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Quiero servir...

Cinnia no sabía qué hacer. Quiso llamar a alguien, pero recordó que no tenía teléfono.

No quedaba de otra.

Abrió la ventana para salir a buscar a Rosso, pero el camino fue más corto de lo esperado.

El estaba ahí, junto a la ventana, llorando en silencio.

— Rosso...

Parece que no la escuchó, porque siguió en la misma posición.

— Hey, necesito que me escuches, llama a Nico. Bell se desmayó.

Seguía sin escucharla, Cinnia ya empezaba a desesperarse.

No se le ocurrió otra cosa que darle un golpe en el brazo.

— ¡Lo siento por lo que sea que hice ésta vez, pero necesito que llames a Nico pronto! ¡Bell se inyectó algo peligroso!

Rosso se secó la cara con la manga de su camiseta, y le extendió su teléfono a Cinnia.

— ¿Rosso? ¿Pasa algo?— La voz de su hermano en el teléfono era graciosa.

— Soy Cinnia, ven a casa.

Y cortó.

Luego de 15 minutos, llegaron ambos chicos y Lydia.

Cinnia pensaba que sólo vendría su hermano.

Al ver la cantidad de jeringas tiradas en la cama, y a Bell desmayada en el suelo, Nico fue a regañar a la chica y Matt se arrodilló junto a Luzbell.

— Hay que llevarla al hospital.— Dijo Matt con seguridad.

— ¡No! Ellos no van a saber lo que le pasa, y será un desastre si vamos. Sólo... Pónganla en mi cama.

Nico le hizo un gesto con la cabeza a Cinnia. Las jeringas siguen ahí.

Ella empujó todo, tirando todo al suelo. Finalmente, colocaron a Bell en la cama de Cinnia.

Y ahí comenzaron las preguntas de Nico. La chica de temporal cabello negro respondió, roja como un tomate. Matt y Lydia, que había estado callada todo este tiempo, escucharon.

— ¿Por eso te fuiste al laboratorio? ¿¡Ibas a inyectarte todo eso!?

— V-váyanse. Todos.

La voz de Cinnia sonó dura y fría, a pesar de estar temblorosa.

Nadie se movió.

— Ya, o l-los tiraré p-por la ventana...

— Por favor, quiero quedarme.

La chica miró sorprendida a Matt.

— No quiero dejarla así. Quiero quedarme al menos un poco más.

Cinnia bajó la vista, y asintió.

— Te dejo mi cuarto, Matt. Yo iré a un hotel.— Nico iba a salir, pero algo le dió en la cabeza.

Se dio la vuelta, y miró hacia el suelo. Era un juego de llaves.

— No vas a pagar por una noche reflexiva. Ya sabes dónde es.

Nico alzó el juego de llaves, y asintió con la cabeza en agradecimiento. Lydia salió junto a él.

Cinnia abrió la ventana.

— Iré un rato afuera. Confío en que no la vas a violar.

Y ella se retiró también.

Matt y Luzbell quedaron solos.

Sangre de Vengador [Marvel Fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora