Figaro.

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 Bill se hallaba frente a una gran duda. Había ido a su visita gatuna de siempre, pero, esta vez no pudo tocar la puerta. Pues, se encontraba mal cerrada. Lo correcto sería cerrarla, y tocarla adecuadamente, pero ¡Tenía una gran oportunidad ahí!  No había nada como asustar a alguien, era divertido.

 El carácter infantil del escritor ganó, y entró sigilosamente a la casa de Dipper. Se paró de puntitas, pareciendo la envidia de las bailarinas, y esquivó a todos los gatos. El castaño no estaba en la sala, y al parecer tampoco en la cocina. Solo faltaba revisar el pasillo, donde supuso que estaban el dormitorio y el baño.

 Pero, ¿Entrar a la alcoba de Dipper? Eso no se hacía. El era una persona hecha y derecha. Aunque... era un escritor, y ¿Por qué no probar lo que hacían sus personajes?

 Algo temeroso, se acercó a la habitación. La puerta estaba entre-abierta. Se asomó para espiar, a pesar de ser incorrecto. Y no se arrepintió de hacerlo. Ahí, estaba Dipper, vestido como la vieja versión de Minnie Mouse.

—No sabía que eras una clase de cosplayer, castaño.

Dipper se alarmó. Rápidamente se cubrió con su bata, y miró asustado a Bill.

—La próxima vez asegúrate de cerrar bien las puertas—Rio, apoyado en el marco de una de éstas—. Puede haber ladrones...

El menor le lanzó una almohada a la cabeza, ahora estaba furioso.

—¿Estás loco, idiota?

—¿Por qué? Tú eres el demente que deja a su hogar sin seguridad.

Para no ver el ceño fruncido de Dipper, se abalanzó a hacerle cosquillas.

—Ya lo digo, pueden robarte... o yo venir y acosarte.

Seguía haciéndole cosquillas, mientras el otro luchaba para que se detenga.

—¡Estúpido!—Le insultaba entre risas—,¡No vuelvas a asustarme así!

Bill asintió con la cabeza, mientras le quitaba velozmente la bata a Dipper.

—Está bien, ahora explícame esto.

La sonrisa del castaño se borró.

—No es nada...—Bill levantó una ceja, no le creía—. Agh, ya te lo cuento.

Se fue de la habitación, y mientras tanto el rubio la inspeccionó. Era simple, y algo antigua. Muebles viejos, pintura blanca. Pero estaba bastante ordenada.

—Él es Fígaro—Dipper llegó con un gatito color negro y blanco—. Primero estuvo con un carpintero, y luego con Minnie.

—¿Eh?

—Minnie, una prostituta—Se sentó en la cama, al lado de Bill—. Yo era amigo de ella, era muy buena persona. Oh bueno, así era su primera "personalidad", pues tenía dos. De día, usaba faldas largas, y un simpático sombrerito con una flor. Era amable, con gente y animales. Y en la noche, era otra. Usaba una corta falda roja a lunares, y un corto y raro pantalón. Un día ella se encontró a Fígaro, pero luego me lo dio a mí, decía que no tenía tiempo. Yo acepte gustoso, porque ella me gustaba. Pero luego descubrí en que gastaba su tiempo, y decidí dejarla.

—Y... ¿Por qué estás vestido así?

—Ella decía que me vería lindo con su ropa...

—Tenía mucha razón.

Dipper se sonrojó, y le extendió una llave a Bill, tratando de no mirarlo.

—¿Y esto?

—Si ves la puerta abierta...— Se sonrojó aún más—. Ahora podrás cerrarla.

Le dio un pequeño beso en la mejilla, y lo echó de su departamento. Cerrándole la puerta en la cara.

***

No hay nada como empezar las clases el día de tu cumpleaños... >.<''

¡Rayos! ¿Y centellas? 

En fin, he puesto algunas historias en borrador, ya que no las actualizo, es que quiero tener pocas historias así puedo organizarme bien. 

Eso es todo, me voy a festejar mis quince años, que vieja me siento, ahre

'La loca' de los gatos.(BillDip A.U)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora