El chico que hablaba con las sirenas.

785 37 8
                                    

El chico caminaba en los últimos instantes de la tarde por la orilla del mar,

Un alma solitaria que miraba a las estrellas,

Enterrando sus pies en la arena, un día llegó a amar,

Tenía el corazón frío, su reflejo en el agua su pasado le mostraba, las sonrisas bellas.

Sintiéndose solo más de lo normal, veía sus lágrimas caer en la arena,

Tantas ilusiones y tanto dolor, expectativas al comienzo del día,

Su presencia a las personas que apreciaba era ajena y desconocida,

Con cada paso un recuerdo llegaba, con cada mirada un sentimiento retenía.

Un día, en medio de la niebla, la presencia de alguien más sintió.

Empezó a llover y por todas partes observaba,

Algo en el mar creyó ver, a veces él creía en la fantasía,

La brisa fresca, las gotas resbalando de su hermoso rostro, pequeñas cosas que disfrutaba.

Sentado en la playa, plasmando pensamientos,

Alguien enfrente del chico estuvo, observándolo,

Desahogando sensaciones, olvidando los tormentos,

Tan frágil y tan frío, alguien más estuvo contemplándolo.

El chico caminaba por las tardes a la orilla del mar,

Sintiéndose solo más de la cuenta, veía sus lágrimas caer en la arena.

Un día, en medio de la niebla, la presencia de alguien más sintió,

Sentado en la arena, plasmó sus profundos pensamientos de un alma dolida y afligida.

Dedos suaves tocaron sus hombros, un campo de flores sintió,

Algo irreal frente a él estaba, una ilusión expectante,

Como el viento, ella avanzaba a su lado,

Al igual que la noche, ella era un misterio.

A su lado ella acudió a sentarse,

Dejando de escribir, el chico la contempló,

El silencio se produjo, las miradas llegaron,

El anochecer comenzaba, al igual que la historia entre ellos dos.

Sus poemas, tan hermosos como la vista del cielo era la prosa del chico, pensaba ella,

La presencia de ella, le inspiró a crear un nuevo poema, él pensaba,

La chica quería conocer a un humano y conoció a un alma fría,

El chico quería un amigo y conoció a alguien del mar.

Entre el mar y la arena, la orilla separa la fantasía de la realidad,

Entre un suspiro y otro, llegaron a ser uno mismo,

Un cuerpo hermoso ella acariciaba con las manos, lo real nunca fue más fantasioso,

Una sirena ella era con rostro humano, le hizo sentir compañía al poeta, quien supo que lo real nunca fue más fantasioso.

Dedos suaves tocaron sus hombros, un campo de flores él sintió,

Ella a su lado acudió a sentarse,

Sus poemas, tan hermosos como la vista del lugar,

Entre el mar y la arena, la orilla separa la fantasía de la realidad.


-El chico que hablaba con sirenas.

El chico que hablaba con sirenas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora