Capítulo 18

7.5K 705 112
                                    

Las cosas inoportunas solamente podían pasarle a él y es que era así. La llegada de Arian a la casa de Samuel fue de su total sorpresa, y no tardó tiempo en reaccionar en que el mayor podía llegar en cualquier momento. Tenía que sacar a su ex de ahí cuando antes porque no podía arriesgar a que Samuel piense cualquier cosa sobre su presencia en ese lugar. Y menos que menos que piense que él tuvo que ver con eso. Por favor, si es que no tenía ni ganas de verlo. Se mudó a Madrid por esas razones. Quería alejarlo de su vida para siempre y justo ahora venía a caerle, cuando estaba todo más que bien. Cuando su vida estaba tomando un rumbo bueno y alegre, que lo llenaba de paz y amor. Bua, si es que estaba odiando con todas sus ganas a Arian, mucho más de lo que ya lo hacía hace tiempo. Aunque verlo de nuevo, lo hacía darse cuenta de que ese sentimiento no cambió jamás y que siempre va a permanecer en su persona, por los tiempos de los tiempos.

Lo odiaba y no era poco decir. Habían tenido luchas a muerte, pero nunca como esa en la que el otro se había pasado con él. Por suerte tenía el suficiente amor propio como para irse antes de que todo empeorase. Sabía que si pasaba una vez, podía pasar muchas veces y no se iba a arriesgar a eso. Lo amaba en aquel entonces, no lo iba a dudar, pero sabía bien, que lo que Arian sentía, no era del todo amor. No tenía porqué desconfiar de que un poco de amor sentía él, pero cuando se mezcla con la posesión y el pensamiento de que la otra persona es tuya, el amor cambia rotundamente. Pasando a ser un tipo de obsesión que no te deja pensar con claridad. Amor no es insultos, ni golpes, ni siquiera celos. Que Guillermo era capaz de entender en un principio los celos, que podía pensar que pueden ser porque lo quería mucho, pero no. Los celos, por más que la sociedad los pinte de lindos y tiernos, no son nada de eso. Hacen mal, te hacen dudar y la mayoría de las veces, naces de inseguridades propias. Si la otra persona nos ama, ¿Por qué no haría eso? Porque dudamos de que nos ame, porque estamos tan metidos en el miedo de que nadie nos quiera, que arruinamos todo cuando alguien nos quiere de verdad. Y, después de todo, es inevitable sentir celos, pero hay forma de demostrarlos. Puedes hablarlo con la persona, puedes dejarlos pasar y convencerte de que de verdad te quiere, porque lo hace. Pero jamás golpear o insultar. Jamás ir al otro extremo del amor dónde ya no es amor, es posesión.

Mío mío mío, yo.
No soy tuyo, ni sos mía.
Somos nosotros, compartiendo un sentimiento.
No soy tuyo, ni sos mía.
Somos nosotros, amándonos.

¿Y qué pasa cuando se destruye el nosotros y pasas a ser del otro? Nunca sos del otro, sos tuyo, de vos mismo.

Y Guillermo lo tenía más que claro.

—¿Puedes decir que cojones haces aquí?— Habló Guillermo, sin ganas de pelear, pero con un enojo dentro que tenía mucha ganas de sacar. Tanto tiempo le costó superar que su novio era una de esas persona obsesivas y posesivas. Justo cuando está bien y feliz con un hombre que lo vuelve loco, Arian llega para arruinar sus ilusiones.

Y no, no era capaz de enamorarse de él otra vez, ni siquiera lo extraña. Es sólo que le revuelve el estómago. No de forma tierna ni dulce, de forma temerosa y horrible. Quería que Arian se vaya, para que la sensación se vaya con él.

—¿No me extrañaste? Joder, con ese hombre con el que estás imposible, no?— Levantó la mano para correr el cabello que estaba en la cara de Guillermo, pero éste la sacó de un manotazo rápido. Arian rió.—Jope, ¿Qué te ocurre, bebé?—

—No me digas bebé, y vete ya mismo de aquí—

—Guille, no seas así, ¿No quieres divertirte? Vamos, como lo hacíamos hace años. Será... bastante entretenido— Se acercó, a lo que el menor retrocedió un paso. Cerró la puerta para que el otro no pudiera entrar. Aunque no tenía llaves, prefería esperar afuera a que Samuel llegase, antes de tener que soportar a Arian dentro de aquella casa. Que ya era como su hermoso hogar.

—Escúchame bien, lo nuestro terminó hace mucho tiempo. Me hiciste daño, y lo sabes. Yo te perdono, pero no lo olvido. Así que te vas, y no vuelvas más porque yo no me voy a ir contigo, ni tú te vas a quedar aquí. Sabes que tengo novio, no me interesa cómo, pero no tarda en llegar. Vete antes de que llame a Samuel o a la policía.— Guillermo se colocó duró y fuerte frente a él, esperando causar un poco de imponencia sobre Arian, pero el otro ni se inmutó. Poco más y parecía que se iba a estallar de la risa.

El menor corrió el riesgo de colocar una mano en su pecho, para alejarlo, pero el otro era notablemente más fuerte. Había estado entrenando, parecía que había retomado el gimnasio y Guillermo maldijo eso muchas veces.
Arian tomó sus muñecas, ambas, colocándolas detrás de su espalda, imposibilitando que Guille se mueva. El menor había comenzando a sudar, no sabía de lo que era capaz hacer Arian. Imágenes de golpes y maltratos vinieron a su cabeza, pero antes de eso, el mayor de los dos, estampó sus labios con los del menor, uniéndolos en un beso inquietante y poco gustoso para Guillermo.
 
Movía sus manos intentando liberarse, y trataba de correr la cabeza para que sus labios no choquen, pero Arian volvía a agarrarlo. El mayor tomó con una sola mano las muñecas de Guillermo, y con la otra sujetó la cabeza, impidiendo que pueda así, dejar de besarlo. A pesar que el menor no movía sus labios, era imposible no poder tocar los de Arian.

Quería salir y estaba a punto de llorar. Forcejeó un poco más, siendo más fácil que sus muñecas se liberen, al ser sujetadas por una sola mano.

Un plan vino a su cabeza, y aunque no quería corresponderle, sabía que era lo mejor para poder salir de ese momento.

Comenzó a mover sus labios al ritmo del mayor, sintiendo como este sonreía. Su mente pensaba en el asco que le dió aquello, pero al sentir como el agarre aflojaba, sonrió igual. Se acercó un poco, chocando sus cuerpos y pudo notar como Arian estaba bastante excitado. Sabía que ese era su limite, hizo su mayor fuerza y se salió del agarre del mayor.

—¡Suéltame joder!— Lo empujó, y vió como Samuel estaba con su auto en la puerta de la casa. Aún estaba adentro, sin moverse.
Salió, golpeando fuerte la puerta, llamando la atención del recién empujado muchacho. Se acercó a él, con una mirada furiosa.— Samuel yo...— Fue interrumpido.

—Espérame adentro— Dijo Samuel, sin mirarlo, y con una voz bastante enojada.

—No quiero que pienses cualquier cosa, en serio—

—Guillermo, entra a la casa y espérame allí— Tomó a Arian, quién hacía fuerza para soltar el agarre pero no podía salir, Samuel era mucho más fuerte.— Ya regreso, tú sólo entra, hablaremos cuando vuelva— El menor hizo caso, y vió como Samuel se lo llevaba a Arian con el auto vaya a saber dónde.

Guillermo entró llorando, sólo esperaba que Samuel lo escuchase cuando vuelva.

~•~•~•~•~

Joder con Arian en serio, que manera de hacer quilombo che. Ahre

Buenaassssssssssssss, cómo se encuentrannnnnnnnnnnn?

Ya salí de vacaciones, estoy feliz, les traigo un capítulo no tan feliz pero bueno, da igual.

Además de eso, les traigo una pequeña parte en la cual hablo de la violencia en las relaciones y eso. Que sepan que nunca es amor si te maltrata de CUALQUIER FORMA. Que el maltrato no es sólo violencia, hay muchas formas. Sepan que eso nunca es amor, ni cariño ni nada. No se dejen someter a eso, y si ya están, traten lo más posible de salir, no es bueno ese ambiente, créanme.

Bueno, que les pareció? A mí me parece que va bien.
Ya casi terminamos :(( pero queda todavía finalizar un par de cositas 👀👀

Bua y el epílogo que tengo preparado, Joeee, es que es bello bello.

Bueno, muchísimas gracias por todo, en serio, todos ustedes son mí amor platónico (? Ahre.
Gracias de verdad y.......

Nos leemos otro día<3

Luna❤

El Niñero de Mi Hijo⚽WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora