Capítulo 9: Obscuridad

102 5 2
                                    

Capítulo 9: Obscuridad

Dean tomó seriedad, sus ojos lo reflejaban y dijo con un tono frívolo

-Hay obscuridad en todos lados, Incluso en la gente puedes encontrarla. Ten cuidado, Jasmine.

Estoy confundida, no entiendo por qué me dice algo así en este preciso momento. Me acerqué con brusquedad para ver si no tenía rastros faciales de haberse drogado o emborrachado, pero nada, estaba en sus cinco sentidos, sin pensarlo dos veces, le besé lo más dulce posible, no me respondió como esperaba, lo dejé por unos instantes y seguía ahí parado sin decir nada, solo respirando, entonces se me ocurrió que si me quitaba el camisón obtendría su atención, pero no fue así. Sería muy estúpida como para dejar que me manoseara o tan si quiera tuviera pensamientos pervertidos donde estoy incluida, hasta que recordé que tenía un labial guardado de sabor y olor a naranja, me coloqué un poco y me acerqué, estaba dando resultado, empezó a olfatear mis labios como un perro en busca de comida, se acercó a mi como yo a él, nuestras miradas se cruzaron, lentamente acercábamos nuestros rostros hasta que sus labios se encontraron con los míos. Segundos después se separó de golpe, comenzó a entrar una ventisca fría al cuarto, miré hacia la ventana pero estaba cerrada al igual que mi habitación, Dean reaccionó rápidamente y me jaló detrás suyo, en posición de protección, habían comenzado a formarse sombras a nuestros costados, cada vez eran más grandes, estaba asustada, el pánico me tomaba, me aferré a la espalda de Dean, cerré los ojos con fuerza y el filo de una daga o de un objeto pesado y filoso corto el aire... Abrí los ojos con pesadez, ya no estaban las sombras y Dean goteaba.... ¿¡Sangre!? ¿¡Cómo ocurrió tan rápidamente!?

Lo tomé de los brazos y lo giré hacia mí, tenía un rasguño cerca de su pómulo izquierdo, situando mi mano en su rostro, con mi pulgar quité la sangre que seguía escurriendo, tenía miedo y estaba confundida, mi mirada comenzó a hacerse borrosa, me iba a desmayar de nuevo, pero hubiese deseado que fuera así, mi vista se nubló y no cambiaba, parpadeaba y nada, me había quedado ciega o es lo que yo creía, mi impotencia y mi pánico me abundaron, comencé a llorar y a rascarme la cabeza desesperadamente, Dean seguía observándome, estuve a punto de gritar hasta que me interrumpió con un beso, cerró mis ojos con suavidad. Al abrirlos recuperé la vista, lo primero que vi fue su rostro, había hecho nigromancia o quizás solo fue una coincidencia. De cualquier manera estaba más tranquila, lo abracé con fuerza y miraba a mis costados, en el espejo de mi habitación nos veíamos reflejados.... Pero ¡otra vez! Hubo un cambio en mi aspecto, mis ojos parecían tener heterocromía uno de color lapislázuli y el otro de amatista. He de admitir que se veían bien, pero era malo, mi madre lo vería como una enfermedad quizás, pero eso era lo de menos, podía ver, por un momento pensé que jamás regresaría mi vista, deshicimos el abrazo y nos devolvimos las miradas, la de él tan profunda desde un inicio... aquellos ojos azulados e hipnotizantes. Aproximó su rostro al mío, haciendo que cerráramos los ojos al mismo tiempo, nuestros labios entraron en contacto, paz había encontrado en un momento como este, llevo sus manos a mi cabellera donde jugaba con ella delicadamente y procurando no enredarla.

Hizo un movimiento rápido, sus manos estaban explorando mi cintura, pronto fue su exploración a mi silueta, con sutileza movía mis caderas, como si bailáramos una pieza lenta de música clásica, recordé una canción que decía

"We will be again another time.

No matter what all the others say

Cause I would leave it all so far behind

Just to be with you today"

(->Reproducir vídeo<-)

Es curioso, cuando estaba en Estados Unidos, tenía muchos amores "platónicos" pero ninguno correspondido, supongo que era muy fea a ojos de los demás, ya que mi cuerpo no estaba tan desarrollado como el de mis amigas. En fin. Volviendo a mi situación actual, los besos de Dean eran exquisitos, me estaba acercando a la cama mientras comenzaba a besar mi cuello, ya no podía soportar el calor que provocaba, comencé a jadear un poco, él lo notó y enseguida hizo que levantara mis brazos para quitarme mi camisón, quedando así en ropa interior. Aun podía contemplar su dorso desnudo, en el pude notar que tenía un símbolo celta tatuado, pero lo ignoré por completo, ya que estaba muy ocupada desabrochando su pantalón.

En un abrir de ojos, estaba encima de mí, ambos desnudos, lo estábamos haciendo de nuevo, me penetraba mientras gemía su nombre, no me podía dar el lujo de gritar. Me besaba con dulzura, jadeábamos al unísono, mientras nos hacíamos uno con la cama, arañé su espalda en señal de satisfacción, nunca creí que sentiría un doloroso placer al tener mi primera vez; llegamos al clímax, iba a venirse, sacó su sexo de mí y todo su esperma escurría entre las sabanas. Se dejó caer a mi lado, se veía agotado, nuestras miradas se reencontraron, pero sus grandes ojos no eran negros, eran distintos, eran dorados con toques de rubí, nuevamente lo había ignorado aquél detalle; junté mi frente con la suya mientras cerraba mis ojos, pude sentir y oír cómo me daba las buenas noches acompañado de un pequeño beso.

A la mañana siguiente desperté antes de la hora cotidiana en la que me iba a clases, para así, darle los buenos días a Dean pero él no estaba, traía la ropa puesta. Pensé en la posibilidad de haber tenido un sueño húmedo con él... ¡Dios! ¡Para nada creo que eso haya sido un sueño pervertido! Quiero decir, soy una señorita "decente" diría yo... ¡Ring Ring Ring! La alarma de mi celular comenzó a sonar, era hora de ir a la escuela, tomé mi uniforme, me duché lo más rápido posible, antes de irme me hice un emparedado y salí corriendo para que no se me hiciera tarde y así pudiera encontrar a Dean, nunca me había dado tanta emoción ira la escuela, pero no era la escuela lo emocionante, era el saber que veré a alguien, llegué a clases normalmente y no podía dejar de ver la puerta para verle entrar.

Una voz interfirió con mis pensamientos -¡Buenos días!- dijo alguien

Me giré sobre mi hombro y era Raymond. No creí jamás experimentar esta sensación de aburrimiento al verle, se supone es mi amigo...

Fly Away #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora