Un Extraño en Casa

-D o s -

Él la tomó por los hombros y la sujetó durante unos segundos para que recuperase el equilibrio. Tenía las manos fuertes y marrones, marrones claros.

-Ho-la -dijo, mientras la sostenía.

Desconcertada por la sorpresa, y por el hombre, sólo pudo responder «hola», antes de que un enorme perro blanco y negro del tamaño de un oso saliera corriendo de la casa. Detrás de él iba un niño con una gorra, que se paró para darle una palmada en el brazo al hombre. Después gritó:

-¡Tú la llevas! -y bajó corriendo por las escaleras hasta la playa, detrás del perro.

-¡Tiempo muerto! -respondió el hombre, y después bajó la mirada hasta ____-. Lo siento. Soy Justin Bieber -dijo, y le tomó la mano para estrechársela, con los ojos llenos de risa al ver su confusión.

-____ Adams -dijo ella débilmente.

-¿Puedo ayudarte en algo? -preguntó él. Era un poco más alto que ____, rubio. Tenía el cuerpo musculoso y demasiado expuesto, salvo lo que estaba debajo de un bañador hawaiano. Estaba muy relajado para ser alguien a quien acababan de sorprender ocupando ilegalmente la casa de la playa de Natty.

-¿Es esta la casa de Natty Walter? -quizá se hubiera confundido de casucha. Ojala.

En aquel momento sonó su móvil y respondió la llamada.

Justin Bieber se apoyó contra el quicio de la puerta y la observó.

-¿Qué? -dijo, irritada-. ¿Dígame?

-¿____? -aquella voz era la de su amada ex socia.

-Gracias a Dios, Natty. Estoy en la casa, y, no te lo vas a creer, pero...

-Hay un hombre. Ya lo sé -le dijo Natty-No tuve oportunidad de decírtelo. Lo contraté antes de que nos viniéramos a Londres para que hiciera algunos arreglos y pintara para poder vender la casa.

____ miró a Justin, que continuaba observándola, y después se volvió y se alejó unos pasos para continuar la conversación con un poco de privacidad.

-Me gustaría que me lo hubieras dicho.

-Te lo estoy diciendo ahora. Y hay una cosa más... Puede que viva ahí una temporada. Como parte del trato, le dije que podía quedarse hasta que terminara la reforma.

-¿Le dijiste que podía vivir aquí? -preguntó ella con la voz temblorosa. Después le dedicó a Justin una débil sonrisa.

-Es bueno tener a alguien ahí para que vigile un poco las cosas. Era para matar dos pájaros de un tiro.

-Tenías que haberme avisado.

-Supongo que estaba distraída. Y tú te marchaste tan rápidamente... Justin es un buen chico, es completamente de fiar. Ha trabajado para mis vecinos, y también cuidaba de sus hijos mientras ellos salían a hacer recados, o a trabajar. Es muy amable. He hablado con él varias veces.

-Pero, ¿él va a vivir aquí? -le preguntó ____ entre dientes-. ¿Conmigo? -y de nuevo, intentó sonreír a Justin.

-Hay dos habitaciones, ____. Y él no te va a atacar, ni nada por el estilo... a menos que tú quieras, claro -y entonces añadió, en un tono más bajo-: Si yo estuviera en tu lugar, déjame decirte que... guau.

¿Guau? Aquello no era propio de Natty.

-¿Por qué me dices eso? -le preguntó Ariel exasperada, con la esperanza de que Justin no hubiera oído nadó. de aquello.

-El amor está por todas partes, ____. Párate a oler las rosas.

¿Oler las rosas? Todo lo que ____ olía era a algas y a pescado... y a una esencia de coco que Justin Bieber llevaba en el cuerpo.