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El amor brota, y lo que se hace por ocultar la verdad.

Matt estaba preocupado por sí mismo. Empezaba a tener una adicción con la investigación. No dejaba tranquilas a las cámaras, pensando en cuándo Luzbell volvería a pasar con un taxi.

Había pasado una semana. Una semana desde la fiesta. No había señales ni de Luzbell, ni del resto en toda la ciudad. Parece ser que están distanciados.

Con Rosso, las cosas no iban bien. Lydia y él no se llevaban para nada. Eran tan diferentes que, en vez de complementarse, se destruían. Cinnia iba cada día, a la misma hora. Siempre le llevaba algo nuevo a Lydia. Un día un rompecabezas, una dona, una lata de refresco, le dio un libro llamado "Cómo ser un buen peatón", etc. No sonreía, ni era espectacularmente amable al hablar, pero se notaban sus buenas intenciones.

Y Rosso, ¡Ay de Rosso!, cada vez que ella llegaba a la casa, la intentaba hacer reír, y una vez casi lo logra.

Pero Cinnia se tragó su risa y la guardó, justo al lado de su hígado

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Pero Cinnia se tragó su risa y la guardó, justo al lado de su hígado.

Lo que él no sabía es que ella no hablaba con él por el asunto de la familia de Rosso. Más específicamente su padre.

Mientras tanto, Nico se quedaba en casa. Una que otra vez iba con su hermana, pero nada más. No era porque no quería, el problema es que quería demasiado ir.

Se estaba enamorando de Lydia.

Nico se apoyaba las manos en la cabeza, como si sus manos fueran esas máquinas para eliminar los coágulos. Como si su atracción hacia Lydia fuera un coágulo.

Estaba estresado, ya que no soportaba no contárselo a alguien. Era imposible que Nicolas Stark se guardase algo para sí mismo. Al menos una persona además de él debe saberlo. Pero temía, muy en el fondo temía que lo tomaran de estúpido. Lydia es linda, no, es preciosa. Literalmente, su belleza es de otro mundo. Podría ser sólo ese tipo de atracción.

Pero no era así. Él sabía que no era así.

Sonó el timbre otra vez. Seguramente era Luzbell buscando a Cinnia. Pero Cinnia nunca estaba. Y si estaba, rogaba a Nico para que diga que no está.

Luzbell no era tonta, sabía que estaba ahí, y sólo había una forma de lograr hablar con ella.

La ventana.

Le temblaban las piernas sólo de pensarlo. Nunca había entendido cómo la loca de su amiga puede hacerlo, y aún no lo hace. Pero era por ella, y sólo por ella. No iba a quedarse de brazos cruzados con lo que acababa de enterarse.

Luzbell abrió la ventana de su cuarto. Estaba decidida. Cuando estaba por poner un pie afuera, alguien la agarró del brazo.

Se dio la vuelta bruscamente. Tan bruscamente que casi se cae por el precipicio.

Sangre de Vengador [Marvel Fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora