2-.Mi Culpa ~Kirvin~

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—Hey Kev, iba a ir de viaje con mi hermana, pero tenía muchas cosas que hacer y quería saber si tu quisieras ir en lugar de ella—dijo cabizbaja. ¿acaso le daba pena decirme?

—Claro, rubita, ¿a donde iremos?—respondí entusiasmado. Ella levantó su hermosa mirada algo sorprendida

Compré boletos para Australia.

Sonreí.

Genial, ¿cuando nos vamos? 

Me vi al espejo. Sólo faltaba la chaqueta de mi traje y estaría listo, pero no quiero ir. ¿Como había dejado pasar todo esto?

Lágrimas comenzaron a caer.

Bajamos del avión y salimos del aeropuerto. Ella me había tomado de la mano, siempre lo hacíamos desde que eramos niños, después de todo solo somos mejores amigos.

—El hotel queda a unos quince minutos de aquí, según lo que me había dicho Esther— negué con la cabeza riéndome.

—¿Cuantos amigos tienes por internet? creo que tu teléfono terminará explotando por culpa de ellos.

Siempre usaba su teléfono incluso en el trabajo. No era una persona rodeada de amigos, era muy selectiva y por ello siempre prefirió a sus amigos de internet y a mí.

—Vamos Kurvvy, no exageres—Rió ligeramente mientras que caminábamos hacia el hotel. Amaba oírla reír.

Busqué la pieza faltante de mi traje y lavé mi rostro. Con el remordimiento en la cabeza tomé las llaves de mi auto y de mi casa y salí de ahí, el viaje duraría aproximadamente una hora. Todo esto es mi culpa.

Aún con nuestras manos entrelazadas entramos al hotel  y preguntamos por nuestras habitaciónes. Cuando nos dieron
los números de éstas caminábamos mientras que conversábamos.

Cuando llegamos a nuestras habitaciones nos despedimos ya que eran casi media noche y yo no había dormido nada en el vuelo, estaba muy cansado. Kirs me dió un beso en la mejilla a modo de despedida y espere a que ella entrara en su habitación para yo hacer lo mismo.

Cuando estuve a solas me aseé, me vestí para dormir y me recosté en la cama. Creo que no puedo pedir más nada en mi vida que esa rubia al otro lado de la pared, es mi mejor amiga desde hace muchos años, pero hace un tiempo deje de quererla solo como una amiga.

Me he enamorado de ella y sólo sé que su risa, sus suaves manos, su rubio pelo, su baja estatura, todo de ella me vuelve loco. Comencé a sentir esto unos meses después de que ella me confesara que yo también le gusto, ¿Por qué no le he pedido ser mi novia? Tengo miedo a dañarlo todo. Aún así, disfruto estar a su lado, sin besarla o hacer algo mas allá que amistad, pero lo disfruto.

Pasó la noche y al siguiente día fui al cuarto de mi rubia preferida a tocar su puerta. Me abrió una ojerosa y somnolienta Kirs.

—Kev, quería seguir durmiendo—Dijo estrujando uno de sus hermosos ojos. Pasé y me sente en su cama.

—Pues, ya yo desperté y no te voy a esperar. Ve a bañarte, iremos a desayunar—Ordené sonriente. Ella rodó los ojos.

—Esta bien, solo te pediré una cosa.

—¿Cual?

—Estas sentado arriba de mi sostén, párate—Dijo tratando de contener la risa. Que suerte tengo al ser de piel oscura, ¡No se notan mis sonrojos!

—S-sí, claro.—Uhg, pero el tartamudeo sí.

Cerré la puerta de mi auto y me miré en el espejo, tenía los ojos rojos de tanto llorar. Me quedé un rato sentado tratando de calmarme, cosa que no conseguí y arranqué.

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