• CAPÍTULO TRES • "Ya estoy acostumbrado"

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—No, no puedes ir An.

—¡Solo serán unas horas madre!

—No, no irás.

—¡Por Dios!

—No grites.

—Solo quiero salir un rato, divertirme y ya.

—Lo siento An.

—¡Como sea! Algún día seré libre.



CAPÍTULO TRES •
"Ya estoy acostumbrado"



Un cuchillo se incrusta en la blanca frente de uno de los tipos, gotas de sangre color negro salen volando a la vez que el cuerpo cae, seguido de una pequeña lluvia de sangre.

El chico golpea en la mejilla izquierda de otro clon, y este retrocede... Parece recuperarse y vuelve a pelear, esta vez empuja al chico y tropieza, lo cual toma como ventaja en clon. Le golpea en su estómago en compañía de un empujón que provoca que caiga al suelo.

No muevo algún músculo, solo respiro lo más silencioso posible, pienso que de esta forma no notarán mi presencia.

Ana lanza dos cuchillos a un clon en su rostro, miro hacia otra parte para evitar mirar aquella escena sangrienta.

El clon que había derribado al chico se acerca para golpearlo, pero Ana lo derriba con un cuchillo enterrado en su nuca.

—Vamos Came... —Ana interrumpe el nombre del chico, para seguir peleando. Dos tipos la rodean.

Supongo que el nombre del chico es Cameron. Espero que sí.

Cameron se levanta y avanza en contra de otro clon, la cabeza de Cameron golpea su estómago, los dos quedan en el suelo, con Cameron golpeando el rostro del enemigo.

Hay algo de adrenalina recorriendo mis venas, hay una parte de mi que se imagina luchando al lado de ellos, pero no quiero dificultarles las cosas y hacer que me protejan más de lo que ya hacen. Además, no sería la idea adecuada hacer aquello.

"Algún día me escaparé de casa.
Algún me marcharé.
A veces creo que odio a todos en esta casa.
¡Joder! ¡Los odio a todos!"

Han derribado al último clon, solo queda el tipo original. Él solo sonríe y avanza unos pasos, esquivando los cuerpos de sus clones.

—Es mi turno —mira a Cameron y An de una forma muy desafiante. Aparto mi mirada de sus ojos, no quiero que me observe—. Y después te mataré. Tú aura humana llena de emociones me altera.

—Déjala en paz —Ana apunta un cuchillo a su dirección—. No me interesa de donde hayas venido, solo lárgate... Seguramente tú ordenaste el ataque al hospital.

Él solo sonríe, arquea su ceja derecha y se encoge de hombros. —No seas tonta.

Empieza a avanzar aún más. Ana le lanza un cuchillo pero él saca una especie de garras de sus dedos. El cuchillo y las garras chocan, y el arma lanzada de Ana cae al suelo.

Lanza otro cuchillo pero cae, seguido de otro, que cae.

A Ana no parece interesarle, avanza de forma desafiante, de sus manos se forman dos cuchillos de mayor tamaño a los que he visto lanzar, ella y el tipo inician una batalla.

Cameron avanza a ellos, pero Ana pronuncia un "No", así que camina hasta donde estoy.

Las garras de la mano derecha del líder de los clones chocan contra el cuchillo sostenido firmemente de la mano izquierda de Ana, un leve zumbido se escucha al impacto.

El chico que hablaba con sirenas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora