Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero (Peter Pevensie & tú)

Capítulo 8: Jadis hace una visita

POV Peter

Más tarde de que Ed regresara, las chicas y mi hermano menor tuvieron su comida fuera de la tienda. Edmund parecía que se atragantaría con tanta comida que se metía a la boca.

–Deja un poco de comida a Narnia –bromeó Lucy con él, Ed solo sonrió. Jamás lo había visto sonreír de tan buen modo, siempre el niño berrinchudo. Y ahora, me alegraba mucho verlo tan cambiado.

–Van a darles algo para el viaje de regreso –les avisé. Todos me miraron desconcertados.

–¿Regresaremos? ¿Porqué? –preguntó Susan con el ceño fruncido.

–Ustedes sí –les comuniqué serio y miré a mis hermanos– Le prometí a mamá que los mantendría a salvo.

–Pues a mi mamá tú no le prometiste nada –me dijo ___ igual de seria– Así que yo no regreso. Me quedaré.

–Puede que no, pero igual tienes que regresar –contesté decidido– Es peligroso. No quiero que salgan lastimados, ninguno de ustedes.

–¿Y por eso tú te quedas? Ni creas que te dejaré solo, Peter. Además, por algo estamos aquí los cinco...

–Nos necesitan. –comenzó Lucy– A todos nosotros –afirmó lo que había dicho ____.

No quería separarme de mis hermanos... no quería separarme de ____, pero si el significado de que se quedaran era que salieran heridos, tenía que dejarlos ir. ____ ya se había lastimado el brazo y ni siquiera había iniciado la "guerra". Se supone que se quedó aquí con nosotros para ayudar a mi hermano, ahora Ed ya esta de regreso y pedirle que se quede más tiempo sería abuso. ¿La extrañaría? Sí, totalmente. Cierto que tal vez este comenzando a sentir cosas por ella, y es por eso mismo que la quiero a salvo.

–Ya les dije. Es demasiado peligroso –insistí– Te ibas a ahogar, ____ se desangraba con la herida...

–No fue tan grave, sigo viva, gracias. –dijo esta última– No exageres.

–No estoy exagerando. A Edmund casi lo matan –seguí insistiendo.

–Es por eso que debemos quedarnos –habló de repente mi hermano– He visto lo que la Bruja Blanca puede hacer. Yo la ayudé a hacerlo. –se escuchaba en su voz el arrepentimiento– No quiero que por mi culpa sufran los demás.

Nos quedamos en silencio unos segundos hasta que Susan habló.

–Pues entonces está decidido –se paró de donde estaba sentada.

–¿A donde vas? –le pregunté.

–Tengo que practicar –me respondió mientras tomaba su arco y sus flechas y caminaba en dirección al campo donde se encontraban los blancos.

–¡Espera, Susan! –gritó ____ igual levantándose de su lugar y tomando sus armas– Iré contigo.

Y dicho así, ambas se fueron.

Finalmente, decidí ayudar a Ed a entrenar igual con su espada. El chico era listo y arrojado, solo necesitaban algo de práctica. Él montaba un caballo de pelajes café mientras yo montaba lo que parecía ser un unicornio. Pasábamos por el campo donde se encontraban las chicas entrenando.

–¡Vamos, Ed! –le dirigía yo– ¡La espada hacia arriba! ¡Como dijo Oreius!

–¡En guardia!

–¡Ahora bloquea!

Después de unos cuantos mandobles, llegó el Sr Castor avisando que la Bruja se encontraba en camino para hablar con Aslan, algo que no podía ser bueno. Llamé a las chicas y les avisé igualmente y corrimos de vuelta al campamento.