Capítulo 9: Un sacrificio

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POV ____

No podía dormir. Miles de pensamientos se acumulaban en mi cabeza. Había pasado un buen rato con Peter, sin dudas. Nada más recordar lo cerca que estuvimos hacía que sonriera al menos un poco... hasta que mi mente volvía a otros momentos: mamá. Ultimamente he estado pensando en ella... en ella y papá. Me preocupaba el estado de mamá, unas semanas antes de que me evacuaran, mamá había estado algo mal y deprimida, por papá. No la podía culpar. La guerra parecía empeorar en lugar de mejorar, y con cada reportaje de radio era imposible no alterarse y pensar si papá, si su esposo, estaría bien... o aún con vida. En ese entonces yo estaba ahí para apoyarla, pero ahora que no estaba, no se como estaría, sin hablar de los constantes bombardeos en Londres.

Seguía sin poder conciliar el sueño hasta que ví pasar una sombre cerca de la carpa, la sombra de un animal, un león. Me levanté de mi cama y tomé mi capa junto a mis armas rápidamente tratando de no hacer mucho ruido para no despertar a las chicas, pero claro, algo salió mal. Por descuido y gracias a la oscuridad, no podía ver muy bien por donde caminaba y accidentalmente golpeé con la cama Lucy, moviéndola un poco. La pequeña se levantó con expresión confusa.

–¿____? –me llamó entrecerrando los ojos– ¿Qué pasa? ¿Qué haces despierta?

Hesiteé antes de contestar.

–No es nada, Lucy –susurré mirando hacia fuera para ver si Aslan seguía por ahí– Vuelve a dormir.

–¿A dónde vas? ¿Por qué llevas tus armas? –volvió a preguntar.

–En verdad no es nada –le dije tratando de arroparla de nuevo un poco apurada– Tu descansa.

–Vamos, dime –volvió a insistir.

Suspiré.

–Es... Aslan. O al menos creo que es él –le expliqué de prisa– Me pareció ver su sombra pasar. Solo iré a checar. Regresaré en unos minutos. –dije caminando a la salida de la carpa.

–Voy contigo –dijo levantándose de su cama y tomando su capa.

–No, no. Tu quédate aquí con Susan y vuelve a la cama. –me detuve y traté de convencerla.

–No, iré a ver también. No es que pueda dormir tranquilamente tampoco así que iré. Es más, que Susan también venga.

–No, Lucy. Tienes que quedarte.

–¡Susan! –llamó a su hermana pareciendo no escucharme y suspiré en rendición, la castaña mayor se despertó algo desconcertada hasta que su mirada se posó en mí y pareció entender al verme con armas en mano. Tomó sus cosas y salimos todas de la carpa y yo comencé a buscar con dificultad, por lo oscuro que estaba, a Aslan. Me acerqué un poco por donde comenzaba el bosque para poder ver mejor si se había adentrado a la arboleda, pues la sombra había parecido tomar esa dirección.

–¿A quién buscamos? –preguntó Susan todavía un poco confundida.

–Aslan –le contesté yo.

Antes de que pudiera decir algo más, logré vislumbrar la figura de un león a lo lejos por el bosque.

–¡Allí está! ¡Vamos! –les avisé y comenzamos a correr en esa dirección tratando de escondernos del león, tratando de no ser descubiertas, pero no funcionó muy bien. Unos momentos después de seguir al león, éste pareció notar nuestra presencia.

–¿No deberían estar en la cama? –nos preguntó y salimos de donde nos habíamos estado escondiendo caminando hacia donde estaba él.

–No podíamos dormir –le contestó Lucy.

Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero (Peter Pevensie & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora