Capítulo 5

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-Mira lo que tengo...- Los tres hombres estaban en la puerta de la casa. Samuel estaba a punto de irse y tenía que decirle algunas últimas cosas al nuevo niñero y a su hijo. Sobre todo a Bruno, que casi siempre hacía de las suyas como todo niño que quiere jugar.

La última niñera que tuvo, había renunciado el primer día de la semana de prueba, sólo porque al momento de estar preparando un pastel, Bruno se lo había tirado en la cara. Y aunque tiene que admitir que cuando se la encontró toda llena de nata sintió ganas de reirse, tuvo que pedirle disculpas y castigar a su hijo frente a la mujer.

Guillermo sacó una barra de chocolate de su mochila y la extendió frente a Bruno. Antes de que el pequeño pueda agarrarla, Samuel lo había hecho primero.

-Nada de chocolate, no me gusta que coma porquerías...- Guillermo lo miró sin creerselo, pero la mirada seria del mayor le dió a entender que hablaba en serio. Rió y levantó sus manos en forma de que se rendía.

Samuel lo miró extrañado y extendió la mano, antes de hablar.

-Dame el resto de chocolates que tengas ahí dentro...- Señaló la mochila, Guillermo miró la mano de Samuel, el puchero que hizo el pequeño y de nuevo a Samuel. Le lanzó una mirada de "míralo al pequeño, cómo puedes?" A lo que el mayor se negó totalmente.

Odiaba que Bruno coma porquerías que no eran necesarias y aunque con su mamá y su mejor amiga no podía hacer nada, básicamente era el nuevo Jefe de Guillermo y podría despedirlo cuando quisiese. No cree que el menor se arriesgue a desobedecer ordenes directas de su parte.

Guillermo tomó su mochila y sacó otros 3 chocolates más. Samuel lo miró sorprendido.

-Amo el chocolate...- Sonrió inocente y Samuel rió, encaminándose a la cocina para tirar las barritas de chocolate. Cuando volvió al salón, Guillermo y Bruno estaban sentados en el sofá, con los brazos cruzados y formando un puchero con sus labios.

Un poco de ternura llegó a su corazón y no necesariamente por su hijo, aunque él se obligaba a pensar que era por él.

-Guillermo, por favor, no te unas a él y su capricho- El chico rió fuerte, causando una sensación de tranquilidad en el pecho de Samuel que quiso borrar rápidamente. No sabía que era aquello que sentía, pero le hacía bien y necesitaba que Guillermo ría más.

-Bueno, ya me voy. Hijo, portate bien, no quiero quejas de Guillermo.- Samuel se inclinó a la altura de su hijo para darle un beso en la frente.- Mucha suerte, Guillermo- Estiró la mano para estrecharla con el chico y se fue de la casa, dejando a las otras dos personas paradas en frente de la puerta.

Al escuchar el ruido del auto ser arrancado, Bruno habló.

-Tienes 'shocolates', no?-

-Claro que si, Bruno- El pequeño rió. Guillermo, le caía bien.

(...)

Habían pasado ya varias horas y las dos primeras dosis de pastillas ya se las había dado. Eran las siete y media. Según el mensaje que le había llegado de Samuel, hoy tendría una reunión de imprevisto con los abogados y los dueños de la otra empresa, porque lo que seguramente iba a llegar más tarde de lo normal, aunque para la cena ya debería de estar. Guillermo le dijo que no habría problema en quedarse más tiempo ya que la estaban pasando muy bien con Bruno.

Y era verdad. Junto con el pequeño, se había divertido demasiado. Habían jugado a los héroes por toda la enorme casa y el jardín. Habían jugado al fútbol en la play, y por más que le cueste admitirlo, Bruno le había ganado al mejor de tres. Para tener sólo cuatro años, sabía manejar muy bien los controles... además de que sabía como distraerte. Samuel, después de todo, tenía razón con su hijo. Aunque aquello lo volvía más divertido, porque no era trampa por completo. Muchas veces, Guillermo sabía que el plan de Bruno era distraerlo y él se distraía igual para dejarlo ganar. De todas formas, fue más por merito de el pequeño el que haya ganado que su "dejar ganar". Era muy competitivo para ello, por más de que sea un niño, amaba ganar. Le había dado dos barras de chocolates, una cuando Samuel se fue y otra cuando había terminado de comer las pastillas de las 9 sin rechistar, ya que eran las que más odiaba. Si Samuel se llevara a enterar, sólo espera que no se enoje demasiado con él, no está en sus planes perder el trabajo que recién acababa de conseguir.

Ahora mismo, el pequeño se estaba dando una ducha. Cuando termine, de seguro sería la hora de darle la pastilla y comenzaría a hacer la cena. Aunque Samuel le haya dicho que no era necesario, que la haría él cuando llegue, Guillermo sentía que debía agradecerle de alguna forma por aceptarlo, además de que Bruno se había comportado de lo más bien y no se arrepentía por nada.

Marcaron las ocho en punto, y un Bruno recién bañado y vestido venía bajando las escaleras tranquilo. Se acercó a Guillermo, en espera de lo que él ya sabía que tenía que tomar. El mayor le sonrió y en el tercer estante a un lado de la puerta, tomó el frasco de pastillas verdes.

-Toma...- Le tendió un vaso con agua y una de las pastillas.-¡Muy bien!- Lo felicitó cuando había terminado su labor.

Daba igual que Bruno ya sea lo suficientemente grande como para andar festejandole cosas como esas, a Guillermo le encantaba y por la sonrisa que se le formaba al menor, sabía que a él igual.

Bruno realmente era un niño muy bueno. Había sido criado se la mejor forma posible. Era atento y muy educado, sabía perder, sabía aceptar sus errores y casi nunca lloraba por berrinches. En toda la tarde, había llorado una vez sola porque todavía no sabía muy bien como atarse los cordones y se sentía muy mal consigo mismo por eso. Guillermo lo había consolado diciendo que no había problema en que no sepa, no todos aprender a la misma velocidad. Y junto a un par de cosquillas y risas, Guillermo se había ganado un adorable abrazo y gracias por parte del menor. Sólo esperaba que al pasar la semana, Bruno y Samuel lo acepten, porque este niño ya tenía su corazón ganado.

-¿Qué estas 'hacieno'?- Bruno se puso de puntitas para ver sobre el mármol de la encimera, notando como Guillermo cortaba un par de verduras.

-Pollo con ensalada...- Le tendió un tomate para que coma y el menor comió el pedacito directo de la mano de Guillermo.

(...)

-¡Llegué!- Gritó un apurado Samuel, al entrar en la casa. Silencio se oía por todo el salón, por lo que supuso ambos estaban en el segundo piso. Un aroma rico se dejaba notar y puso en blanco los ojos al darse cuenta que Guillermo había ignorado su petición de que no cocine.

Caminó hacia la cocina y ya había colocado los manteles individuales, sólo dos platos, vasos y pares de cubiertos. Se mordió el labio inferior, negó con la cabeza y agregó uno más de cada uno.

-¡LLEGUÉ!- Gritó más fuerte al pie de la escalera, escuchando un "papá" eufórico que siempre lo hacía sonreír. Sintió los pasos veloces de su niño y lo atrapó cuando este saltó los últimos tres escalones.-Hola, mi niño... ¿Cómo estuvo todo?- Lo dejó de nuevo en el piso y le arregló la camisa que se había arrugado por el abrazo.

Muy bien! Guille es muy divertido- Samuel se extrañó por el "Guille" que había dicho su hijo y le sonrió. Escuchó como bajaba Guillermo y espero a su llegada hasta abajo para saludarlo.

-Buenas noches, Samuel...- Dijo educado cuando llegó al final de la escalera y Samuel le respondió con un asentimiento, no sabía que era esa forma tan cohibida de actuar frente a él, pero le salía solo.

-¿Cenamos?- Le preguntó Samuel a Bruno, quién asintió corriendo hacia la cocina.

-Bueno, creo que ya me iré...- Guillermo comenzó a caminar hacia la puerta siendo detenido por el fuerte agarre del mayor. Su mano había rodeado la muñeca de Guillermo y parecía que sólo ese toque había provocado fuego en su interior. Se separaron velozmente.

-Quédate a cenar, hombre. Tú la hiciste, tú también debes disfrutarla...- Y Guillermo le sonrió.

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Madre mia, primer día de la semana que se vieneeee aldnksbsisksk Que les parece? Bamos vien.

Espeeeero que les haya gustado, a mi me encanta la verdad, así que espero que a ustedes igual.

Muchas gracias por todoooo el apoyo que le están dando! 300⭐ es mucho para lo que merezco :') Gracias💜

Y nos leemos otro día...

Luna❤

PD: Hay una nueva portada, que les parece? La que las hace se le pintó hacer otra y me encanta!! Así que muchas gracias, Sam<3

El Niñero de Mi Hijo⚽WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora