Eres mi problema (Kogan)

Capítulo 6

Logan entró a su casa y azotó la puerta con fuerza, no había problema en hacerlo, sus padres llegaban hasta entrada la noche. Dejó sus llaves en un pequeño recipiente de madera situado en una mesita frente a la puerta y caminó hasta la sala. Se sentó en el sofá, con la cabeza entre las manos intentó dejar de escuchar el ritmo de su corazón desbocado, cuyo latido retumbaba en sus oídos. Muchas dudas lo atacaban en ese momento, todas causadas por una sola persona: Kendall.

Al recordar su nombre se llevó por inercia un dedo a los labios, recordando el suave tacto de los labios del rubio sobre los suyos.

—¡No, no, no! ¡Maldición! ¡No puedo pensar así!—Se recriminó en voz alta. Todas sus convicciones, su ya aceptada soledad, todo había sido puesto en jaque por la acción de aquel chico. Y sentimientos que creía enterrados volvían a aparecer en su corazón. Se mordió el labio con fuerza, hasta que sus dientes rasgaron la piel y sintió el sabor metálico de su sangre llenar sus papilas gustativas. Se sentía como un completo idiota…

Se arrastró escaleras arriba, para después entrar a su habitación. Una vez dentro y con la puerta cerrada sacó una pequeña caja de debajo de su cama. La abrió y el pasado volvió a darle un puñetazo en el rostro,; la caja estaba colmada de fotos de él y Jett, en el tiempo en que habían sido novios.

En todas las fotos Logan sonreía, apretó el puño con fuerza, hacía tanto tiempo que no sonreía sinceramente que casi había olvidado que se sentía. Se obligó a seguir viendo las fotos, a pesar del dolor que le significaba. Una lágrima cayó en el dorso de su mano y se deslizó por su pulgar antes de caer al suelo, solo entonces cayó en cuenta de que estaba llorando. Dejó la caja nuevamente en su lugar y se tendió en la cama, observando el desgastado cielo de su habitación, quedándose dormido después de unos minutos.

El ruido de la puerta principal siendo abierta la despertó de golpe, incorporándose rápidamente se sentó en el borde y se limpió un resto de saliva que tenía en el brazo. Respiró profundamente, cerró los ojos fuertemente y salió de la habitación. Bajó la escalera y vio a su madre entrando con las típicas bolsas de supermercado.

—Hola Logie—Saludó ella al verlo apoyado en el pasamanos de la escalera, por laguna razón se había quedado parado ahí, en el último escalón, como si temiera bajar.

—Hola Mamá—Logan salió de su transe y corrió a abrazar a su madre.

—¿Qué tal la escuela?—Preguntó la mujer, lucia bastante cansada pero su mirada no perdía en ningún momento su cariz tierno.

—Bien, como siempre—Contestó Logan rápidamente, dedicándole a su madre la mejor sonrisa fingida de su arsenal. Se alejó de su madre y comenzó a guardar las compras.

Su relación con su madre siempre había sido buena, al igual que con su padre. En sí los Mitchell no eran una familia con mucho dinero, pero gracias al esfuerzo de los padres de Logan podían salir adelante y vivir bien. Su madre trabajaba como maestra de cocina en un restaurante y su padre medio tiempo como asesor financiero y medio tiempo como contador en una compañía de auditorías. Logan confiaba plenamente en ellos, en realidad eran las únicas personas en quien confiaba. Pero a pesar de esa confianza Logan siempre había mantenido la mitad de su vida oculta de sus padres, según su opinión ellos ya tenían suficientes problemas como para que él los achacara con los suyos.

—¿Está todo bien cariño?—Preguntó su madre, sin darse cuenta se había quedado quieto con una bolsa en la mano.

—Si, ¿por?—Respondió intentando evadir disimuladamente la mirada de su madre, siempre intentaba no mirar a sus padres a los ojos cuando le preguntaban algo, así dolía menos mentirles.

—Por nada, solo recuerda que siempre contarás con nosotros—Dijo su madre acercándose y dándole un cálido abrazo. Logan sintió de inmediato como sus ojos comenzaban a arder, pero ya tenía experiencia conteniendo las lágrimas.