Esa noche de lluvia

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"El verdadero amor no muere.

Es eterno Yuu-chan"

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Han pasado ya diez años desde aquello, pero Mika recuerda el día en el que Yuu vino al orfanato como si aquello hubiera sucedido ayer.

Fue en una noche de lluvia, de esas lluvias violentas y tormentosas, que tiñen al cielo de un azul extraño, casi negro, y aterrorizaban a los niños pequeños a la hora de dormir. 

Sus compañeros de cuarto, unos diez niños pequeños, todos varones, ninguno mayor de diez, incluido él, se acurrucaban contra sus camas, temerosos, compartiendo el estrecho colchón con alguien de confianza, para evitar ponerse a llorar.

Ve a la cama, Mika—le dijo uno y Mika le dijo que lo haría más tarde. El inusual sonido de las ruedas de un auto atrajo su atención rápidamente y se apoyó en puntitas hacia el alfeizar de la ventana cerrada, estirándose un poco para ver quién acaba de llegar.

Era un policía, estaba seguro. Reconoció a aquel hombre de rostro duro y cabello negro casi al instante, era el oficial Guren Ichinose, el mismo policía que había venido un par de semanas antes a la escuela a hablarles a los chicos mayores de la escuela sobre los peligros de la drogadicción. Vestía su uniforme de policía, incluso, y el auto blanco con rayas negras debía de ser la patrulla en la que solía ir.

Mika frunció el ceño, curioso, ¿Qué hacía un policía en el orfanato de la ciudad? ¿Había hecho algo malo, acaso, y estaba viniendo por él? El pensamiento le dio escalofríos pero al hacer memoria no recordó haber hecho algo especialmente malo en estos días, de hecho se había portado especialmente bien, así que no tenía mucho sentido eso de que el poli hubiera venido por él.

Como si hubiera oído sus pensamientos Guren levantó la cabeza hacia la ventana y antes de que pudiera verlo Mika se ocultó detrás de la pared. Se quedó quieto un par de minutos, o lo que el sintió como un par de minutos, y no fue hasta que sintió que el policía no se percataría de su presencia cuando volvió a mirar.

Se asomó con sigilo a la ventana, aún más lento que la última vez, y vio a una madre salir del orfanato, protegiéndose de la lluvia atroz con uno de esos paraguas parchados que las hermanas siempre solían llevar. El policía abrió la puerta de la patrulla, y un niño de cabello negro, pequeño y cabizbajo, bajó del auto en cuestión.

Mikaela recuerda haber limpiado el cristal de la ventana con el brazo para poder ver mejor, pero todo fue en vano, la lluvia intensa volvía a las imágenes borrones sin forma y el niño, la monja y el policía entraron tan rápido al orfanato que Mika no pudo ver nada más.

Se quedó parado en la ventana un rato más para ver si el niño salía de nuevo, pero todo fue en vano. Porque veinte minutos después se abrió la puerta, aunque solo salió el policía, y la silueta de la patrulla perdiéndose en el asfalto fue lo último que Mika pudo ver antes de que la institutriz revisara las habitaciones y le mandara a dormir.

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Hola chicos, este es mi nuevo proyecto. Como se han dado cuenta es una historia de capítulos cortes y la trama será introducida de poco a poco, de forma lenta.

En fin, tengo algo de tiempo libre y actualizaré en estos días, denle estrellitas a esta parte de la historia

Eternity //MikaYuu (Reescrito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora