Silencio, no había nada más entre los dos adolescentes, cada uno intentando comprender a su manera la información que acababan de recibir, una oleada de emociones parecía flotar en el aire, protegidas por las ondas del silencio. Logan sentía que algo que había estado atorado en su cerebro durante muchos años había sido liberado de golpe, una presión que desaparecía lentamente de sus hombros al tiempo que revisaba sus recuerdos, pero esta no se desvanecía inmediatamente, sino que quedaba suspendida en el aire.
Kendall era embargado por la misma sensación de antes, la que le decía que él no poseía un lugar en esa historia, dentro de los recuerdos de Logan, pero, a diferencia de la primera vez y de las que se sucedieron, ahora la sensación no era molesta o dolorosa, más bien solo era, quizás había aceptado finalmente que nunca podría cambiar el pasado, pero que era dueño del futuro con Logan, lo cual era un millón de veces más importante que todas las cosas que habían sucedido.
El rubio miró a Logan, habían pasado tantas cosas juntos, también poseían una historia. Estiró su mano y tomó la del pálido, acariciándola lentamente, el solo gesto parecía hablar por los dos, sobre todo cuando Logan le devolvió las caricias.
—¿Estás bien?—Pregunto Kendall, las palabras ondeando en el silencio reinante, dispersando todas las emociones que en él se habían cobijado.
Logan sonrió—Sí—Contestó escuetamente, sintiendo como esa simple palabra ahora significaba más que nunca.
Kendall tragó, en un vano intento de librarse del nudo que se había formado en su garganta al pensar en las palabras que diría a continuación.
—¿Estamos bien?—Preguntó cerrando los ojos, quizás era demasiado pronto, las emociones de la confesión de Jett aun flotaban en el aíre y Logan debía estar en un estado de fragilidad extrema, pero necesitaba esa respuesta desesperadamente, para librarse de una vez por todas de la amargura que lo había acompañado durante tantas semanas.
La respuesta llegó, a través del calor de los labios de Logan contra los suyos, abrió los ojos, sin poder evitar que todo el amor que sentía se filtrara a través de su mirada cuando se encontró con los orbes marrones del pálido. Su corazón dio un vuelco, se sintió de regreso en el tiempo en que observaba a Logan desde la distancia, la primera vez que había hablado con él, el primer beso que se habían dado, el sentimiento lo embargó por completo, llevándose todo el dolor. El rubio se sorprendió cuando Logan coló una de sus manos debajo de su playera, acariciando los moretones que seguramente eran resultado de alguna tonta pelea de la noche anterior. Rompió el beso y lo miró, Logan solo sonrió y asintió con la cabeza.
Kendall lo abrazó y lo depositó en la cama suavemente, posicionándose sobre él y colocando sus brazos a ambos lados de la cabeza del pálido, se inclinó y atrapó sus labios en un beso apasionado y demandante, sus labios luchando en un baile cadencioso donde no había ganador ni perdedor. Las manos de Logan se internaron en su cabello, tirando de él suavemente. Con un movimiento rápido abandonó la boca del pálido para iniciar un viaje a través de su mandíbula y cuello, provocando pequeños gemidos de parte del otro. Sus dedos encontraron el fin de la playera y sus manos se colaron debajo de esta, sintiendo la suavidad de aquella piel que tanto había anhelado tocar, maravillándose con los espasmos que sus caricias provocaban en el de ojos marrones.
Logan no se quedaba atrás, sus avances eran más decididos que los del rubio, quien parecía tocarlo con miedo de que desapareciera. Cuando el rubio comenzó a acariciar su abdomen el pálido lo despojó de su playera, explorando abiertamente aquel torso musculoso que conocía bien, arrancando gruñidos de la boca del rubio cada vez que tocaba una zona en específico. Fue cuando sus dedos llegaron a la pretina del pantalón del más alto que dudó un poco, un sinfín de recuerdos acudieron a su mente, alejándolo cada vez del placer que le brindaba el cuerpo que se cernía sobre él y llevándolo de vuelta al asco y al miedo. Pero un beso, más bien un simple roce de labios lo regresó a la realidad, y, por primera vez en un largo tiempo, agradeció regresar al mundo real. Después de forcejear con algunos botones y ropa cayendo inerte al piso ambos se encontraron desnudos uno frente al otro, con el deseo escapando por cada poro de su piel.
Logan.
—Eres hermoso—Digo cambiando nuestros posiciones en la cama y quedando sobre Kendall.
El rodea mi cuello con sus fuertes brazos y se levanta un poco, quedando a la altura de mi oído—Tu también lo eres.
Dejo que mis manos tomen el lugar de mis palabras y recorro cada centímetro del escultural cuerpo que se gasta el rubio loco que amo. Mi mano se detiene en un lugar específico que hace que Kendall pierda el aliento por un segundo, todo tipo de gruñidos y gemidos escapan de su boca al tiempo que mi mano se mueve, me detengo cuando él me lo pide, casi sin aliento y al límite de su aguante.
Volvemos a girar y ahora es él quien se encuentra sobre mí, puedo ver la inseguridad en sus ojos, y como sus dedos parecen temblar al acercarse a la línea debajo de mi cadera. Aun así su mano se atreve a tocar el mismo lugar donde mi mano lo hizo gemir minutos antes, sus movimientos ganan confianza y puedo ver lo bueno que es en esto. No puedo evitar gemir cuando uno de sus dedos se interna en mi parte más íntima, una ola de vulnerabilidad me envuelve al permitirle entrar, nunca he hecho esto voluntariamente, pero la delicadeza de Kendall y los besos que me da a cada segundo destierran la sensación, ya no tengo miedo, y no tengo por qué sentirme vulnerable. Una vez ya no hay nada más que preparar Kendall alcanza un condón de su billetera, puedo ver como sus dedos tiemblan, al punto que se le hace imposible colocárselo. Me acerco a su rostro y le doy otro beso.
—¿No me digas que tú…?—La pregunta queda flotando en el aire, el súbito sonrojo en las mejillas de Kendall fue la respuesta. Sonreí, al menos uno de los dos tenía algo especial que entregarle al otro—Entonces no hay necesidad de esto—digo sacando el preservativo de su mano.
—Te amo—Dice besándome y haciendo presión. Muerdo mi labio involuntariamente, duele, pero esta vez es diferente, porque el dolor vale la pena.
Su cara se distorsiona por el placer a medida que se interna suavemente, puedo sentir como se tensa a cada centímetro , una vez todo el camino está hecho sus ojos esmeralda me observan fijamente y yo siento que podría perderme en ellos eternamente. Su pelvis comienza a moverse y el dolor se aleja completamente, el calor comienza a invadirme y puedo sentir como mis mejillas arden con cada gemido que escapa de mi boca. Me muerdo la mano en un vano intento de detenerlos, pero es imposible.
—Ma-más rápido—Logro articular entre la neblina que rodea mi mente, Kendall me obedece y acelera el ritmo, gruñendo de vez en cuando. El sudor cubre nuestros cuerpos, y la presión conocida llega a la parte baja de mi estómago. Levanto mi torso y cruzo mis manos detrás de su cuello, acompasando el movimiento de nuestros cuerpos.
—Lo-Logan, voy a—Kendall corta su frase atrapando mis labios en un beso casi salvaje que respondo como puedo, un sabor salado se filtra entre nuestros labios y al abrir los ojos me doy cuenta que los esmeralda de Kendall están bañados en lágrimas. Un último vaivén y todo se va a blanco, el mundo desaparece, el pasado, el presente y el futuro se mezclan en una mancha borrosa y lejana y lo único que puedo sentir es el placer indescriptible que recorre mi cuerpo en forma de corrientes eléctricas y el temblor del cuerpo de Kendall contra el mío.
Siempre había pensado que era una tontería decir que hacer el amor y tener sexo eran cosas diferentes, pero acabo de darme cuenta de la mejor manera de lo equivocado que estaba, son dos cosas perimetralmente opuestas, sentirse pleno, realizado y seguro, no creo que sea algo que el sexo pueda darte, en cambio hacer el amor puede hacerte sentir eso y mucho más.
Kendall.
Me lanzo en la cama exhausto, intentando recuperar el ritmo de mi respiración, al igual que Logan, lo miro y puedo ver que sus ojos brillan como nunca, le doy un beso suave y juego con sus dedos, él toma una manta y nos cubre a ambos, nuestras piernas se entrecruzan y apoya su cabeza en mi pecho, yo apoyo mi barbilla en su cabello, aspirando aquel aroma que tanto había olvidado.
—Nunca olvides que eres la persona más importante en mi vida—Digo al borde de caer dormido.
—Si me lo recuerdas todos los días nunca lo olvidaré—Dice él con una sonrisa.
—Entonces no habrá día en que no te lo diga—Contesto depositando un beso en su frente. Segundos después ambos nos dejamos caer en los brazos de Morfeo, creo que podré dormir tranquilamente después de tantas pesadillas.
Creo escuchar mi celular sonar en la distancia, pero ya estoy demasiado dormido como para siquiera pensar en contestarlo…
FIN
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Eres mi problema (Kogan)
FanfictionSi la vida te da una oportunidad, pero luego te la quita, te da una segunda y vuelve a arrebatartela ¿Serías lo suficientemente fuerte para intentarlo una tercera vez?.