Epílogo

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Doce años más tarde

En estos cinco meses mi vida ha dado un giro radical, de la noche a la mañana todo ha cambiado. Pareciera que últimamente nada me sale a derechas. Todo comenzó cuando descubrí que mi pareja, después de cuatro años de relación, me engañaba con mi supuesta amiga que además era mi jefa.

Ocurrió un día que acabe antes de tiempo una sesión de fotos que tuvo lugar a las afueras de la ciudad. Como hacia siempre, tras acabar iba al estudio a dejar el material empleado. Ese día al llegar me los encontré teniendo sexo en la oficina de ella. Pero como si con esto no fuera suficiente la muy descarada tuvo la desfachatez de despedirme allí mismo.

Ahora estaba soltera, sin trabajo y con un piso en el centro el cual no podía permitirme pagar el alquiler. Desde un principio me pareció que era demasiado caro, pero a mi novio le encantaba y como él tenía un sueldo bastante bueno nos lo quedamos. Sé que debería haberlo dejado hace tiempo pero pensé que primero debía tratar de encontrar un trabajo y después mudarme a la zona más cercana del mismo o ver si podía seguir en él.

Sin embargo, ya mis ahorros se estaban agotando y no había logrado encontrar trabajo. La única solución que me quedaba era volver a la casa de mis padres. Al menos estando allí podría ahorrarme los gastos mínimos.

Mi vida amorosa ha sido un rotundo fracaso. Mi primer novio fue Alfredo, duramos tres años. Nos queríamos mucho pero tomamos caminos separados, él se fue lejos a estudiar un tipo de ingeniería y yo opte por la fotografía. Al principio lo intentamos, pero al final la distancia hizo mella y además nuestros intereses no eran comunes, por lo que decidimos dejarlo. Sufrí mucho porque a pesar de que sabía que la decisión que tomamos era la correcta, lo seguía amando. Quedamos como amigos, aun hoy mantenemos el contacto a través de las redes sociales, pero hacía años que no nos veíamos.

Mi segunda relación fue con Carlos, un compañero de trabajo. Teníamos personalidades parecidas y congeniábamos muy bien pero no había chisma, pasión. Nos dimos cuenta que nuestra relación se parecía más a la de amigos que a la de novios.

Y esta última relación, Cristian. Creía que era el definitivo, estaba muy enamorada y pensaba que podía pasar el resto de mi vida con él. Durante los dos meses después de que descubriera su infidelidad, intento volver conmigo llamándome y propiciando encuentros. Pero al no tener resultados siguió con la zorra de mi ex-jefa.

Lo dicho, no tenía suerte en mi vida amorosa. Al menos dentro de poco volvería a ver mis amigas y antiguos compañeros, porque en dos días iba a celebrarse una reunión de antiguos alumnos. Aunque no tenía motivos para estar feliz, realmente me había ilusión acudir. Con algunos de ellos seguía manteniendo el contacto e incluso cuando visitaba el pueblo solía quedar con ellos.

Metí en una maleta gran parte de la ropa y en un bolso metí el resto de las cosas como cremas, neceser con maquillaje, etc. Cogí el bolso y salí del piso. Guarde todo en el coche y emprendí el viaje.

A la entrada del pueblo empiezo a escuchar un ruido extraño que procede del coche, lo que me faltaba que se me averiara. Por más que le pisaba le costaba seguir. Como puedo lo estaciono en la puerta del taller que se encuentra más cerca. El negocio es del padre de Anabel.

Bajo del coche y me dirijo a la entrada. Al ver que no hay nadie por allí me adentro para buscar a alguien que pueda atenderme. Vi un cuerpo sobresaliendo de debajo de un todoterreno que está sujeto por un elevador. Me acerque y el ruido de mis pasos hizo que él se diera cuenta de mi presencia y saliera. Al verle la cara, me quede en shock. No podía creer de quien se trataba.

Desapercibida... !Y una mierda¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora