Epílogo

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Tres mes ya se habían cumplido desde que empecé a salir con Merida y cada vez me gustaba más, no sabía si era amor, pero ojalá que lo fuera.

Caminábamos tomados de la mano por la vereda y estábamos pasando delante de una tienda que tenía rebajas en zapatos al parecer económicos porque estaba repleto. Mer miró un instante la vidriera y después volvió la vista al camino.

-¿No necesitas zapatos?- le pregunté, siempre que la veía traía puesto el mismo calzado.

-No- negó- me las arreglo con estas- dijo mirando sus desgastadas zapatillas negras.

Entonces sucedió, del negocio salió una chica alta y esbelta con dos trenzas que caían una por cada hombro. Se me heló la sangre y se me paró el corazón, me detuve de golpe y apreté con fuerza la mano de la pelirroja. Era ella, estaba caminando en la dirección contraria a la nuestra por lo que nos cruzaríamos, así podría ver su cara a la perfección.

-Hicc ¿pasa algo?- preguntó la chica a mi lado preocupada.

-No, nada- sin embargo no me moví.

La chica de adelante al verme comenzó a desacelerar su marcha al parecer me había reconocido tanto como yo a ella ¿Qué le iba a explicar a Merida?

"Oye, ves esa chica, bueno, ella fue la que me rompió el corazón"

No podía decirle eso, aun conservaba un poco de orgullo. Era diferente a como la recordaba, ahora estaba más alta, o los zapatos de tacón le hacían ese efecto, y tenía el pelo más largo con una mecha blanca. Se detuvo delante nuestro.

-Hola Hiccup, cuanto tiempo ha pasado- se sonrojó mientras se pasaba las manos repetidas veces por una de sus trenzas.

-Si- traté de sonar indiferente, no caería por ella, no de nuevo.

Sentí como Merida me apretó la mano con la misma fuerza que yo ejercía en la de ella. Sabía que no entendía nada y buscaba respuestas ante mi extraña conducta pero no estaba enojada.

-¿Qué es lo que estas haciendo por aquí?

-Salgo con mi novia- Anna se sorprendió. No quería refregárselo por la cara, pero se sentía bien cobrar venganza. Abracé a Mer por los hombros y la observé por el rabillo del ojo, estaba roja y me sentí feliz de haber causado ese efecto en ella- ¿vos?- dije más por educación que por interés.

-Aprovechaba el descuento en zapatos que había en la tienda- señaló con su cabeza donde se encontraba la puerta de cristal.

-¿Qué tal te va con Kristoff?- me apoyé un poco en mi pelirroja, me di cuenta de que Anna le llevaba varios centímetros. Si me paraba detrás de Mer podía apoyar mi barbilla sobre su cabeza, en cambio la muchacha de en frente me llegaba hasta las orejas.

-Bien- me sonrió y sonó un claxon, ella miró por encima de mi hombro y se despidió. Volviéndonos a dejar a mí y a Merida solos.

Yo miré para atrás, me había perturbado reencontrarme con ella. Por mucho que haya intentado evitarla y no volver a cruzármela, me la había encontrado y sentía el estómago revuelto. Constantes veces lancé mi mirada hacia atrás viéndola irse, la inquietud y la rabia me invadían y sin darme cuenta estaba marchando como un soldado, tirando de la mano de Mer lejos de allí.

-Hicc, espera- ella forcejeaba en contra intentando liberarse- Mi amor, detente.

Inmediatamente la miré, me lo había dicho ¿no? Aquello que odiaba que me dijeran, ¿de verdad era mi amor? Porque apenas escuché que ella lo hiciera lo único que quería era que lo repitiera y me lo dijera una y otra vez. Mis dudas acerca de Anna desaparecieron. Jalé de la pelirroja hacía delante que se estrelló contra mi pecho, yo la abracé a lo que ella correspondió.

-Vuelve a decirlo- murmuré cerca de su rostro.

-¿Detente?- respondió confusa.

-Lo siguiente- ella pareció saber a lo que me refería y soltó una sonrisa.

-Mi amor.

-Te debo esto hace mucho tiempo Mer.

Con una mano le levanté la barbilla y le deposité un pequeño beso en los labios.

-Te quiero mucho- la estreché entre mis brazos con más fuerza.

-Yo también- susurró.

Al fin entendía todo...

Era amor.

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Mis lectores, hemos llegado al final de la historia, espero que les haya gustado. Gracias a todos los que me apoyaron para así poder terminarla.

Si quieren dejar su opinión abajo, hagánlo.

Les digo adiós y si vuelven a leer otra historia mía, hasta otra.

Cather_Avery




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