Capítulo 15

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Hace tres años.

Las calles de Barcelona lucían hermosas. El verano que recién daba su comienzo, pintaba la ciudad con colores llamativos. El sol que golpeaba las casas y edificios, no era tan potente, pero suficientemente brillante como para alumbrar perfecto. Había vientos leves que evitaban sentir el calor. Todos sabían que estas brisas estarían sólo al comienzo de la estación, por lo que la gente aprovechaba para salir a disfrutar del hermoso aire veraniego.
Ambos muchachos paseaban por el parque de su barrio. De la mano, y sintiendo el amor en el aire, se desplazaban por el pasto verde buscando algún lugar con sombra para poder disfrutar del picnic que habían preparado. Estaban cumpliendo seis meses de novios y ninguno había pensado una mejor forma que celebrarlo que saliendo juntos a disfrutar del hermoso día que hacía. Reían por los triviales temas de conversación que tenían, además de la agradable sensación de estar compartiendo este momento junto a la otra persona. Ambos se sentían en el mismo paraíso cuando estaban con el otro. No sabían describir muy bien lo que sentían, sólo sabían que se sentía bien, demasiado bien, y que no querían dejar de sentirse así. Sus corazones latían veloces, como la primera vez que estuvieron compartiendo momentos como este. Mejor dicho, sus corazones latían veloces como siempre que estaban juntos. Se querían, demasiado, y ninguno quería separarse del otro.

Luego de encontrar un lugar medianamente vacío y bajo la sombra de un árbol, los dos se sentaron en el pasto, luego de colocar una manta. No es que sean así de finos, era más por la comida que por otro tema el que usaran la manta para sentarse. Sacaron lo básico de su pequeña canastita: sanguches de panceta y queso, un poco de fruta para el postre y un delicioso jugo de naranja exprimida. El mejor almuerzo para una tarde de verano calurosa.

Con ganas de condimentar su sanguche, el mayor de los dos, cruzó al almacén que se encontraba al frente de aquel parque en busca de un pote pequeño de mayonesa, y si a caso, ketchup. Ambos eran muy fans de la mayonesa, el menor no mucho del ketchup ya que el tomate no era su fruta favorita, pero si no le quedaba otra, podía comerlo sin problema.

El menor aprovechó la ausencia de su novio para acomodar todo perfectamente, así ahorraban tiempo y podían empezar a comer lo más rápido posible. No es que sea un hambriento en potencia, es que estuvieron un buen rato desde que salieron de la casa hasta llegar al parque. Mas que nada porque su novio le había discutido que era para el otro lado de donde realmente era y tuvieron que ir y volver para demostrarle al mayor que se estaba equivocando. Obviamente, rieron por eso y el menor no dudó en burlar al otro varias veces durante el trayecto, esta vez para el lado correcto, hasta el parque.

-Disculpa- La voz que sonó de repente a sus espaldas lo sorprendió. El menor giró asustado por el repentino sonido, pero se tranquilizó al ver a un muchacho parado detrás suyo.-¿Tienes un vaso de más que puedas prestarme? Estoy con mi pareja y ninguno de los dos se ha acordado de traer vasos...-

-Oh, por supuesto, puedes quedártelo sin problema, son descartables.- El chico sentado estiró su brazo para pasarle el vaso al muchacho. Él le sonrió agradable y se retiró, no sin antes decir gracias por el vaso dado.

A lo lejos, el menor pudo ver como su novio volvía con dos pequeños potes de mayonesa y ketchup. Le sonrió feliz, porque le gustaba aquel hombre y porque al fin podrían empezar a comer. Aunque al parecer no estaba en planes del otro chico el comer deprisa ya que había llegado con una cara de pocos amigos al lugar en donde el menor se encontraba. El chico se sentó, y comenzó a sacar las cosas que faltaban en silencio. El menor, sin saber muy bien que había pasado, lo ayudó a terminar de acomodar las cosas mientras preguntaba.

-¿Ha pasado algo?- Comenzó a preparar los sanguches con los condimentos y fiambres que ya sabía que le gustaba a su novio y se lo tendió.

- No me ha gustado como te ha sonreído ese chico, ¿Quién se cree? Tú eres mi novio, no el suyo, no puede sonreírte así.- El menor, bastante poco sorprendido por el comentario que había hecho el otro, trató de razonar con él. Sabía lo celoso que era su novio y podía aceptarlo, pero había veces que sin duda se pasaba de celos.

- Amor, sólo me vino a pedir un vaso para compartir con su novio- Dijo haciendo énfasis en las palabras "su novio" para que el otro entienda que no tenía nada que temer, y que mucho menos él iba a hacer algo con alguien teniendo novio.- Yo te quiero a tí y no necesito a otra persona- Se estiró un poco para depositar un beso en la mejilla de su novio, pero éste seguía mirando con cara de pocos amigos al chico sentado un par de metros de ellos. El menor rodó los ojos y comenzó a comer su sanguche.

- Sé que tu me quieres, pero sólo no me gustó su sonrisa. Eres mio, ¿Entendido?- Dijo ahora el otro, mirando seriamente al menor, quien asintió sin prestarle demasiada atención a lo que decía su novio. Ese sanguche estaba realmente rico.

(...)

- ¡No puedo creer lo que mis ojos vieron, Guillermo!-

-¡Ay por Dios, Arian, que no hicimos nada! Aparte es Frank, ¿Cómo puedes sentir celos de él, por favor? ¡Es como mi hermano!- El menor ya no podía controlar los celos de Arian.

Guillermo y Frank estaban en la casa del primero. Como todos los viernes que pasaban juntos desde que se conocen, las noches eran de películas y palomitas, una combinación que para ambos era como un manjar. No por las películas, claramente, eso era sólo una excusa para comer palomitas a montones. A los dos les encantaba y aunque prestaban atención a la película, no era realmente lo que más les importaba. Han llegado a atrasar el ver la peli por horas sólo porque las palomitas no habían salido tan ricas como a ellos les gustan. Es que sí se comen, se comen bien.
Ya se habían comido todo y a la película todavía le quedaba un poco menos de la mitad para terminar, en un acto de aburrimiento Frank comienza a molestar a Guillermo para divertirse. Entre molestia va y molestia viene, terminaron en una guerra de cosquillas que ninguno quería terminar. O se rendía alguien o podían seguir hasta que sea de día. Y ambos sabían los soportadores que eran en esos momentos. Arian, por el ruido que ambos estaban haciendo al reírse, bajó de la habitación del menor para ir a ver qué estaba pasando. Sus celos salieron a flote en cuanto vio a Frank encima de Guillermo casi ganando esa batalla de cosquillas.

Enloqueció, comenzando a gritar y preguntar de una forma no muy amable qué estaban haciendo. Que no podía creerlo y que nada de eso estaba bien. Guillermo le pidió a Frank que se vaya, que él podía con eso. Aunque el pelinegro no quería, se fue luego de varias insistencias del menor. Y ahora se encontraban Arian y Guillermo discutiendo por lo anterior ocurrido. A altas horas de la noche y con pocas ganas de soportarse.

—¡Tú eres mío, Guillermo, nadie te puede tocar además de mí!— Gritó desesperado Arian, acercándose amenazante hacia el menor.

—No te equivoques, yo no soy tuyo ni de nadie. Somos novios, pero no soy de tu propiedad, ¿Me escuchas?—

—¡Serás lo que yo quiera que seas, joder! Eres mí novio, ¡mio!— Tomó el brazo de Guillermo para que este no se vaya y continuó con sus gritos, sin importar los pedidos para que lo suelte del menor. Le estaba doliendo, y parecía que poco le importaba al otro sobre eso.

—¡SUÉLTAME! ¡Me lastimas, Arian!— El mayor soltó su brazo, pero lo empujó fuerte contra la pared que el menor tenía detrás. Guille se golpeó brutalmente y chilló por el dolor que aquello había provocado. Arian se detuvo en su lugar al ver como los ojos del menor se aguaban un poco. De verdad, lo había empujado con mucha fuerza.

—Guille, perdóname, por favor, no pasará de nuevo. En serio, por favor, perdóname— El menor lo corrió de delante suyo para pasar, y se fue de la casa pegando un portazo.

Después de eso, Guillermo no quiso volver a ver a Arian. Pero éste haría lo que fuera para verlo otra vez.

~•~•~•~•~

Si, odiemos todos a Arian, estoy de acuerdo.

HEY! Cómo están??? Espero que muy muy bien.

Les gustó? Va interesante, no? Creo que después de este capítulo quedarán unos... Tres o cuatro, quizás cinco como máximo para terminar. Que sad todo, pero en algún momento tenía que pasar.

No tengo mucho para contar mas que estoy por llevarme matemática porque el tema es una mierda y no entiendo nada, adiós.

Bueno, espero que les haya gustado mucho mucho, o poco, pero que les haya gustado.

Nos vemos en el próximo cap. con nuestra historia actual again y..

Nos leemos otro día<3

Luna❤

El Niñero de Mi Hijo⚽WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora