Capitulo 12: ¡Hazlo!

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Dean me abrazó y me planteó un beso en la mejilla –Te dije que lo lograrías Jas- dijo mientras me guiñaba un ojo, no pude evitar ruborizarme, estaba feliz de había logrado salvarle, entonces surgió una pregunta que retumbaba mi cabeza.

-¿Por qué tu arma era de obscuridad y de luz?

Dean no dijo nada, solo formó una mueca, pero no podía descifrar si esta era de incomodidad o simplemente era por ignorar la pregunta, se acercó drásticamente tratando de besarme, no se lo permití, coloqué mi dedo índice y medio sobre sus labios alejándolo sutilmente para que me respondiese

-¿Y bien?- Dean nuevamente hizo gestos de incomodidad pero entonces tomo una bocanada de aire y por fin, explicó:

-Verás... ¿Recuerdas como reaccioné en el aula? Cuando me besaste.

Asentí con la cabeza sin quitarle la mirada de encima, no quería mostrar mi enojo del acontecimiento pasado.

-Mis padres... digamos que... no son algo normales, mi padre era un doctor y eran un ser lleno de bondad, mientras que mi madre era todo lo contrario a él, ella se dedicaba a la brujería. Una noche de luna llena, ella estaba realizando sus conjuros, notaba que le faltaba un ingrediente, un hongo especial Cordyceps. Este hongo logra infectar y cambiar el comportamiento de quien sea a través de la mente. Si faltaba un ingrediente y la luna llena acababa, el hechizo no funcionaría...Fue entonces cuando se dirigió a un bosque, contaban los citadinos que en ese sitio habían gitanos, hechiceros, adivinas, gente que se dedicaba a la magia blanca, roja y negra. En pleno siglo XX.

-Espera ¿Cómo es que se enamoraron siendo tan.... Distintos?- interrumpí

Dean solo me chitó mientras ponía su índice en forma delante de su boca

-Como decía... Mi madre fue al bosque cubierta por una capa negra a obtener un poco de ese hongo extravagante, pero ella se había perdido y realmente era extraño eso, ya que ella ya había estado ahí anteriormente. Mientras tanto, mi padre que se dirigía a su hogar, una pequeña cabaña situada en medio del bosque, era el único sitio donde sabía que no le podían asaltar, pero le asustaba estar a caminando a ciegas en medio de la noche en semejante bosque. Mi padre, sin duda no era tonto, él siempre llevaba una linterna, pero ese día había sido horrorizado por mi madre.

-Espera, espera, espera, antes de que prosigas ¿Cómo dices que se llaman tus padres?

Dean se paralizó por unos instantes, había olvidado mencionar sus nombres –Eh... ¡ah sí! Ellos son Luna y Alek- al responder continuó con la historia.

-Bueno... en sus caminos se cruzaron, pero Alek aún no encendía su linterna, pero cuando lo hizo soltó un grito abrumador, había logrado hacerla estremecer y caer, Alek dejó de gritar y al ver la forma de la criatura, en seguida acudió a ayudarle. Luna tras ser levantada, pudo ver el encanto, seguridad, sobre todo bondad que inundaba su mirada, más no podía perder el tiempo, la luna pronto desaparecería. Una vez más, Luna volvió a la búsqueda de su hongo pero con ayuda de mi padre, ella nunca solicitó que Alek la ayudara, solo se integró en la búsqueda, entre los dos lo encontraron pero no solo eso, ella sentía algo hacia él y él a ella, era... ¿amor a primera vista? Sin embargo, el amor no la separó de su compromiso nocturno, volvió a casa sin dejar de pensar en él... había realizado un pacto con el diablo, pero sus circunstancias de amor, habían maldecido su futuro, era joven en ese entonces y es por ello que no le había dado importancia, posteriormente Alek y Luna se encontraban muchas veces en el bosque hasta que quedó embarazada de mí, ellos para entonces tenían una vida normal y justo unos días antes de que me diera a luz, tuvo una visión, donde veía ciudades en llamas, gente muriendo, la obscuridad prevaleciendo. El día en que me parió, las criaturas surgieron, buenas y malas, todas sin excepción, mi madre por culpa de su nigromancia tuvo que pertenecer al bando oscuro eso no impidió que amara a Alek con todo su ser.

La segunda guerra mundial no solo se llevó al cabo entre personas, hace mucho tiempo en ese plano se encontraba mi madre, ella luchó por su vida, solo tenías la opción de vivir o morir, ella escogió vivir pero cuando fue atacada cobardemente por la espalda. Quedó moribunda y en poco tiempo falleció, el alma de quién es ahora Luna, tenía una especie de maldición, el mismo día que murió su "yo" anterior, es el mismo día que moriría Luna, ella no lo sabía.

Nos encontrábamos en nuestro hogar, no recuerdo que edad tenía, todos estábamos juntos y sonrientes, pero mi madre comenzó a tener dificultades, decía que no podía respirar bien, mi padre comenzó a hacerle CPR. Después de muchos intentos y la demora de la ambulancia para localizar el lugar, sin saber un cómo, mi madre le dedicó una amplia sonrisa a mi padre y a mí, me acarició mi cabeza, justo cuando me acerqué a ella, me dio un beso en la frente. La ambulancia jamás llegó y Luna se hizo polvo de estrellas. Dejó de existir. Sus restos se convirtieron en los tatuajes actuales que tengo, simbolizaban la luz y la obscuridad, si uno se movía o cambiaba de aspecto, es porque un peligro se aproximaba o el futuro cambiaba, cuando tuvimos relaciones en tu habitación, quizás notaste el tatuaje cambiar, ellos saben cuándo el mal se aproxima. Mientras tanto Alek entró en un estado de depresión, pero eso no lo ha detenido para continuar su trabajo y aunque se hizo un hombre estricto y autoritario, no lo culpo, estaría de la misma manera. Una de las desventajas de ser un hijo del bien y del mal, es que tu actitud cambia, es por eso que fui grosero contigo, porque la naturaleza de un ser obscuro es ser cruel; heredé la maldición de mi madre, pero ha cambiado, se supone no tendría oportunidad de encontrar a mi alma gemela y se supone que si logro encontrarla, el Diablo mismo mandaría seres del más allá para asesinarme. Sé incluso, que cuando mi padre te vio fue la razón suficiente para abandonar la casa, dejándome dinero para sobrevivir por mi cuenta, al inicio me sentí abandonado y aislado pero logré adaptarme.

Cuando Dean terminó de narrar, uno de sus tatuajes había girado.

-El peligro se aproxima y tengo que mostrarte algo rápido antes de que nos alcancen.

Me tomó de la muñeca nuevamente y tiro de mí, corrimos unos metros más, deteniéndonos en un callejón, había una puerta oxidada, estábamos en la entrada de su pequeño circo ¿Qué haríamos en un lugar así cuando deberíamos protegernos? Dean no había dejado de correr y me llevó a lo más alto del edificio, donde contemplábamos una ola de criaturas oscuras venir, me acercó al borde del edificio y me empujó pero no logró tirarme, ahora mi vida dependía de lograr subir el barandal oxidado, Dean se acercó a mis manos y las pisaba, quería matarme. Tomó mi brazo y me alzó hasta su altura, estaba totalmente segura de que la obscuridad pronto nos alcanzaría, aunque mi vista periférica no me permitía ver más allá, me comenzaba a doler mi brazo por el agarre de Dean pero fue cuando me plantó un pequeño beso y me dejó caer

-¡Hazlo! ¡No tengas miedo! ¡Piensa que puedes volar!

El piso estaba a segundos de aproximarse a mí pero entonces de alguna manera al preguntarme "¿Volar?" Logré relajarme...miré a Dean por última vez... esperaba el impacto. Mi muerte... pero nunca llegó, sentía algo extraño cerca de mis omoplatos, eran... ¡Alas! Eran enormes, median aproximadamente dos metros cada una, y estaban adornadas con un destellante brillo azul, al par con mis brazos los desplegué y volé hacia Dean donde lo primero que hice fue darle una bofetada por arrojarme sin saber un por qué seguido de eso lo abracé y besé con mucha emoción. No teníamos tiempo, nos giramos a ver como los edificios eran consumidos por la obscuridad. La primera pregunta se formó en mis labios:

-¿Cuánto tiempo para alcanzarnos?

Dean entrecerró los ojos e hizo cálculos mentales, tardo unos instantes pero con velocidad dijo

-Aproximadamente solo nos quedan unos 30 segundos o quizás... nada....

Fly Away #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora