuu se puso malo, por huir del orfanato de nuevo para ir a Dios sabe quién, y le dio tanta fiebre que tuvieron que llevarlo al hospital, Mika se sorprendió a sí mismo revolcándose en la cama preocupado, suplicándole al universo que Yuu estuviera bien.

!No vuelvas a hacer, eso cabeza chorlito!--fue lo que primero que logró gritarle  cuando lo vio volver al dormitorio, aún caliente, con las mejillas algo rojas y signos de a verse puesto a llorar. 

El niño apretó los puños y lo apartó de un manotazo, pero Mika no se hizo a un lado tan rápido, por que después de todo, aquel miedo, aquella preocupación, había sido demasiado y quería buscar algún modo de hacérselo pagar.

No he dicho que puedas irte, Yuu-kun-- dijo sujetándolo de la muñeca--He pasado una noche sin dormir por tu culpa así que creo que me debes una explicación.

No te debo nada--susurró Yuu, una emoción venenosa colándose por su voz. Las luces del dormitorio parpadearon brevemente unos segundos y los pocos niños que se encontraban en el dormitorio salieron rápidamente del lugar-- Así que suéltame Mika, no te lo voy a repetir.

¿A donde vas cuando cruzas las colinas?--lo ignoró Mikaela y Yuu se quedó tiezo, de una pieza, tan blanco como el papel-- Fuiste allí la vez en la que te encontró la hermana Makise, ¿No es cierto? ¿Por que insistes tanto en ir a ese sitio, eh?--lo sacudió, con fuerza, y Yuu casi se cae de cara por la presión. Mika era vagamente consciente de que los niños se comenzaban a acercar-- !No he dormido toda la noche por tu culpa,Yuu! !Dime a donde demonios...!

!Lo siento!--gritó Yuu, llorando, y Mika se quedó como una piedra por que era la primera vez que veía ese lado tan vulnerable de él. Los niños del cuarto, incluso Akane a la que no le agraba Yuu, lo miraban consternados, y en alguna parte de su cabeza supo que lo que estaba haciendo estaba mal.

Lo siento-- dijo más despacio, temblando, y Mika se sintió aún peor--Lo siento, Mika--cuando las mejillas comenzaron a mancharse por las lágrimas y los mocos comenzaron a salir-- Lo siento, lo siento, lo siento, yo...yo solo...

Ya basta--dijo Mika abrazándolo con fuerza--Ya basta, Yuu. Yo lo siento. No debí gritarte, ¿vale? Así que perdón.

Yo solo quería verla...--murmuró bajito, como si fuera un secreto-- Ella aparece en el árbol del final de la colina y yo siempre soy un niño malo y ella no...

"Está hablando de su mamá..."

Detente--dijo Mika al borde las lágrimas-- Detente Yuu. Querer ver a tú mamá muerta no es malo ¿Entiendes? Así que por el amor de los cielos deja ya de llorar.

Ella me odia-- murmuró con voz rota-- Ella me odia, pero yo la quiero Mika. ¿Por que la...

Mika lo besó en los labios, con fuerza, por que había visto a un par de chicos hacerlo con las chicas en las películas cuando se ponían a llorar como locas y quería que Yuu solo parara de llorar.

Fue apenas un segundo pero sus labios, pequeños y gorditos, sintieron una energía extraña, que calló al mundo entero al instante e hizo que Yuu dejara de llorar.

¿Que hiciste...--preguntó Yuu, extrañado.

Mika le sonrió.

Un hechizo--le dijo como si nada-- Y ha funcionado por que dejaste de llorar.

Dos días después Yuu tubo la pesadilla y dos meses después pasó la pelea con Taichi en el comedor. Y desde aquella tarde en el dormitorio, desde aquellas conversaciones en la biblioteca, esa pesadilla y esa obsesión/atracción extraña que había desarrollado por él Mika decidió una cosa.

"Una persona como Yuu, nunca debería llorar"