Detente un segundo a pensar:
+¿Cómo sería vivir en un mundo donde se permite el maltrato y asesinato de homosexuales?
+¿Cómo sería tener que vivir escondid@ por tus "preferencias sexuales"?
Me detengo frente a la entrada, las paredes son de un lindo azul oscuro, la puerta divide simétricamente el local, leo la dirección en la pantalla de mi teléfono "este es" pienso y me adentro en el cálido bar, que está lleno. Me acerco a la barra mientras me quito la capucha y alzo mis gafas de sol para acomodarlas entre mi cabello "¿Por qué gafas de sol en la noche?" Pregunta una voz en mi interior. Veo a un joven atendiendo, me dirijo a él, debe ser unos dos años menor que yo.
-¿Dónde está tu jefe, niño?- Pregunto con voz ronca, el chico alza la vista con el ceño fruncido, asiente y se va a buscarlo. Hace tiempo que no veo al dueño de este bar, es un gran amigo mío. Y como ahora vivo en Seúl, ¿Por qué no visitarlo?
Aparece Namjoon junto al chico de antes que me apunta, aún con el ceño fruncido. Quiero abrazarlo, pero me contengo. Que dos hombres demuestren afecto entre ellos es mal visto, prefiero no arriesgarme. Nam sonríe dejando ver sus hoyuelos y sale de la barra.
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-Acompáñame, viniste el día más indicado- Caminamos en dirección a los baños, hay tres puertas. Él abre la del medio y entramos en una pequeña habitación con una escalera a un piso subterráneo. Apenas cierro la puerta en mi espalda Nam me da un acogedor abrazo, que correspondo
-¿Cómo has estado? ¿Has crecido?- Siento su mano caer sobre mi cabeza desordenando mi ya desordenado cabello, sujeto mis gafas para que no caigan. Se burla de mi estatura desde que nos conocemos "¿Acaso es mi culpa que él sea un gigante?". Otro chico carraspea detrás de él
-Hola- Saluda alegre el chico, mientras rodea la cintura de Namjoon con su brazo izquierdo, muevo la cabeza en modo de saludo – Me llamo Kim Seokjin... Pero dime Jin – Continua sonriendo con una facilidad que llama mi atención -¿Y tú?- Pregunta al rato. No respondo, no porque no quiera, sólo no lo hago -¿Cómo te llamas? – Insiste, mientras su sonrisa se torna fría
-Ahh- Respondo al fin –Soy Min Yoongi, dime Yoongi – Jin vuelve a sonreír, mientras Namjoon contiene la risa, lo miro frunciendo el ceño. Ellos bajan primero por la angosta escalera, los sigo. Ya abajo me siento en uno de los tres sillones de tres cuerpos perfectamente situados al medio de la habitación, Jin se sienta frente a mí, dejando el sillón del medio vacío. Nam se acerca a la barra que se encuentra en uno de los extremos del subterráneo y nos ofrece unos tragos, los que aceptamos. Nos da nuestros vasos y deja servidos otros cuatro en la pequeña mesita entre los sillones
-¿Para quienes son? – Pregunto confundido
-Es que vienen unos- - Los golpes en la puerta interrumpen a Namjoon
-Yo voy- Dice Jin. Miro a Namjoon y alzo una ceja.
-¿él es del que me hablabas?- Sonrío, él asiente -¿Cuánto llevan?- Pregunto curioso, Nam levanta dos dedos -¿Semanas?- Niega con la cabeza -¿meses? – Vuelve a negar, me sorprendí - ¿Años?- Esta vez asiente con una larga sonrisa, Jin vuelve, no continuo con mi interrogatorio. Viene con dos chicos, uno de ellos es alto, tiene el pelo castaño y lo más notorio en él es su nariz. El otro es hermoso, bueno... hermoso no, precioso. Tiene los ojos pequeños y unas pronunciadas mejillas, que no llegan a ser tan grandes. Vienen de la mano, al parecer quien lo acompaña nota mi mirada posada en el chico. Ambos se acercan a saludarme
