Capítulo 1

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Kendall miraba furtivamente al chico raro mientras almorzaba con sus amigos en la cafetería de la escuela. Por alguna razón el chico siempre se encontraba solo en la misma mesa a la hora del almuerzo. En realidad Kendall no sabía mucho acerca de él, solo que casi no hablaba con nadie y que prefería trabajar solo.

-Deja de mirar o se dará cuenta-Dijo James, quien estaba sentado frente a él.

-¿Mirar qué?-Preguntó Kendall haciéndose el desentendido

-Al chico raro, a quién más-Contestó el de pelo castaño con una sonrisa sarcástica.

Kendall golpeó en el hombro a James y le guiñó un ojo. Carlos, el tercer amigo que estaba en la mesa los miró y los dos solo sonrieron.

Pero la sonrisa de Kendall se desvaneció al ver quién entraba por la puerta de la cafetería. Eran Jett, el sub-capitán del equipo y su mejor amigo Dak. Algo se removió en el estómago del rubio. Tenía muy claro lo sucedería a continuación, había sido testigo de lo mismo durante casi un año entero...

Los dos chicos, altos y fornidos como dos rascacielos, se acercaron a la mesa del chico raro, quedando Jett de pie a su lado y Dak se sentó en la mesa. Jett comienza a insultarlo, pero el chico no reacciona, solo sigue comiendo como si nada sucediera, entonces Dak lo toma por el cuello de la camisa y lo mantiene en el aire mientras Jett sigue insultándolo.

Nadie en la cafetería mueve un musculo

Todos observan, algunos con lastima, otros riendo y todos con morbo, si, morbo de ver como dos grandulones abusan de un chico que no se mete con nadie, que no habla con nadie.

"Por lo menos nadie lo graba, eso ya sería demasiado" Pensó Kendall. Pero se arrepintió de inmediato a de sus palabras, esto ya era demasiado. Se dispuso a levantarse de la mesa e ir a ayudar al chico, pero una mano de James en su hombro lo mantuvo quieto en su lugar.

-No te metas Kendall, sabes cómo son esos dos-Dijo su amigo con calma.

Mientras tanto los grandulones habían tirado al chico al suelo y se turnaban para patearlo.

-¡Pero soy su capitán! Quizás pueda hacer que se detengan-Exclamo Kendall con impotencia.

-Por eso te lo decía, sabes bien que esos dos no te van a oír, es más, Jett te buscará pelea para después dejarte mal con el entrenador y que te saque del puesto-Señaló James.

Kendall se sentó a regañadientes, sin poder desviar la vista de aquel pobre chico, Logan, ese era el nombre que había escuchado. Ve como Dak, con una sonrisa maldita en su rostro, toma la bandeja del chico y la estampa contra su cara, para que después él y Jett se marchen riéndose del lugar.

El chico se queda un segundo en el suelo, su rostro está cubierto de comida, al igual que parte de su ropa. Mira a su alrededor por un segundo y se levanta, para después salir corriendo en dirección al baño.

A pesar de los intentos de James por detenerlo, Kendall sale corriendo detrás del chico y lo alcanza justo cuando está entrando al baño de hombres. El rubio se queda de pie frente a la puerta, dudando si entrar o no.

"Quizás James tenga razón, quizás no tengo que meterme en todo este lío" Se dijo a si mismo para convencerse, pero un sollozo llegó a sus oídos desde el interior del baño.

Sin pensarlo dos veces entró corriendo, para encontrar al chico limpiando su rostro en el lavabo, con una mirada rápida Kendall se dio cuenta que era bastante guapo, tenía unos brillantes ojos marrones y facciones agradables, lo único que rompía esa imagen era un corte en su pómulo, del que salía un delgado hilo de sangre.

Volvió a sentir aquel vacío en su estómago, pero esta vez un millón de veces más fuerte. Culpa, así debía sentirse, porque Kendall se sentía culpable...culpable por haber sido testigo de una injusticia por tanto tiempo sin haber hecho nada, culpable de haberse reído las primeras veces, culpable de todo.

Logan notó su presencia y se quitó las lágrimas del rostro con el dorso de la mano. Se quedó completamente quieto, observando a Kendall con una mirada extraña, como una mezcla entre miedo y rencor.

-¿Necesitas ayuda?-Preguntó el rubio casi en un susurro, la mirada de esos ojos marrones le cerraba la garganta.

-Déjame en paz-Dijo el chico con voz firme-No necesito la lastima de nadie.

-No es por lastima-Inició Kendall-en serio me preocupas-Agregó.

-Já, por favor-Dijo el otro en tono sarcástico-¿Por qué alguien como tú se preocuparía por mi?

-¿Eh? ¿Una persona como yo?-Preguntó Kendall descolocado.

-Sí, eres el capitán del equipo de Hockey, todas las chicas y los chicos te adoran, tienes calificaciones casi perfectas y muchos amigos, no eres la clase de persona que se preocuparía por mi. Es más, no eres demasiado diferente a Jett o Dak-Dijo con odio en la voz al mencionar los nombres de sus agresores.

Kendall sintió como la culpa iba siendo reemplazada por rabia, pero una rabia que no tenía objetivo, no era por el chico ni por si mismo, solo era rabia.

-No soy como Jett y Dak, nunca me compares con esos dos patanes-Dijo con la rabia colándose en su voz.

-Claro-Contestó Logan, irónico.

Kendall no dijo nada más, simplemente se quedó de pie hasta que Logan terminó de limpiarse el rostro y la camisa. Entonces volteó a verlo y levantó una ceja, para después salir del baño. El rubio salió de su trance y miró el lavabo, una gran mancha de sangre era arrastrada lentamente por el agua.

Un sentimiento mucho más fuerte que la rabia o la culpa se apoderó de él, nublando sus pensamientos por un segundo. Era ¿Miedo?

Sí, era miedo, un terror indescriptible concentrado en tan solo unos segundos, miedo a lo que eran capaces de hacer esos dos si nadie los detenía, miedo a lo que podía sucederle a aquel chico.

Pero sobre todo, miedo a algún día convertirse en alguien parecido a Jett y Dak...

Eres mi problema (Kogan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora