❀ Cuando menos te lo esperas, despiertas y tu vida ya no es la misma que solías conocer.
JongIn y KyungSoo han llevado un matrimonio de diez años, han vivido tantas cosas, que la costumbre se ha adueñado de sus días. Y es justamente la actitud de am...
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🐻🐹🐧
🌠Antes
Si existía algo que caracterizaba a Kim JongIn era sin lugar a dudas, el ser sobre protector. JongIn siempre había cuidado demasiado de KyungSoo desde que lo tuvo en casa, desde que se enteró de que tendrían un bebé. Siempre estaba intentando mimarlo pese a los pocos tiempos que la academia de baile le dejaba, y aunque la mayoría de las veces se la pasaba trabajando, en un principio JongIn siempre encontraba la manera de comunicarse a casa para asegurarse de que todo estuviese en orden.
Cuando MinSeok nació, el moreno sintió que debía ser el doble de cuidadoso con su familia pese a que algunas veces o más bien la mayoría de las veces renegara de que su bodoque no le prestara la misma atención que a su marido.
JongIn era un tanto infantil, cabe recalcar, sin embargo también era serio cuando se le necesitaba y podía llegar a tener un carácter de los mil demonios. Y era justamente por eso que KyungSoo estaba mordiéndose las uñas en ese preciso momento.
El bajito parpadeó mientras observaba a su hijo que hacía un par de meses hacía cumplido su primer año de edad, sus tíos YiXing y JunMyeon habían insistido en hacer una gran celebración con mucho pastel, gelatina y helado, un puño de globos flotando por toda la sala y llenar la mesita de regalos como si tuviesen muchos invitados. Además de que BaekHyun y ChanYeol asistieron con su respectiva aportación.
La pareja había decidido regalarle una bonita andadera a los Kim para que MinSeok tuviese donde practicar los pasos que ya había estado aprendiendo. El bebé era muy habilidoso, desde los siete meses había comenzado a levantarse con su propia fuerza y pese a toda la dificultad del mundo, los obstáculos y las caídas que se daba sobre la alfombra... pese a las cientos de lágrimas MinSeok había aprendido a caminar casi por completo para la edad que tenía.
Por supuesto que se tambaleaba, y era por eso que le habían regalado la andadera, para darle un descanso a KyungSoo de que anduviese detrás de él, porque la que JongIn le había comprado se había quebrado de una rueda tiempo atrás.
El pequeño MinSeok era bastante enérgico, siempre con las pilas encendidas incluso hasta altas horas de la noche, cuando JongIn quería llegar a descansar o a tener algún momento de privacidad con KyungSoo parecía que se activaban las alarmas del pequeño, porque el bebé comenzaba a hacer pucheros y berrinches para que lo notaran, incluso se ponía a llorar si escuchaba el sonido de las cazuelas en la cocina y la voz de su padre hablando con su otro papi.
MinSeok era un poquito rebelde también, por ese mismo motivo era que KyungSoo estaba que quería tirarse por la borda de algún precipicio en ese momento, mientras lo observaba inflar los mofletes con sus ojitos llenos de lágrimas que escurrían por sus cachetitos, con su boquita hecha un piquito completamente apretada mientras pujaba.
