C I N C O

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2011

Marzo del 2011. Segundo año. Un nuevo año escolar. Eso significaba estrés con exámenes para la universidad y sobretodo convencer a mi madre que mi carrera no era para mediocres. No entendía por qué la sociedad clasificaba una carrera buena y otra mala, cuando en realidad eso depende mucho de la persona, no de la universidad ni la carrera que uno escoge, pero al parecer mi madre no quería que estudiara Ciencias de la comunicación.  Ella quería que fuera abogada y punto. Sin embargo siempre me excusaba que faltaba mucho para agosto, donde tenía que hacer mi primer examen de ingreso a una universidad local.

El estrés me golpeó cuando las clases se alargaron. Ahora eran 2  horas más de estudio para los estudiantes de segundo y tercer año, así que llegaba aproximádamente todos los días a casa a las 6 de la tarde. Odiaba la escuela por eso.

Llegaba a mi casa rendida y dormía hasta el día siguiente que tenía que volver a levantarme. Muchas veces descuidé mis tareas, pero a la semana me adapté en irlas avanzando durante mis tiempos libres para solo llegar a casa a ver una película, saltarme la cena y dormir. Por suerte mamá entendía que necesitaba descansar y no me reñía por saltarme la única comida que teníamos en común, así que para no quedar mal con ella, me levantaba temprano para siquiera desayunar con ella antes que se fuera a trabajar.

La rutina me consumía y no entendía cómo Seokjin sacaba perfectas notas, tenía tiempo para sus deportes, estudio y su vida social.  Me lo quedaba observando para ver si mostraba algún signo de cansancio, pero ninguno, Seokjin cada día parecía más radiante, en cambio yo parecía un zombie.

Siempre hacía notar mis ojeras o mi cansancio (ni siquiera sabía porqué me sentía tan cansada si dormía bien) incluso empezó a creer que estaba enferma, pero mis resultados médicos indicaban que estaba en perfectas condiciones, que solo era estrés.

Al empezar el año escolar, me tomó la sorpresa de que mi compañero de pupitre sería Seokjin . Fue pura coincidencia. Nadie sabía cómo la profesora de cargo se había encargado de asignar los asientos, así que cuando encontré el mío miré a un lado esperando que sea una persona que al menos me agradara, sin embargo, me topé con la sorpresa que sería Kim Seokjin, el chico con quien había pasado casi todo mi invierno. Hasta a él le agradó la idea de estar juntos, pero sentía como me ponía  nerviosa a  cada segundo. Poco a poco me acostumbré y recordé todo lo que había pasado en las pequeñas vacaciones que tuve después de aprobar el cursillo de lengua.

Seokjin sólo era mi amigo y punto. No habían intereses amorosos tanto ni como de él ni como de mi parte. No había nada amoroso. Así que no podía joder mi primera amistad real con un hombre.

Pero ¿por qué me gustaba verle como mordía ese bolígrafo levemente, cómo hacía sus apuntes, la forma en cómo movía las cejas o parpadeaba bastante cuando estaba nervioso? ¿por qué notaba todos esos detalles siquiera ?

Seokjin tenía una sonrisa extraña, pero adorable que siempre encantó, sin embargo, ahora era mucho más. Me encantaba hacerle reír e incluso pelear de broma apenas los profesores se iban. Me gustaba agarrar su cabello y con unas pequeñas ligas amarrar su cabello en una coleta aunque este no fuera tan largo, pero que tenía lo  suficiente de donde agarrar; adoraba ayudarlo cuando no llegaba a ver la pizarra cuando se olvidaba sus gafas, cuando no entendía los números ininteligibles del profesor de matemáticas; cuando se acercaba a mí para explicarme un ejercicio de física o química, o cuando simplemente acercaba su rostro y me sonreía mientras que a la vez se ofrecía ir a mi casa para ayudarme más .

Adoraba todos esos detalles de él. Lo atento  y amable que era, pero me rehusaba a admitir la realidad. Seokjin sólo estaba siendo amable y sabía que me estaba haciendo ilusiones de un tipo que dolía horrible, así que era consciente que iba a sufrir si terminaba enamorándome de Kim Seokjin.

—¿Entonces este domingo?

Seokjin me preguntó. Así que asentí. Ya era suficiente con verlo de lunes a viernes desde la 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde aproximadamente y los sábados por la mañana  cuando yo iba a mi taller de danza y él al de básquet, sin embargo que cada domingo quisiera ir a mi casa para ver películas luego de explicarme algunos temas de física elemental hacía que mi corazón se disparara. Nos veíamos literal todo los días sin ser nada y eso me ponía nerviosa.

Por más que intentara no pensar en el asunto a veces me era inevitable pensar cuán cercanos nos habíamos vuelto desde su ruptura con Jiwoo hacía dos meses atrás. Apenas había terminado el cursillo de lengua y dejado de asistir a clases, Seokjin me mensajeaba a diario y apesar que no nos vimos por semanas, nuestra amistad siguió, aún si sea por un aparato electrónico. Seokjin era alguien que apreciaba mi compañía y empezaba a dudar si él podía llegar a sentir algo por mí.

Las señales estaban ahí, pero quizá era sólo mi imaginación, así que seguí convenciéndome que solo era la nueva mejor amiga de Seokjin, no la chica que le gustaba.

first love + Ksj √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora