Capítulo 5: Un iris blanco

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CAPÍTULO 5 Un iris blanco

¡Dios mío! Mi madre había llegado, desde mi cuarto escuché el auto llegar, me arreglé mientras ordenaba mi habitación, estaba nerviosa, me va a matar. Escuché las llaves girar en el picaporte, y como un rayo bajé a la sala de estar, mi madre estaba oculta con inmensas bolsas en brazos, había ido de compras, sin dudarlo, la ayudé y llevé a la cocina la despensa, traté de no dirigirle la mirada todo el tiempo, inclusive me preguntó si me ocurría algo o qué si me sentía incómoda, los interrogatorios no ayudaron mucho a ocultar mis ojos azules, pero había un detalle, ella notó mis mechones blancos, sin embargo el único comentario que agregó fue un cumplido, traté de no preocuparle tanto a ella como a mi padre. Los interrogatorios no parecían tener fin.

¡Por fin había acabado el día! ¡Mañana tenía que ir a clases! Y así lo hice, me fui a dormir sin cenar, me duché por segunda ocasión lo más rápido que pude, me acerqué a la habitación de mis padres para despedirme de ellos con un -hasta mañana- una vez hecho fui a mi habitación, ahora que lo pensaba, mis padres no han preguntado por el espejo. Me acosté y pronto me encontraba soñando.

Una voz misteriosa habló durante mis sueños, dijo -¿Te has dado cuenta mi hermosa flor de invierno?- Miré al techo y este comenzó a tomar un efecto "ojo de pez" el lugar se difuminaba era como ver a través de un caleidoscopio –tu alma al parecer se ha adelantado hm, no eres solo tú, alguien, no, no es alguien.... – un silencio abrumador inundó el lugar, todavía contemplaba la cascada de colores, un túnel colorido -Ya lo verás- finalmente dijo la voz misteriosa. Pronto comenzaron a florecer preciosos iris por todos lados con un gran surtido a excepción del blanco de este color solo se encontraba una diminuta flor, me acerqué con pasos suaves para no aplastar las demás, de alguna manera, me recordaba a mí, en mi situación pasada y actual, un punto blanco en un lienzo negro; una vez frente a esta, la acaricié como cualquier otra flor hubiera querido ser acariciada, era preciosa, cuando la dejé, la flor se marchitó y se convirtió en un árbol torcido, sin color, sin vida... apreté los parpados rogando que no me ocurriera algo, entonces desperté.

Fly Away #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora