Llegué a Neverland en el auto negro usual y al pasar la puerta de entrada, como si fuese un reflejo, observé la hora en el reloj que traía en mi mano izquierda, 9:30 pm, ya es tarde, mi esperanza de verla aquí había caído al suelo, rompiéndose en mil pedazos.
— Vamos Michael, tienes que descanzar, deja de pensar en ella — la voz de Bill me saca de mis pensamientos.
— Se dice fácil amigo, pero no sabes cuán difícil se me hace — bajé del auto sin ganas y junto con Bill me aproximé a la puerta de entrada.
Abrí la puerta y todo seguía igual, nada cambiaba, estaba solo, tal vez no de amigos, pero no había nadie aún que llegara a ocupar el mismo espacio que yo, ésto se vuelve monótono.
— Michael, ¿quieres algo de
beber? — inquirió Bill en su tono amigable— No amigo, tal vez otro día — me dispuse a ir directo a las escaleras para ir hacia mi habitación a llenarme en mi soledad.
— Oye hombre, no te pongas así, si quieres no bebas, pero necesitas alguien con quien platicar, eso está claro — murmura con un tono comprensivo y a manera de regaño a la vez.
Realmente necesitaba alguien con quien hablar, y lo medité algunos segundos antes de aceptar su oferta.
— Esta bien Bill, gracias por ofrecerte — simulé una sonrisa
— No hay de qué — me dijo tomando asiento en el sofá de la estancia y dándome una señal para imitarle.
***
— ¡Vanessa! — gritó mi mejor amigo Mark casi dejándome sorda.
Mark Wide, chico de 25 años, cabello café claro, corto y alzado, muy guapo, amable y leal. Trabaja en la empresa de su padre "Wide Inc." Vicepresidente de una de las empresas más prestigiosas de Alemania y Estados Unidos.
— Mark, ¿cómo estás amigo? — me abalancé sobre él para abrazarlo.
— Contento de que me hayas marcado, creí que te habías olvidado de mi — me suelta de a poco.
— Eso jamás, pasa, que las palomitas se enfrían — caminamos hasta la sala.
Encendí el televisor y veíamos una película con palomitas. Al finalizar, me giré para ver a Mark, quien estaba dormido recargado en mi hombro, se ve tan tierno, pero, lamentablemente yo no lo veo con otros ojos que no sean de amiga y él tampoco a mi, puesto que tiene por novia una chica muy hermosa llamada "Gabriela Hurst" quien es de Alemania y viene a verlo una semana por mes o, por el contrario, él va a verla. Es rubia y de ojos verdes, es una mujer de buen corazón a quien sí le confiaría el corazón de Mark, aunque a veces suele ser un poco grosera por las veces que la he visto.
Pensaba en poner otra película para verla yo sola, pero en ese momento se escucha la puerta abrirse y se escucha un suspiro al cerrarla. Me acerco y observo a mi mejor amiga celebrando despacio para no hacer mucho ruido pero tengo que saber qué sucede.
— ¿Qué pasó? — le pregunto en voz baja
— No te lo puedo contar aquí, hay que ir al "santuario" — y salió corriendo escaleras arriba
— ¡Hey! Al menos saluda antes de despertarme — somnoliento musitó Mark.
— ¡Mark! — grito Rose para correr a abrazarlo, saltó y enredó sus piernas en su torso.
— Yo también te extrañé Rose — musitó amable.
— Vamos al santuario los tres — dijo Rose bajándose de Mark mientras los tres subíamos las escaleras.
Le llamábamos "santuario" al cuarto de huéspedes que utilizábamos los tres para contarnos cosas, quedarnos a dormir, entre otras cosas cuando íbamos a la preparatoria. Ahí reímos, lloramos, nos desvelamos, pero siempre unidos. Ya dentro del cuarto nos sentamos en el suelo formando un triángulo.
— Ahora si, dinos qué pasó — inquirí ya un poco exaltada
— ¿Recuerdan a Jack? — a Rose le comenzan a brillar los ojos de una manera indescriptible.
— Cómo no recordarlo, si cada vez que vengo hablas de él como si fueras una loca — Mark le responde.
— El punto es, que hoy fui a una fiesta con él y en esa fiesta me dijo que le gustaba y que si quería ser su novia — comenzó a gritar como si nosotros no estuviéramos ahí.
— ¡Diablos Rose! Nos dejarás sordos, y a los vecinos — digo tapándome los oídos mientras río.
— Lo siento, pero en serio estoy muy emocionada — inquirió.
— Estamos felices por ti amiga, es una de las mejores noticias que he recibido en estos tiempos — dijo Mark con su tono de voz recayendo drásticamente.
— ¿Por qué lo dices Mark? — preguntó Rose.
— Gabriela, no va a venir la semana prevista este mes — su rostro refleja verdadera tristeza.
— ¿Entonces tú vas a ir? — musité tratando de levantar su ánimo.
— No puedo, tengo que trabajar en la empresa de mi padre desde aqui, no puedo ir, si no hasta el otro mes — fingió una sonrisa.
—Bueno, pero puedes divertirte con nosotras—dijo Rose animándolo.
—No creo que tú tengas suficiente tiempo ahora—Mark sonríe.
—¿Por qué?—preguntó ella.
—Ahora tienes un Jack que atender—
—Aún asi, siempre hay tiempo para ustedes— toca nuestro hombros como consuelo.
—Oigan, no es por ser aguafiestas, pero sinceramente es muy tarde como para seguir despiertos, asi que yo me voy a dormir— me incorporé de pie.
—Oh cierto, pueden quedarse a dormir aqui, como en los viejos tiempos—dijo Rose con una gran sonrisa desorbitante en su rostro.
—¡Si!—exclamó Mark.
—Creo que cada vez que vienes te emocionas más Mark—Rose musitó entre risas.
—Es que cada vez hay algo nuevo aquí—
Al decir esto los tres nos acostamos en las camas, que sí, hay tres, y con la pesadez de nuestros párpados caímos rendidos.
Hola a todos! Gracias, comenta y vota, nos vemos.
-Sweet
ESTÁS LEYENDO
La Doctora De Jackson - MJH #MJacksonAwards2020
De TodoVanessa es una pediatra que trabaja casi sin descanso, ama atender niños y darles el cuidado que necesitan. Pero en un accidente, debió dejar su puesto para atender a alguien más, ese alguien cambiará su vida y su percepción de la misma.