Ｌｉｒｉｏｓ Ｒｏｊｏｓ赤いユリ [ＢＯＲＲＡＤＯＲ]

Capítulo 8 "Prueba de calibre pt 1"

- Mírame.

Logro escuchar con gran dificultad una voz que resuena en mi cabeza, todo me da
vueltas, me siento drogada, veo doble, mis ojos no se adaptan bien a la luz en
este momento, pero puedo distinguir perfectamente los aromas a kilómetros como
siempre, un olor a una fragancia... una especie de perfume de hombre, muy
amargo y un olor a tabaco muy suave, parece que hace un par de horas estuvo
fumando, ese es el olor que desprende el cuerpo de Victor.

- He dicho que me mires me ordena metiendo sus dedos entre mi cabello y
halándolo hacia adelante.

Me duele, alzo la vista, cierro mis párpados con fuerza y los abro para poder
aclarar la vista, la luz de la habitación es enceguecedora, blanca, casi no me deja
abrir los ojos, veo el rostro borroso de Viktor, bigote espeso, rasgos finos, tez
blanca, lentes pequeños, cabello cobrizo y patillas blancas

Intento girar a los lados aun con Viktor tomándome del cabello con fuerza, estoy,
por lo que puedo ver, estoy... crucificada, siento mis pies uno encima de otro y no
puedo moverlos, además mis brazos se encuentran estirados, siento una pieza
grande metálica en el medio de mis manos que las atraviesa por completo.

- Ya me hiciste sufrir lo suficiente, ya has terminado conmigo al parecer ya he
sanado, antes estaba afónica, ahora puedo hablar con menos dificultad.

- ¿Terminado contigo?, todavía te queda sufrimiento por vivir, eres joven, ahora te enseñaré a no demostrar dolor - enumeraba con sus dedos y hacia enfados en cada palabra - y a qué le des un buen uso a lo que te dí - la voz de Victor era apasible.

- Qué me has dado? - incrédula y enardecida inquirí.

- Ya lo verás.

Terminó su frase para luego abalanzarse sobre mí y usar la parte posterior de un
martillo para quitar las piezas metálicas que atravesaban mis extremidades y que
me mantenian crucificada en una cruz de acero, las quitó una por una, halándolas,
la sensación es parecida a la extracción de algún diente, se sentía el martillo frio
en la piel y como la pieza metálica salia abriéndose paso entre mis articulaciones
y venas, dejando caer algunas gotas de sangre al piso de mármol blanco helado,
dolió, un quejido salió de mi acompanado de una mueca mostrando mi dolor, pero
era de alguna forma, diferente, no se sentía igual.

Cuando el último clavo sali, cai en el suelo, sobre mis pies y erguida, tanto
entrenamiento por años, debia seguirme funcionando en este lugar, el suelo era
helado, agradable, alivió el calor que sentía, junté mis manos para verificar las
heridas, ya no estaban, y no había cicatriz, caminé hacia adelante, me encontraba
en un salón blanco, con mucha luz y muy grande, con cámaras de seguridad en
las esquinas y el que orquestó la muerte de mi hermana, y puedo matarlo, pero deque me sirve en este momento, al menos debo obtener información acerca de
donde se encuentra su cuerpo para poder sepultarlo, mataré a Victor y a todos los
que lo ayudaron y podré vivir, aunque sea a medias, porque nunca podré ser feliz
con un pedazo arrancado de mi alma.
Victor, que
encontraba frente a mí, se aproximó aún más, y se detuvo
Viendome a los ojos, guardó ambas manos dentro del bolsillo de su bata médica
blanca y se balanceó sobre sus pies.

- Tus ojos... son tal y cual como los queria crear, un cristal fino y delgado color
verde casi transparente sonrió al final - Sabes por qué te puse Anna?
inquirió sonriendo, no me interesa su respuesta, pero me genera un poco de
Curiosidad - Sabes?, en los experimentos o descubrimientos que se hacen, es
común bautizárseles con el nombre del científico que hizo tal descubrimiento, con
códigos numéricos o nombres en latin, y tenía esas opciones cuando logré que
Furica gracias a Dalai, te diera a luz años después que Kiev, pues decidí ese
nombre, corto, para no olvidarlo.