1-. Encadenado. ~scömìche~

326 14 12
                                    

A veces me pregunto si volveré a ver todo lo que me hacía feliz, si veré la luz de nuevo. No lo sé.

Ahora solo veo oscuridad, oscuridad pura. Esa que cubre tus ojos y por mucho que parpadees no desaparece.

Llevo cinco años sin libertad, y todo gracias a un alto rubio de ojos azules que a primera vista me pareció atractivo.

Aun recuerdo mi ultimo día de libertad. Había salido a pasear con Mi mejor amiga, Kirstie. Paramos en un café y todo iba bien.

Charlamos y reímos, pero ella tuvo que irse ya fue su novio la esperaba, yo me despedí de ella y le envíe saludos al simpático castaño que la traía  perdidamente enamorada.

Eran las 6:00 pm, el café aún no cerraba, yo seguía estando en ese lugar y fue ahí cuando el ruido de la campana en la puerta indicó la llegada de alguien.

Instintivamente volteé a ver de quien se trataba. Ese chico de cabellos de oro y ojos de agua cristalina entro en el lugar y fijo su mirada en mi, fue hacia donde yo estaba y me pregunto si se encontraba el asiento ocupado. Negué. Se sentó y comenzamos a platicar.

La noche se hizo presente, y preguntó si me acompañaba a mi lugar de residencia. Como el tonto chico al que le atraen los rubios, acepté, pero no sabia que estaba aceptando mi privación a la libertad.

El me secuestró. Me hizo desmayar y me llevo hasta una habitación oscura. El aspecto de esta era horrible, había tuberías oxidadas, vidrios rotos, ropa manchada de sangre. Daba el aspecto de que yo no era el primero.

Desperté en dicha habitación, y ahí el comenzó a hablarme. Me dijo que si intentaba escapar, moriría, me amenazó con enterrarme cuchillos, y dispararme con un arma de fuego.

Estaba realmente aterrado, no planeaba escapar, no quería morir de esa forma. Aunque pensándolo mejor, en este momento preferiría haber escapado.

Cinco años en este lugar ya me hicieron acostumbrarme, no me afectaba el olor a óxido, las cortadas con los vidrios ya no me dolían, y la ropa ensangrentada, solo la veía cuando el secuestrador abría la puerta.

El sonido de la antes mencionada me saco de mis pensamientos. Era el llamado "chico de oro". Sí, así lo quise bautizar.

A pesar de haberme quitado la libertad, no siempre era malo conmigo, pero extrañaba mi dignidad.

El chico de oro fue bajando las escaleras, de espacio, como si quisiera agregarle suspenso a su entrada. Siguio bajando hasta llegar al interruptor de luz. La encendió y su voz comenzó a resonar.

—Estoy de mal humor, esquelético, mas te vale que no te Resistas- dijo acercándose mientras que quitaba sus prendas.

Aquí vamos de nuevo. Las cadenas oxidadas amarradas a mis manos no me permitían levantarlas para hacer lo que el quisiera, provocando mas daños hacia mi persona. Además, la poca comida colaboraba en mi falta de fuerza.

Llegó hasta mi ya sin ropa, su miembro ya se encontraba erecto. No sé que es lo que yo tengo que le exita tanto de mi.

Me tomó del rostro y deslizó su miembro duro en mi boca mientras halaba mi cabello.

—Mitch, mueve la lengua—me rehúse—¡QUE LA MUEVAS TE DIJE!—el primer golpe fue directo a mi cabeza. Comencé a mover la lengua, paseándola por toda la punta y poco a poco lo iba introduciendo dentro de mi, hacia adentro y hacia afuera.

Gimió. Lo saco de mi boca y comenzó a quitarme la única prenda de vestir que tenia, mi ropa interior.

Paso su legua dejando un rastro mojado desde mi cuello hasta mi cadera. Comenzó a morderme bruscamente. No había manera de hacerlo parar cuando empezaba a morder.

—En cuatro— no reaccione. Me cacheteó tres veces para luego besarme y morder mi labio inferior provocando un brote de sangre.

—Te quiero en cuatro, ya—Obedecí.

Y aquí comienza su parte. Introdujo tres dedos en mi sin sutileza alguna haciendo que escapara un gemido de dolor y placer Combinados. Disfrutaba el sexo con el, cierto era, pero quisiera que no fuera de esta forma.

Movió los dedos en círculos durante unos diez segundos. No aguantó. Me embistió de una vez mientras que pellizcaba mis pezones. El lo disfrutaba.

Siguió embistiendo y embistiendo, sin piedad alguna. Era dificil para el llegar al climax, sin embargo, lo logró.

Su liquido desagradablemente tibio corrió dentro de mi. Ahí no se acababa. Hasta que yo no tuviera el mío él no acababa.

Me dió la vuelta y sus manos rodearon mi cintura y fueron acariciando cada parte de mi torso, eso sí, sin dejar zonas sin pellizcar. Este hombre sacaba mis gemidos de donde no los había.

Siguió, me mordió en el muslo y luego arrastró su lengua hasta mi miembro erecto. Lo tomó entre sus manos y comenzo a masturbarlo. Subía y bajaba esa mano a la velocidad del rayo. Puso dos de sus dedos en la punta de este para luego abrir paso a su lengua.

Pareciera que su boca no tuviera un limite. Introdujo todo mi miembro y su lengua jugaba de todas las maneras. Rodeaba mi pene, luego iba hasta la punta y hacia círculos en ella, de ahí iba hacia la base y subía y bajaba. Mi esencia no tardo en salir, con esa lengua ¿quien tardaría en correrse?

El se tragó lo que yo había expulsado.

Término conmigo y no se dignó a ponerme de nuevo la única prenda que tenia. Se vistió y tomo un vidrio roto y lo paso por mi frente, provocando que un hilo de sangre saliera de esta. Lamió mi sangre.

—Todo de tí es delicioso—dijo y lanzó el vidrio lejos. Apago la luz y  subió las escaleras, dejándome en el mueble atado a mis cadenas.

—soy Mitch Grassi, el chico sin posesión de su propio cuerpo—dije antes de caer en un sueño profundo.

*-*-*-*-*-*-*

Cortito y un tanto sádico, pero con smut(? Espero que les haya gustado. Fue un intento de smut, dudo que este bien hecho o algoa así pero bueno.

Quise abrir el libro con este ya que Kirstie es mi favorita, y tendrá bastante participación el los próximos shots, y preferí publicar este primero ya que aquí solo aparece como un extra.

Los amo :3

Se despide, su loca escritora:

Vicky_Maldonado__ 💕

PTX's ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora