Elvis, Selena y la semillita

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- ¡Selena ven aquí! - Grito Ann siguiendo a su puerco espín por la casa. En un momento resbalo con el sillón, quedando su cara plantada en el piso. Me reí tomando mi estómago.

- ¿Te caíste?

- No, solo que quise besar el cemento. - Respondió aún tirada sobre el piso. Con una mano, ya que en la izquierda sostenía a Elvis, la levante.

- ¿Y por que no me besas a mi, amiga? - Hice referencia a la última palabra a lo que ella revoloteo los ojos para volver a unirse a la búsqueda de "Encontremos a Selena el puerco"

Les contare, después de haber quedado como amigos, que a mi muy pesar Ann accedió sin ningún reclamo, decidimos que Elvis y Selena se conocieran para salvar su raza y que minis puercos espines nos rodearan. Lo que no teníamos en los planes es que Selena saliera corriendo en cuanto Elvis se le acercara para comenzar a actuar. Si saben a lo que me refiero.

- No eres tú pequeño, ellas son el problema. - Tranquilice a Elvis. - Suelen correr de lo que desean, es normal. - Hable esta vez más fuerte para que Ann me escuchara. Ella se detuvo un momento y me miró con el ceño fruncido.

- Eso pasa por que ustedes van muy rápido. - Lanzo un cojín a mi rostro, produciendo que Elvis saltara de mis manos y corriera.

- ¡Asustaste a Elvis!

- ¡El asusto a Selena! ¿Que clase de animal tiene que orinar sobre ella para tener relaciones?

- Es su naturaleza. - Explique como por décima vez en la tarde.

- Bueno, es asqueroso. ¿Orinarías encima de mi para tener sexo? - Preguntó apoyando sus manos en la cintura. Una sonrisa divertida apareció en mis labios.

- ¿Me estás ofreciendo algo Ann? Pensé que los amigos no hacían proposiciones así. - Me burlé nuevamente a lo que ella gruño. - Yo no te mearía encima, lo que te aseguro que si haría, será hacerte sentir bien en todo momento. - Confesé como si estuviera diciendo algo normal.

Y ahí iba nuevamente el color rojizo en sus mejillas, me gustaba molestarla por que simplemente era adorable verla sonrojada.

- Cállate y ayúdame a buscar a los puercos. - Me empujo y me reí de que ni siquiera pudiera moverme. A lo que yo le devolví el empujón y ella quedo a mil metros de mi.

- Eso es injusto.

- Débil... - Canturrie mientras caminaba hasta el balcón para buscar a nuestras mascotas. Unos puercos no deberían haber ido tan lejos, ¿verdad?

Minutos después, que resultaron horas. Nuestra búsqueda fue un fracaso. Me sentía idiota por que dos puercos inofensivos, que solo sacaban sus agujas cuando Ann se acercaba, fueran mas listos en buscar lugares de escondite.

Ann quien estaba tirada al otro lado del sillón boca abajo, suspiro fuerte. Su brazo colgaba graciosamente del sillón y no pude evitar mirar sus piernas que dejaba a la vista perfectamente con esos shorts negros.

Es dueña de unas piernas largas y bronceadas, que lucen tan suaves que daban ganas de acariciarlas de arriba hacia abajo. Imagine sus piernas rodeando mi cadera, mientras las acariciaba y me removí incómodo, sintiendo como mi amigo aquí abajo comenzaba a hacerse presente.

Ahora no joder.

- Molly me matará. - La vi golpear su cabeza contra el cojín. - Me asesinara a carne viva, me arrancara los sesos y luego los venderá en el mercado negro. - Volvió a golpearse. - Todo por la culpa de Elvis y tu forma de criarlo.

- No juzgues mi manera de criarlo, solo dejo que sea un puerco feliz y liberal, además que golpeándote la cabeza, no los hará aparecer. - Hablé, mientras tomaba un cojín para tapar la erección que estaba sufriendo.

Me sentía un puerco, no de la clase de puerco que ahora estaban extraviados. Me sentía la clase de puerco pervertido. Ann era inocente, en todos los sentidos y yo estaba teniendo imaginaciones donde la inocencia era el menor problema.

- ¡Jebus escúchame por favor! Prometo que si Selena aparece, iré a la iglesia todos los domingos, me haré monja, me dedicaré al celibato. - Miró hacia el techo juntando sus manos.

- Te echarían el primer día por que ni siquiera eres capaz de decir bien el nombre. - Ella me miró y se acerco hasta a mi para darme una cachetada que probablemente sonó hasta la China.

La mire sorprendido sobando mi mejilla derecha.

Ella sabia como dar un golpe.

- ¿Y eso por que jodidos fue?

- ¡Por todo! - Levanto sus brazos exageradamente, para sentarse a un lado mio. La mire extrañado y segundos después, volvió a mirarme, está vez arrepentida. - Lo siento, no se por que hice eso.

Y lo siguiente que hizo, me dejo aún mas sorprendido. Acaricio mi mejilla, donde había propinado el golpe recientemente y cuando me di cuenta había tomado mi labio inferior entre sus labios tímidamente.

Eso definitivamente no lo hacían los amigos, pero no me quejaba.

Por lo que en segundos le seguí el beso, está vez acariciando sus labios con los míos de una manera lenta y suave. Esto definitivamente no estaba ayudando a calmar a mi compañero. Abrí mis ojos para encontrarme con los ojos cerrados de Ann, mire a mi costado como reflejo y lo siguiente que vi fue a Selena y Elvis en un costado de la cocina juntos.

Me separé de Ann sin querer hacerlo y ella algo confundida me miró.

- Atrás tuyo. - Apunte con mi cabeza. Ella giro su rostro, algo avergonzada y sonrió.

- ¿El ha plantado la semillita?

- Definitivamente ha plantado la semillita. - Confirme al ver que ambos estaban demasiado juntos. Ese es mi chico. - Vamos a ser abuelos Ann. - Celebré y chocamos nuestras palmas.

Primera fase del plan "¿Como conquistar a Ann?", completa.

Acercamiento a través de nuestras mascotas.

- Lo de antes... - Quise hablar y me interrumpió.

- También fue por todo, amigo. - Mordió su labio inferior antes de levantarse del sillón e ir hasta donde se encontraban Selena y Elvis.

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Bathroom-BTS / JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora