Sonia caminaba hacia el interior del psiquiátrico con nervios en su cuerpo y el sudor en las palmas de sus frías manos. No importaba las veces que limpiara sus palmas con su sudadera, cada vez más le sudaban, así como su temor incrementaba.
—¿Disculpe? —llamó a un guardia que pasó a su lado, pero este ni siquiera se molestó en mirar a Sonia.
¿Qué carajo? Susurró por lo bajo.
Entró a un largo pasillo donde la iluminación era extraña, al igual que el ambiente. Aún así, comenzó a adentrarse en la atmósfera del lugar.
Al llegar al final dobló la esquina y se encontró con varias personas vestidas de con prendas blancas. Algunas personas le hablaban a las paredes y otros simplemente estaban parados a la mitad del pasillo, por lo cual Sonia los debía esquivar.
Desenvolvió el pequeño folleto donde venia un mapa del psiquiatrico, una enfermera le indico en que parte se encontraba su amiga.
Después de comprobar que pasaba por el pasillo correcto, continuó su caminata temblorosa..
No le había mencionado a los padres de An que se encontraría con su hija, aún no lo haría. Quería averiguar por qué An se había marchado.
Quizá estaba asustada por las muertes de sus hermanos que no sería capaz de volver a su casa, en dónde sus padres la necesitan.
Por días le estuvo mandando mensajes de texto, pero An no los respondía, u eso solo preocupaba más a Sonia. Hasta el día de ayer, en el que recibió un mensaje de An indicando que debían reunirse en el psiquiatrico.
¿Por que había venido aquí? ¿Alguien la trajo? ¿Por qué el encargado del lugar no avisaba a las autoridades que An se encontraba aquí?
An no tenía problemas mentales, así que, ¿cuál era la causa de que terminara en el psiquiatrico de la ciudad?
Llegó a la habitación en dónde la enfermera que atendió a Sonia dijo que An se encontraba.
"De acuerdo" tocó tres veces en la fría puerta, pero tras esperar unos segundos no hubo respuesta.
Volvió a tocar, pero tampoco hubo respuesta. Ningún ruido se escuchaba dentro de la habitación.
—¿An? Estoy aquí amiga... Soy Sonia, vi-vine a hablar contigo. Te extrañé —pegó su oído derecho en la puerta. Ningún ruido.
"¿Será la habitación equivocada?"
Despegó su oído de la superficie, iba a regresar al área principal y preguntar si se habían equivocado al decirle cuál era la habitación de An Ponce.
No terminaba de dar un paso fuera del lugar y el ruido la puerta de la habitación abriéndose resonó en todo el psasillo, incluso se escuchaban ecos.
—An...
Entró a la habitación, la cual estaba con la luz apagada. Sabía que en la casa de An su habitación siempre tenía la luz apagada.
Se detuvo cuando llegó al centro de la habitación, miró a través de la ventana, el cielo estaba nublado a pesar de que aún era el medio día, pronto comenzaría a llover.
Escucho el sonido de la puerta cerrándose. Ahora An estaba detrás de ella.
—Hey, amiga. Te... —suspedió la frase cuando dio la vuelta y se encontró con el cuerpo de un hombre alto vestido de color negro, solo los ojos de la persona eran visibles.
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El chico que hablaba con sirenas.
FantasyEn una tarde fría como silenciosa, An Ponce camina al hospital para visitar a su hermana, quien está internada tras un ataque que no parece tener explicación. Es entonces que mientras avanza por un parque se percata de que hay un chico, está herido...