Capítulo 1: Raymond

164 6 0
                                    

CAPÍTULO 1: Raymond

Eran aproximadamente las cinco con treinta de la mañana desperté entusiasmada gritando ‒Jasmine en su... ¡Primer día de clases!‒ nunca me había extasiado el hecho de ir a la escuela ya que no era lo que esperaba, me estiré al levantarme y tomé una ducha para así poderme arreglar, mi madre mientras tanto, me preparó un poco de cereal con mini malvaviscos, una vez listo yo bajé a la cocina a devorarlo. Ella sabe que me encanta así el cereal. Rápidamente terminé de comer, me dirigí al tocador a cepillarme los dientes y finalmente antes de cruzar la puerta de mi casa, revisé que trajera todo: cuadernos, llaves de casa, lápices, un libro, sin embargo olvidaba algo, una crema para mis labios, ya que tenía la manía de siempre mordérmelos cuando estoy nerviosa, y no dudaría que no lo iba a estar hoy.

Corrí hacia la parada de autobús, el cual me llevó directo a la escuela, a través de la ventanilla pude divisar un gran edificio. La escuela se llamaba Kralijevska era un edificio color blanco de aproximadamente dos pisos o quizá tres, el autobús paró y pronto los alumnos comenzaron a bajar; la mayoría era de cabellos rubios, muy pocos de cabello castaño y muy escasos eran los que poseían pelo negro o pelirrojo, aun así muchos de ellos tenían unos hermosos ojos color miel, otros de un verde transparente con detalles marrón, sin mencionar que había con ojos color azul profundo como el mar y los profundos marrones, una vez terminando de analizar los alumnos, me dirigí hacia el salón 302 donde al entrar muchos se callaron y de cierta forma era un silencio incómodo para mí, ya que deseaba que alguien me dirigiese la palabra o que al menos, pasara por desapercibida. Me fijé en la banca de hasta el fondo y fui hacia ella, me senté y la gente me observaba como si tuviese algo raro, mis mejillas se tornaron rojo como un jitomate, me ponía nerviosa el hecho de que me vieran de esa manera, traté de calmarme pero por más que respiraba, en lugar de tranquilizarme me sentía un poco más alterada, hasta que llegó la maestra, era una mujer regordete, su estatura era casi similar a la mía, ella quizás mediría 1,65cm y aunque así fuese yo era un poco más pequeña, ya que medía 1,54cm, la profesora poseía cabellos rubios desgastados, su tez blanca como nieve y ojos que formaban una expresión deprimida.

La mujer no tardo en hablar y me dirigió la palabra  -¿Eres nueva no es así?- Asentí con la cabeza mientras ella me hacía señas con las manos que interpretaban un: "ven aquí" me levanté lentamente de mi asiento, me dirigí al pizarrón y ella realizó un interrogatorio

‒¿Cómo te llamas? ¿De dónde eres? Y ¿Por qué estás aquí?‒ Seguía nerviosa y quería regresar a mi lugar lo antes posible, así que sin pensarlo respondí con velocidad -Jasmine, me llamo-

El salón se echó a reír a carcajadas mientras que yo me ruborizaba por la vergüenza y deseaba que me tragase la tierra; la puerta se abrió de golpe y en ella apareció un muchacho de cabellera negra, los alumnos y maestra callaron al unísono. La profesora no tardó en reaccionar de nuevo así que solo dijo -Llega tarde joven..- el chico la ignoró y se echó en el asiento de hasta adelante, mientras tanto yo seguía parada observando, el muchacho y los demás voltearon a verme, la maestra solo dijo:

-Continúa, Jasmine.

‒Perdón por lo de antes, me llamo Jasmine, emm soy de New York y estoy aquí porque mi padre ha conseguido un trabajo con mejor puesto en este país como programador.

Sentí un gran alivio decirlo sin errores, me dirigí a mi asiento de nuevo hasta que la profesora me detuvo y me preguntó señalando algo en mis muñecas ‒Señorita ¿sabe que los tatuajes no están permitidos en esta institución, cierto?‒ Volteé a ver desconcertada mis muñecas pero no veía nada, así que solo seguí mi camino. La campana sonó y nos avisaron que era hora de un pequeño descanso además de que nos darían una especie de junta para presentar a los maestros nuevos, los cambios y demás sermones, llegué al auditorio como nos indicaron y me senté en la quinta fila de las quince que había. En realidad, era bastante grande el auditorio. Todavía me encontraba esperando a que los maestros dieran su plática, miré a los lados y vi al mismo chico de cabellos largos y obscuros, lo contemplé confundida por unos momentos porque en realidad nunca había visto cuando el llegó, pero no le tomé importancia y miré nuevamente al frente, sentí la mirada de aquel muchacho sobre mí, giré la cabeza y cruzamos la mirada, él se mantuvo silencioso, sin decir nada, sus ojos marrón los cuales parecen fuego a la luz, me trataban de fulminar pero no me deje intimidar por un tipo así, me volteé nuevamente pero aún sentía su mirar. Esta vez lo ignoré y llegaron los directores del instituto a dar la bienvenida y a decirnos que nos dedicáramos mucho a los estudios, pero más que nada a no perder el tiempo con cosas insignificantes; después de una hora de discursos innecesarios, nos dirigimos nuevamente al aula, justo antes de entrar, un trio de chicas estaba estorbando en el pasillo, en un intento de seguir mi camino, choqué con una de ellas .Lucía como la líder pues las otras dos chicas no eran más que paleras de circo además de que no opinaban nada ‒¡Fíjate por donde vas, idiota!‒ dijo la susodicha, yo solo me mantuve en silencio, las ignoré y seguí mi camino hasta que gritó una vez más enfurecida ‒¡Esto no se queda así! ¡Nadie ignora a Charlotte!‒ no iba a dejar que un trío de chicas malcriadas me molestara, tomé valor y respondí ‒Mira cómo me aterro‒ mientras hacía movimientos de estar "asustada" seguí mi camino pero de repente sentí que alguien me jalaba del brazo, temía que fuera Charlotte para darme una paliza. Cuando logré zafarme de este, no era ella, era un chico, de mi estatura tenía unas gafas enormes, su pelo rubio y ojos azul turquesa, pronto dejé de contemplarle para escuchar que quería de mí.

‒Tu...tu....‒ Dijo con voz golpeada

Me comencé a preocupar porque sabía que él me diría algo de aquella "Charlotte" ha de ser su novio...

‒Tu....‒ Continúo

No lo dudé e interrumpí antes de que pudiera reclamarme algo.

‒Yo no le hice nada ella chocó conmigo, simplemente no quiero problemas así que déjame en paz, por favor.

‒ ¿Q-qué? ¿Enserio piensas que estaría con una persona así? E-en realidad solo t-te quería decir que eres mi-mi... "héroe"‒ Dijo mientras tartamudeaba y reía de forma nerviosa. Yo lo veía confundida, hasta que mis labios se separaron para formular una simple pregunta.

-¿Por qué alguien como yo sería tu "héroe"?

-Nadie en el instituto se había atrevido a contestarle a Charlotte, puesto que ella de una u otra forma obtiene información de quien la agreden u ofenden para luego humillarlos públicamente. Eso es lo que les ocurrió a algunos bravucones que la enfrentaron, días más tarde ya estaban expulsados.

Balbuceando pregunté ‒ ¿Entonces me estas insinuando que me arrepienta?‒ El chico me explicó la situación y lo mala que ella llegaba a ser, pero antes de que acabara el receso hice una última cuestión:

‒Disculpa, llevamos mucho rato sin presentarnos me llamo Jasmine ¿y tú eres...?

-Bueno yo soy Raymond y-y-y estoy en el salón 303

Me sorprendí un poco y le dije mientras reía suavemente ‒Que curioso estamos de vecinos, es una lástima que no seamos compañeros, me has agradado bastante‒

Por un momento hubo un silencio incómodo hasta que tomó la iniciativa

‒Nunca alguien me había dicho algo así‒ dijo mientras levemente se sonrojaban sus mejillas

‒ ¿¡De verdad!? ¡Si eres un chico muy agradable!‒ era evidente que estaba pasmada

La campana nuevamente sonó y nos echamos a correr a nuestros respectivos salones, una vez que subimos y dimos vueltas, antes de entrar él gritó ‒ ¡Aun no estamos acomodados de forma correcta! ¡Puede que nos toque el mismo salón!‒ Solo lo miro y al mismo tiempo entramos a nuestras respectivas aulas, nos dijeron los directores que el salón 303 y 302 estaban revueltos y para mi fortuna se quedó Raymond conmigo, infortunadamente también me quede con el trío de Charlotte. También se encontraba chico de cabellera negra junto con otros alumnos.

Fly Away #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora