Capítulo 9: Rivalidad.

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Hacía dos semanas que habían comenzado las clases, lo sucedido en la fiesta de año nuevo se expandió por todo el pueblo.

Álvaro ha quedado como un gay reprimido que utilizaba a las chicas para ocultar su verdadera orientación sexual y Anabel como la pobre chica que tuvo que soportar su engaño. Con respecto a Anahí, no nos ha vuelto a molestar más. De vez en cuando nos cruzamos por ahí pero hacemos como si no hubiera nadie, nos ignoramos.

Ahora nos encontrábamos en clase solos, ya que teníamos una hora libre. Me encontraba aburrida por lo que comencé hacer garabatos en mi libreta. Estaba sola en la mesa ya que Lisardo había aprovechado este tiempo libre para sentarse con Nina. Y Belinda no había venido a clases hoy porque estaba enferma.

- Hola- oí cerca. Mire hacia el asiento de Lisardo y vi que se trataba de Alfredo.

- Hola- respondí extrañada.

Estaba tan metida viendo a mí alrededor que ni había escuchado como se sentaba a mi lado.

- Nina me ha comentado que tienes problemas con historia y que quizás yo podría ayudarte a subir la nota ya que en este trimestre pasado aprobaste por los pelos y puede que este trimestre no tengas tanta suerte.- comentó.

¡¿Qué?! Abrí los ojos como platos.

"Voy a matar a Nina, ¿cómo se le ocurre pedirle ayuda a él?". – pensé dirigiendo hacia la espalda de Nina una mirada furiosa.

- Bueno..., si es cierto que suspendí los parciales y que aprobé raspando en el final- murmuro tímidamente tocando mi pelo.

- Yo podría ayudarte a conseguir que tus notas mejoraran, podríamos empezar esta tarde, claro si te parece bien- me pregunto animado.

- Vale, esta tarde...- estaba pensando en una excusa para que no me diera las clases particulares pero no se me ocurría nada- si está bien, ¿a las 5?

- Genial, pues entonces a esa hora en mi casa, ¿sabes donde vivo? – dijo con un sonrisa.

- No.

Se inclino para explicarme donde se encontraba su casa, al parecer vivía muy cerca de Anabel. Era extraño que nunca nos hayamos cruzado.

Seguimos hablando un poco. En el último tiempo había coincidió con él varias veces, acompañando a Lisardo cuando recogía a Nina. Había descubierto que teníamos algo en común, la afición por la lectura.

En una ocasión me recomendó un libro. Al parecer estaba de moda. Tenía pensado leerlo, pero antes de que pudiera comprármelo llegó a mí de forma inesperada:

Era el día de los reyes magos y normalmente nos solemos levantar tarde, aunque bueno mi madre tiene otro concepto diferente al nuestro sobre lo que es levantarse tarde.

En un momento dado vi a Guille pasar al salón. Podía oír como rasgaba el papel de regalo y como choca con algún mueble. Él como siempre tan silencioso.

- Nadia, Nadia- gritó desde el salón.

- ¡¿Cuántas veces te lo he dicho, no pegues voces?!- chillo mi madre.

- ¡Qué os calléis!- Edu se había cabreado.

- Es que le han dejado a Nadia un regalo, al parecer se lo han tirado desde la ventana, porque no estaba con los demás- volvió a gritar Guille.

Desapercibida... !Y una mierda¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora