Asael ❄️

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Como en todas las tardes de mis días, decidí irme a dormir. Es lo único bueno que puedo hacer.

Me quito la ropa y dentro a la tina. Mis baños duran alrededor de media hora y luego voy a la cocina en busca de un vaso con leche.

Acomodo mi cama y me acuesto en ella con mucha delicadeza. Amo mi cama, es tan suave y cómoda, que me hace desear dormir por siempre.

Suelo dormir con mi oso de peluche Clifford, es muy grande, así que es como abrazar a otra persona.

Mi posición favorita es de lado y colocar un pie encima de Clifford; así puedo tener un sueño placentero.

—Buenas noches Clifford...

Los sueños que normalmente tengo son en un bosque de manzanos. Suelo tomar algunos y saborearlos, por suerte en los sueños saben muy bien.

Creo que el placer de la vida no se trata de tener lo mejor, o vivir un romance con mucha pasión. No, el placer de la vida es la tranquilidad, es lo mejor de todo y lo puedo comprobar con la felicidad que estoy experimentando justo ahora.

Creo que el aburrimiento no llega a desaparecer mi felicidad... tal vez solo me está enseñando el camino que debo tomar.

—Sophie —me llama la voz de un chico.

—Hola... ¿Quién habla? —Pregunto con miedo y curiosidad.

— Sophie.

— ¿Quién eres? ¿Dónde estás? —Volteo a ver los alrededores y no encuentro quien me llama.

—Oye, Sophie.

— ¿Qué quieres de mí? —Comienzo a temblar.

—Quiero ser tu amigo.

— ¿Mi amigo? ¿Por qué?—Pregunto confundida.

—Porque no quiero estar solo.

—¿Por qué estás solo?

—Siempre lo he estado pero... Hace un tiempo tú apareciste de la nada, y aunque nunca te había hablado, disfruto de tu compañía.

—Ya veo... Sí, puedes ser mi amigo, pero con una condición.

—¡¿Cuál?! Haré lo que sea.

—Tienes que dejarte ver.

—Vale.

Y entre unos manzanos salió un chico de piel pálida y cabello color azabache. Su mirada se cruzó con la mía, haciendo que una extraña electricidad recorriera mi cuerpo.

¿Cómo provocaste esa sensación en mí? ¿Por qué siento que algo grande se avecina? ¿Acaso tú cambiaras mi vida?

Tantas preguntas se vienen a mi mente mientras el extraño chico se acerca con cada paso que da...Tal vez la filosofía es lo mío.

—Mucho gusto, me llamo Asael —extiende su mano.

Un extraño nombre, pero le queda perfecto a un chico misterioso.

Correspondo el saludo.

—Ya sabes mi nombre, así que solo queda decirte es un placer, Asael —Sonrío.

Cuando me despierte acabara todo, será el fin de esta nueva amistad. Solo pensar que todo terminara en cuestión de unos minutos, me pone muy triste.

Lagrimas comienzan a caer por mi rostro.

—¡¿Te duele algo?! ¡¿Qué te pasa?! —Pregunta con mucha preocupación.

Me levanto para quedar frente a él y lo abrazo con fuerza

—No importa si te abrazo, ¿verdad?

—N-No.

Y mientras mi vista se volvía borrosa por las lágrimas que rebosaban de mis ojos, podía sentir la calidez de Asael.

Que lastima que todo termine tan pronto, no quiero que esto sea un sueño. ¡No quiero! ¡No quiero! No quiero...

Y así desperté en mi cama con muchas lágrimas en todo mi rostro.

—Lo siento Asael... Creo que es un adiós.

:3 Continuara....

Sweet DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora