Garfield.

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Era otro día casual, uno de esos donde Bill visitaba —o mejor dicho, molestaba— a su vecino

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Era otro día casual, uno de esos donde Bill visitaba —o mejor dicho, molestaba— a su vecino. Pero esta vez, entre sus manos, llevaba un pequeño recipiente*.

Tocó la puerta, y lo volvió a hacer. Pero nadie atendía.
—Dipper, sé qué estás ahí... ¿Por qué no me abres?

El rubio no entendía, siempre Dipper gritaba algo. Pero esta vez no escuchaba nada. Tal vez, su vecino se había ido al mercado.

Del otro lado de la puerta, el castaño se negaba a abrir. Seguía avergonzado por lo que había hecho semanas atrás.

Bill no quería irse. Tocó otra vez.
—Dipper... Abreme por favor. ¡Traje lasagna!

Dipper abrió, pues, tenía hambre. Bill gritó de emoción, y abrazó a su vecino.

—¡Te extrañaba!

Se separó de él rápidamente, dejándolo confundido. No tardó en acomodarse en el sofá, dejando la lasaña en la mesita ratona. Dipper se percató de eso.

—¡Oye, no dejes ahí la...

Pero ya era tarde. Un gato gordito y atigrado, estaba devorando el platillo, gustoso.

Bill ni se inmuto, pero se podía oír el crujido del corazón del castaño. Ya no tendría cena.

—No te preocupes, cocinaré más para ti.

Dipper sintió bonito. El vecino era demasiado amable con él. Y en eso, recordó algo.

—Tenía un novio que me cocinaba...

Bill gritó internamente, mientras Dipper tomaba al gato que se había acabado la lasaña.

—Él tenía a Garfield, que no soportaba, y un perro llamado Oddie.

Bill soltó una pequeña risita, era mucha casualidad. Dipper solo lo ignoró.

—Íbamos a su casa a comer, y él cocinaba. Casi siempre cocinaba lasagna, es la preferida de Garfield. Aunque lo hacía delicioso, recuerdo sus macarrones, sus flanes, sus ensaladas...-Se le hizo agua la boca, pero luego recobró su postura-. Es raro, nunca comimos spaghetti. Creo que no le gustaba. En fin, Garfield, Oddie y yo nos devorábamos todo, pero él solo nos veía hacerlo.

Hizo una pausa.

—Pasaron los días y semanas, hasta llegar a dos meses, donde me terminó. Me tiró afuera con su gato, por el simple hecho, de estar gordos.

—¿Qué?

El rubio estaba impactado.

—Yo había aumentado dos kilos, y se notaba. Pero me deshice de ellos.

Bill lo miró.

—¿Quieres volver a tenerlos?

Rio suavemente, y tomó la mano de Dipper, llevándolo a su departamento.

Ahí, Bill cocinó spaghetti. Y tuvo una hermosa cena con Dipper, y el pequeño Valentine. Y tal vez, solo tal vez, haya pasado lo mismo que 'La dama y el vagabundo'.

***
*:Era el taper de su mami, okno.

•La razón del porqué tarde tanto en actualizar:

•La razón del porqué tarde tanto en actualizar:

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'La loca' de los gatos.(BillDip A.U)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora