Capítulo 8: Unidos por una venganza.

50 4 0
                                    



Toc, toc- llamamos a la puerta. No obtenemos respuesta, por lo que abrimos sin más.

Lo primero que vimos fue a Anabel tumbada en su cama en posición fetal abrazando a su cojín favorito. No podíamos ver su cara debido a que estaba oculta entre su pelo, pero la oíamos llorando.

- Déjame mamá- exclamó Anabel.- no quiero hablar con nadie.

Sin hacerle caso cerramos la puerta y nos acercamos a ella.

- Somos nosotras- murmuro Tania aproximándose a la cama y sentándose a su lado.

Al oírnos se incorporo en la cama y se aparto el pelo de la cara. Nos miro sorprendida. Se limpio las lágrimas y se sentó. En un principio ninguna sabía que decir.

- ¿Qué es lo que te ha pasado? ¿Por qué estas así?- rompió el silencio Nina.

- ¿Quién ha sido?- pregunto Cecilia.

- Álvaro- fue lo único que dijo.

- ¿Qué te ha hecho?- pregunto Belinda.

- Me pone los cuernos.- susurro.

Todas nos quedamos calladas, no es que estuviéramos sorprendidas, sabíamos su fama de mujeriego.

- Es un cabrón, un...-replicó Tania.

- Sí, es un cerdo, no como mi Lisardo- aclaró Nina.

- ¿Lisardo?- contestó Anabel confundida.

- Si, Lisardo un chico que va a mi clase. Somos novios desde hace un mes. Lo quiero mucho, es mi alma gemela- expresó Nina con una gran sonrisa.

Le lanzamos una mirada de reproche a Nina, ya que no era el momento de ponerse hablar de ese tema y menos después de cómo estaba por culpa de un tío.

- Volviendo al tema, ¿cómo te has enterado?- repuso Belinda tratando de retomar la conversación.

- Pues, estaba en casa de Álvaro esperándolo para salir mientras él se duchaba. Su móvil estaba encima de la mesa y se ilumino indicando que había recibido un mensaje. Lo cogí para saber si era alguno de los amigos con los que habíamos quedado avisándole del lugar. Al ver la pantalla vi que en efecto era un amigo y ponía el lugar pero al salir de la conversación, me fijé que tenía debajo había otra con una chica.- trago saliva. - Lo abrí y descubrí que se mandaban mensajes picantes y por lo que se ponían, daban a entender que se habían acostado. Además la muy guarra le mandaba fotos desnuda.

- ¿Y qué hiciste?- preguntó Cecilia que la había abrazado para darle fuerzas.

- Pues me fui de la casa sin decirle nada- contesto apenada.

- ¿Cómo? ¿Te fuiste así sin más?....- preguntó furiosa Tania.

De pronto un móvil empezó a sonar, era el de Anabel que ni siquiera lo miro.

- Es Álvaro,- expreso- desde hace rato que me está llamando.

- No se lo cojas, que se joda- respondió Belinda.

- No cógeselo, haz como si no hubiera pasado nada- Tania le acercó el móvil, seguro que algo se le estaba pasando por esa cabeza loca que tiene.

- Pero...¿Diga?,- contestó deprisa ya que Tania había cogido la llamada.- me fui porque...- miro hacia Tania que le indicaba lo que tenía que decir- estaba enferma. Me empecé a sentir mal y... he empezado a vomitar.- tartamudeaba. – No he podido cogerte el teléfono hasta ahora que he parado... Debe ser un virus que he cogido. No podré salir hoy.

Desapercibida... !Y una mierda¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora