I don't fuck with you

971 101 13
                                    

- No son de gatitos, son tigres bebes. - Trate de defenderme con algo bastante estúpido. Al menos agradecería traer estos y no las bragas de lana que mi abuela había tejido con figuritas de Doky.

Ella aun juraba que me gustaba ver el canal para niños, pobre, había perdido la noción del tiempo.

- Si eso te hace feliz, serán de tigres bebes entonces.. - Aquella mirada arrogante seguía marcada en su rostro, tanto que me daban ganas de abofetearlo solo para que dejara de sonreírme así.

- Y oye, pequeño pedazo de cabello de brocoli, la próxima vez que veas mis calzoncitos, te dejaré estéril, con solo una patada. No por nada, me obligaron a tomar clases de artes marciales. - Mentí. No sobre que lo golpearía, por que ganas no me faltaban. Me refería a las clases marciales, fui solo un día. Larga historia.

- Lo que te haga feliz... - Volvió a decir y gruñí por lo bajo, tirando mis cabellos. El ya me estaba estresando. Me senté nuevamente en la tapa del inodoro, con mis piernas cruzadas, jugando con el esmalte de mis uñas.

El cansancio comenzaba a vencerme, tanto que mis ojos en ocasiones se cerraban solos. Me obligaba a mantenerme despierta, probablemente que cosas se le ocurriría hacer contra mi al tipo este. Quizás ver nuevamente mis bragas o robarse mi celular, que en cierta forma, ya lo hizo, pero tendría que entregármelo en cualquier momento.

-¿Que hora es? - Tenia ambas manos en su estomago cuando le pregunte, luego paso una mano a su bolsillo sacando su celular.

- Las una cuarenta.

- Diablos... - murmuré. Se sentía como si hubiera estado ya aquí un milenio. - ¿Y ahora?

- Siguen siendo las una cuarenta, Ann. - Soltó una carcajada.

¿Lo había hecho reír? ¡He hecho reír al señor amargado!

-¡Te has reído! - Grité con alegría.

- Claro que no.

- Te has reído. - Hice la danza de la victoria.

- Eres tan infantil - Revoloteo sus ojos. - ¿Cuantos años tienes? ¿Cinco?

- Para tu información, acabo de cumplir los 21. - Sonreí con autosuficiencia. - Y te recabe. - Traté de guiñar mi ojo derecho, pero solo resulto ser una mueca bastante ridícula.

- Entonces será legal. - Y ahí estaba otra vez sonriendo, maldito estúpido.

-¿Será legal que? - Lo mire sin entender.

- Que follemos. - Soltó sin escrúpulos.

¿El.. que, que?

- ¿Tu estás enfermo o qué? ¿Eres algún depravado sexual? ¿Un sátiro? - Cualquier fantasía de un depravado era tener relaciones en un baño o eso suponía. Oh Jebus por favor.

Aunque pensándolo bien, podría dejarlo pasar y tener criaturitas bastantes guapas. El muchacho non estaba tan mal, tenia unos bonitos ojos, ademas sus labios se veían como un tipo de algodón de azúcar y para que hablar de su trasero.

Quizás con sus genes, salve a la cantidad de objetos no identificados nacidos en mi familia.

¿Oh enserio? Que mierda estaba pensando.

- ¡Me tocas y no sales del baño vivo! - Lo amenacé apuntándolo con mi dedo indice, el solo rió.

- No me intimidas, te llevo como por diez centímetros mas. - Se acerco a mi y me levante del inodoro, lo peor en estos casos de amenazas era estar mas abajo del enemigo.

Técnicas de defensa que me enseñaron el primer día de artes marciales, donde termine por quebrarme la nariz, para no ir nunca mas.

- Ademas, ¿quien te asegura que saldremos del baño? Probablemente moriremos aquí y yo sea tu ultima follada. - Guiño su ojo.

¿Que había pasado con el señor desagradable?

- Tengo el polvo pica-pica conmigo, acércate y eres hombre muerto. - Busqué en mi mochila.

- Vale la pena arriesgarse. - Inclino sus hombros y la distancia que había entre nosotros, la acorto dejando sus brazos en ambos lados de mi rostro.

- Voy a gritar.

- Oh, créeme que lo harás. - Paso una mano por mi cintura, jugando con el dobladillo de mi camisa. Cerré los ojos.

- No me hagas daño - Susurré, apretando mis ojos.

De pronto, una estruendosa carcajada se escucho por todo el baño, al abrir mis ojos, me lo encontré tirado en el piso, con las manos en su estomago y llorando de la risa.

- ¿Tu realmente creías que...? - No alcanzo a pronunciar, por que comenzó a reírse de nuevo. El color rojo subió a mi rostro.

Era el mayor idiota de todos.

- Dios... eres... eres un estúpido.

- Entiéndelo Ann, como dice la canción "I don't fuck with you" (No follo contigo) - Mire hacia otro lado. Sabia exactamente lo que decía esa canción. No era nada agradable.

- Escúchame bien. - Me incline hacia el. - Tengo mucha paciencia, realmente demasiada, pero tu has terminado por abatirme. Lo único que trate, fue ser sociable para que las horas aquí dentro, fueran mas rápidas. Lo único que tu has hecho, ha sido humillarme, ignorarme y ser molesto. - Para ahora, su sonrisa se había esfumado por una semblante serio. - Así que ahora, hazme tu el favor de no hablarme, por que estaré bastante ocupada, contando los segundos que pasan, para irme. - Sonreí victoriosa.

La Ann brava había salido, cuando se metían conmigo, era mejor salir corriendo por la propia seguridad de uno.

- Oh y antes que nada - Me voltee - "I" don't fuck with you", buddy - Podía sentir como los aplausos y gritos de mi publico imaginario se escuchaba.

Eso es lo que te pasa cuando te metes con alguien sureña.

Eso es lo que te pasa, cuando decides meterte con Ann Ros

------------------------------------------
Voten si quieren que la siga! 😁👌

Bathroom-BTS / JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora