Capítulo 3: Narnia

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POV ____

Me desperté gracias a los gritos de alguien, todavía seguía siendo de noche. Susan aparentemente también se había despertado, así que es de suponer que también escuchó los gritos.

–¿Qué fue eso? –pregunté asueñada, irguiéndome de mi cama al igual que Susan.

Nos miramos desconcertadas.

–No lo... –no terminó lo que iba a decir al darse cuenta que el otro lado de su cama estaba vacía y comprendió lo que sucedía. Suspiró– Lucy.

Salió de la cama, agarró su bata y salió de la habitación. Yo hice lo mismo y la seguí fuera, dirigiéndonos a la habitación de los chicos.

–¡Peter! ¡Despierta! ¡Peter! –se escuchaba a Lucy gritar.

Entramos al cuarto y, en efecto, ella se encontraba allí sacudiendo a Peter para que se levantara, quien, por cierto, se veía bastante lindo adormilado.

–¿De qué estás hablando, Lucy? –decía Peter con esfuerzo, pues al pobre aún se le veía con sueño.

Edmund también se encontraba presente, pero este no parecía haber estado durmiendo. Se le veía bastante despierto, de hecho.

–¡Narnia! –dijo Lucy obvia– ¡Está en el ropero, yo te lo dije!

Susan se acercó a ella y le habló seria.

–Fue un sueño nada más.

–¡No! –insistía Lucy– ¡Ví al Sr. Tumnus de nuevo! ¡Y Edmund también fue!

Todos nos volteamos a ver a Edmund, quien se había quedado perplejo y sorprendido, al igual que nosotros.

–¿Entraste al bosque? –le pregunté yo confundida– ¿Conociste al fauno?

Él parecía no saber que responder, por lo que solo negó con la cabeza.

–Bueno... –empezó Lucy pensativa– él no fue a ese preciso lugar conmigo. ¿Qué hacías ahí, Edmund?

El susodicho pareció ponerse nervioso e hizo lo que siempre hace para zafarse, o al menos, por lo que he visto, lo que normalmente hace. De acuerdo a como reaccionó hoy en la tarde con Peter, he llegado a una teoría del por qué.

–Yo... solo fingí contigo –contestó obvio, y todos lo miramos desconcertados– Disculpa, Peter. No debería haberla alentado pero... ya sabes como son las niñas pequeñas: no saben cuando dejar fingir.

Dicho esto, Lucy comenzó a llorar y salió corriendo de la habitación. Edmund se veía satisfecho, a lo que nosotros lo miramos con cara de <no otra vez> y salimos a seguir a la menor de los Pevensie, no antes de que Peter empujara al castaño de vuelta a la cama.

Encontramos a Lucy abrazando un hombre mayor que supuse era el profesor Kirke, por lo que quedamos inmóviles al saber lo que eso significaba, pues de acuerdo a la regla "mayor" de Macready, no debíamos molestar al profesor, lo que ya habíamos hecho. O eso creo, pues él no se veía molesto.

La Sra Macready salió de prisa entre murmullos y alboroto.

–¡Están a una travesura de dormir en el establo! –decía hasta que se calló al ver al profesor allí –Profesor. Disculpe. Les dije que no debían molestarlo.

–Descuide, Sra Macready –le dijo mostrándose bastante tranquilo– Seguramente hay una explicación. Pero primero... creo que ella necesita una taza de chocolate. –le entregó a Lucy y desaparecieron de ahí.

Entonces, nosotros tratamos de salir del lugar en disimulo pero, el profesor volvió a centrarse en nosotros y nos llamó, a lo que no pudimos hacer caso omiso.

Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero (Peter Pevensie & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora