T R E S

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2011

Era horrible ir en Enero, en el frío invernal de Gwangju, a la escuela. Mi vida apestaba, pero no había nada más horrible que estar en una clase con  gente de otras secciones, ¿por qué tenía que tomar todas las clases si solo desaprobé lengua? Claro, ya recordaba, la escuela combinaba a todos ahí, no por materia. Así que tuve que soportar a muchas personas en la clase de matemática que no entendía lo que era un maldito triángulo equilátero o no sabía cómo aplicar fórmulas, lo mismo sucedía con química o física. Me quería morir y ver a la gente estornudando no ayudaba, así que aprovechaba en dormir ya que para ir a ese infierno tenía que levantarme a las 7 de la mañana. Solo prestaba atención en la clase de lengua y soportaba la maldita literatura que impartía el sr. Kim con aburrimiento. Ahora entendía porque desaprobaba, me dormía en su clase, porque en sí entendía todo lo que decía, pero ni más quería volver a sufrir, por lo que me tomaba un litro de café antes que esa clase empezara.

Además para ir por el café pasaba por el patio principal donde veía a los chicos de atletismo apoyando a los nuevos. Al ser de segundo, los de atletismo apoyaban a los que aún estaban en elemental o pasaban a primer año para que mejoraran, viendo así a  Seokjin casi a diario, a las 11 de la mañana con una pantaloneta azul y una camiseta blanca que se le ceñía al cuerpo y especialmente a esa espalda ancha que tantas veces había tocado. Siempre pasaba ahí para saludarlo, al igual que a Namjoon, su mejor amigo.

Sin embargo, un día lo vi en la tribuna. Mi clase empezaba a las 11:20 hasta 1 y luego me iría a casa, normalmente me iba con él, pero ese día lo vi notoriamente decaído, mirando sus zapatillas como si fuera lo más emocionante.

Me acerqué a él y le toqué el hombro con una sonrisa, pero apenas me miró y fingió una sonrisa supe que algo estaba mal. Su sonrisa linda no estaba ahí y tuve una sensación de que algo malo le había sucedido. Seokjin era como un rayo de sol, nunca estaba triste. Excepto ese día...

— ¿Qué sucede Jin?

Pregunté. Parecía que estaba a punto de romperse y me dolía el corazón verle así. Me asusté cuando lo vi apretar sus puños y sus ojos ponerse rojos. Parece que estaba aguantándose en llorar. A lo lejos vi a Namjoon que me miraba preocupado y luego lo miraba a él. Bien, eso significaba que algo sí estaba muy mal. — ¿Jin?

—Terminé con Jiwoo.

Me cayó como balde de agua fría. No esperaba eso. Seokjin estaba enamorado de ella, era su primer amor y enamorada, tanto que sentía que iban a durar mucho, así que sabía que él no era la causa de la ruptura, sino Jiwoo...Jiwoo era la que había decidido poner fin a su relación.

—Pero... ¿por qué?

—Me engañó, Siyeon, en mi propia cara

Eso era mucho peor. Me quedé sorprendida y la ira me invadió, ¿qué clase de chica era Jiwoo y por qué le hacía eso a Seokjin? Apreté mis puños sin saber que decir más que un es una maldita y me frustré. Odiaba ver a Seokjin así de mal así que le abracé y consolé en mis brazos. En los meses que lo había conocido él era el chico más tierno y dedicado que existía en la ciudad, no merecía eso. Y se lo hice saber, que no necesitaba a una chica así y que por el error de ella no se iba a dejar vencer. Sus ojitos rojos me rompían tanto que tuve que limpiarle las lágrimas. Veinte minutos después tuve que marcharme a mi clase a la fuerza debido a él, sin embargo le dije que me esperara a la salida, y no sin prometerlo antes se despidió.

La clase la pasé pensando y rayando una hoja de mi cuaderno con fuerza. Hacia círculos y garabatos con el fin de desestresarme, sin embargo ver qué Ahreum (ella también había desaprobado Lengua) y Taehyung me miraban sorprendidos hizo que me detuviera. Apenas tocó el timbre de salida me despedí de Ahreum sabiendo que se iría junto con Namjoon y salí corriendo en búsqueda de Seokjin. Taehyung me dijo algo, pero lo ignoré, quizá quería llamar mi atención o algo, pero Seokjin era mi prioridad en ese momento.

Bajé las escaleras lo más rápido que pude y agradecí tener piernas largas para saltar bien los escalones sin tener que matarme. Apenas divisé el portón de salida, lo vi. De espaldas con la mano en los bolsillos de su jean, mientras que su abrigo negro le cubría el cuello del frío. Me fue fácil reconocerlo a pesar que se había cambiado de ropa. El 1.79 me era fácil de reconocer a distancia.

Me acerqué trotando y suspirando a la vez. Tenía miedo de encontrarlo otra vez mal, pero cuando le vi el rostro sereno me calmé.

— ¿Quieres ir por un café?— me preguntó en voz baja, como si su voz fuera a romperse.

Asentí. Lo necesitaba. No había tomado café por haber estado hablando con él hacía unas horas atrás, pero no importaba. Sin embargo, se notaba que él necesitaba uno. Vimos de casualidad a Namjoon y Ahreum mientras caminábamos al alejarnos de la escuela, sin embargo Namjoon detuvo a Ahreum para que no se acercara y yo evite que Seokjin los viera. Sabía que Ahreum preguntaría y eso ocasionaría que Seokjin recaiga en ánimos, más de lo que yo estaba.

Durante el camino, fuimos en silencio. Tenía miedo de preguntarle cómo se sentía o de joderla, pero apenas cruzamos la puerta de la cafetería Seokjin habló.

—Quiero ir al parque Myungdo, ¿te parece si los pido para llevar?

Asentí sin decir nada. El parque Myungdo era el lugar donde Seokjin me vio con Yoongi, y el lugar donde él iba a entrenar siempre ¿por qué querría ir ahí? No entendí, pero quizá era porque se sentía relajado ahí. Hicimos nuestros pedidos y caí en cuenta que era pésima consolando a las personas, o al menos con él lo sentí así. Así que mi idea fue hablarle de mis clases y lo tortuoso que eran, para que se animara y así fue, durante el camino al parque empezó a reírse e incluso a bromear que Taehyung me haría brujería con el fin de que le correspondiera otra vez, lo cual era una tontería, pero me hizo reír al igual que él.

Al llegar estaba desierto el sitio, sin niños porque era hora de almuerzo, sin ninguna alma alrededor. Jin señaló unos columpios así que lo seguí. Rápidamente él se sentó en uno sin balancearse, mientras yo me quede parada. De alguna manera no quería sentarme, solo observarlo.

Sacó de la bolsa especial para bebidas su café y luego el mío. Me lo tendió y lo tuve que agarrar rápidamente. Menos mal que mis guantes hacía que ni siquiera sintiera el calor del café, pero por el vapor que había en la tapa sabía que era lo suficiente caliente para el cuerpo y para quemarme.

Di el primer trago mientras veía que Seokjin volvía a entrar en silencio y mirar sus manos. Realmente se le veía deprimido y no me gustaba verlo así.

—Jin, quita esa cara, esa chica no vale la pena...—le dije. Pensé que Jiwoo realmente valía la pena, pero tener el descaro de serle infiel con un amigo de él en plena clase de natación, donde sabía que él estaría ahí, era algo de malos. Jiwoo no era ninguna santa.

—Lo sé, pero la amo.

¿Amor? Llevaban dos meses y unas semanas. Esa palabra me pareció ridícula, pero no se lo dije. Nunca me había enamorado, nunca sentí que me moría por alguien. Sungmo, sí, me atrajo, me gustó, lo que sea, pero amor no era. Un amor no se te va en menos de un mes. Tal como había sucedido con él, la marca que me dejó Sungmo fue es que no todos son sinceros con sus sentimientos, él había proclamado incluso que me amaba, adoraba, todo, no le creí, e hice bien en no hacerlo porque a la semana ya estaba con otra. El divorcio de mis padres influyó bastante en eso, así que ¿cómo reaccionar a lo que Seokjin decía? Me hubiera reído, pero respetaba creencias y si Seokjin decía que la amaba aun estando con el corazón roto, es porque debía hacerlo.

Me acerqué a su costado sentándome también en un columpio, sin balancearme. Lo observé unos segundos y vi como una lágrima deslizaba por su rostro y apretaba el vaso con fuerza. Menos mal que no se desbordó sino se quemaría. Lo miré y por primera vez sentí esas ganas de proteger a Seokjin así que coloqué el café en una superficie plana en las bases del columpio y bajo la mirada atenta y borrosa de Jin, lo abracé.

—Prometo que la olvidarás lo más rápido posible...

Y realmente estaba dispuesta a que la olvidara, sea como sea. Acaricié su rostro y deposité un beso en su mejilla. Jin no dejó de mirarme sorprendido, pero no importó, le sonreí esperando contagiarle mi sonrisa, y lo logré. Volví a abrazarlo y él comenzó a llorar apenas le dije desahógate.

Fue la primera vez que yo lo sostenía, ahora los roles habían cambiado. No era el que me sostenía más sobre su espalda, ahora era yo que ponía mi cuerpo y apoyo para él, como la buena amiga que era.

first love + Ksj √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora